Brian Harrigan, de la revista musical británica "Melody Maker", entrevistó al batería de Supertramp poco después de la publicación del álbum "Crime of the century".
Bob C. Benberg, el batería de Supertramp, es un modesto californiano nacido en Glendale que empezó a tocar a la edad de 12 años, usando un instrumento que pertenecía al hijo del jefe de su padre, quien se dedicaba a la copia de cintas magnéticas.
Bob pidió prestada esa batería para unirse a “una pequeña banda de música surf que mi hermano y sus amigos estaban montando. Fui a tocar con ellos, nos lo pasamos bien y a todo el mundo le gustó, así que en las siguientes Navidades me regalaron una batería. Esa banda se transformó en otra llamada The Expressions y con ella actuamos en todos los bailes locales de Glendale”.
Después de aquello Bob pasó por una serie de grupos (The Lost Souls, The Ilford Subway y Ben Becula) de la zona de Sunset Strip y grabó un disco que fue producido por Terry Melcher. “Hice planes para irme a Inglaterra una temporada, pues estaba cansado de golpearme una y otra vez contra la misma pared en Los Angeles. Si no conocías a los tipos que llevaban los mejores conciertos de la ciudad, no había forma de progresar”.
“Vendí mi coche y todo lo demás para poder marcharme, y cuando llegué a Inglaterra el primer anunció del ‘Melody Maker’ al que contesté fue el que pusieron los Bees Make Honey. Hice muy buenos amigos en los Bees, y tocar con ellos me ayudó mucho porque me puso en circulación. Después de un año con los Bees, hicimos una gira con Frankie Miller y Supertramp, y las cosas se fueron desarrollando a partir de ahí”.
El solidario estilo a la batería de Bob es lo que le convirtió en una propuesta interesante para Supertramp. Bob tiene una forma de tocar bastante ‘económica’ que encaja muy bien con el estilo percusivo de Rick Davies al piano. “Simplemente toco las canciones tal como las entiendo, y asimilo las ideas de Rick y de Roger. Cuando sus ideas sobre la batería son mejores que las mías, las utilizo”.
Aunque se deshace en elogios sobre la capacidad como compositores de Rick Davies y Roger Hodgson, Bob también está interesado en componer música. “Jamás he aprendido a tocar un instrumento melódico, pero mientras estábamos preparando ‘Crime of the century’ estaba tan aburrido que decidí aprender a tocar el piano. He adquirido algunas nociones básicas, y a partir de ahí voy a intentar crear algunas melodías”.
Sin embargo, no está interesado en otros aspectos más técnicos de las grabaciones, como la producción. “En realidad soy feliz tocando la batería. Si creo que algo debería hacerse de una forma diferente aporto mis ideas, pero nunca estoy tan convencido de ello como para ser el que dice ‘¡Esto tiene que hacerse así!’. No quiero meterme en ese tipo de cosas, y prefiero estar un poco más seguro antes de colocarme en una posición como esa. Supongo que si tenemos junto a nosotros a alguien como Ken Scott debemos dejarle a él tomar esas decisiones”.