Brian Harrigan, de la revista musical "Melody Maker", habló con el saxofonista de Supertramp después de que "Crime of the century" triunfara en las listas británicas.


John Helliwell es tal vez el músico con más talento de Supertramp, desde el punto de vista de las interpretaciones, y se encarga de una extensa variedad de instrumentos que van desde el sintetizador de cuerdas Elka hasta la flauta, aunque él se considera a sí mismo y por encima de todo un saxofonista tenor.

Se trata de una persona muy simpática y, mientras Rick Davies intercala momentos de seriedad con otros de guasa, John se muestra casi todo el tiempo alegre. Admite que lo único que le hace empeorar su humor son los problemas de salud, y que pocas veces se ha puesto enfermo.

Siendo básicamente un amante del jazz, sus bandas favoritas son Weather Report y los Return To Forever de Chick Corea. Preferencias que son más que evidentes en las líneas de saxo tenor tan intrincadas y ocasionalmente pirotécnicas que añade a las canciones de Supertramp.

Después de haber dado clases de flauta y piano en la escuela, John, natural de Yorkshire, progresó hacia el clarinete en una pequeña orquesta sinfónica y algunos grupos de baile de la zona. Luego se marchó a Birmingham para dedicarse a su profesión de programador de ordenadores y acabó “enrolado en una banda de blues llamada Jugs O’Henry”.

“Aceptando la invitación de nuestro representante, que por entonces llevaba también a los Moody Blues, nos marchamos a Londres. Pero éramos muy ingenuos y después de una temporada nos disolvimos, quedándome tirado en Londres. Puse un anuncio en el ‘Melody Maker’, algo tan estúpido como ‘Un saxofón a la orden’, y una de las llamadas que recibí fue de Alan Bown, así que me uní a ellos y permanecí en el grupo mucho tiempo”.

La banda acabó separándose y, después de un fracasado intento con un grupo llamado Wizard, John volvió a encontrase con Dougie Thomson, con el que ya había coincidido originalmente en The Alan Bown Set, y entró en las filas de Supertramp.

Anteriormente John también ha trabajado en las bandas de acompañamiento de gente como Johnny Johnson y Arthur Conley, lo cual tal vez explique su sensación de que en el futuro Supertramp podría convertirse en un grupo un poco más funky.

“Es como si me hubiera deslizado hacia el rock procedente del jazz, y también me dediqué al blues en Birmingham. Hay un amplio abanico de estilos que me gustan. Y todavía me gusta el soul, pues algunos de mis cantantes favoritos son Aretha Franklin y Donny Hathaway. Y me gustan los buenos saxofonistas: Sonny Rollins, John Coltrane, Charlie Parker… Todos los grandes. Y también me gusta la música clásica”.

Supertramp es la primera banda en la que John ha cantado a nivel profesional, pero él no se ve a sí mismo potenciando ese aspecto de su música. “No, la verdad es que no. Mi voz no es suficientemente buena. Lo que me gustaría es desarrollarme mucho más como saxofonista”.

Sobre el escenario, Helliwell tiene trabajo de sobra gracias al gran número de instrumentos que tiene a su cargo. Los conciertos actuales de Supertramp duran una hora y cuarto, y sólo hay un minuto en el que él no está tocando. “Pero a mí me gusta actuar en directo, y disfruto tocando el saxofón. Es estupendo recibir esa reacción del público”.