Brian Harrigan, crítico muscal de la revista británica "Melody Maker", habló con Rick Davies poco después de la publicación del álbum "Crime of the century".


El hombre que formó Supertramp, Richard Davies, tiene un carácter ambivalente. Es conocido como el miembro más gracioso de la banda y, sin embargo, cuando la conversación se desvía hacia la música, se pone increíblemente serio y apenas permite que la sombra de una sonrisa cruce su rostro.

Empezó tocando la batería, dando clases durante tres años, y pasó un breve período tocando en orquestas en su ciudad natal, Swindon, y después en algunos grupos. Poco a poco fue aprendiendo por su cuenta a tocar el piano y desde entonces se ocupa de ese instrumento. Debido a su interés por el ‘blues’ y el ‘boogie’, y como no conocía a nadie que tocara el piano, fue él quien se encargó de hacerlo.

“Me hice con un pequeño repertorio de acordes y lo que toco es completamente autodidacta”, dice Rick. “En realidad no conozco ningún acorde, y simplemente construyo las canciones a mi manera, siguiendo una especie de estilo muy primitivo”.

Rick se marchó a Europa con una banda para dos meses y se quedó allí dos años, ganándose el pan de cada día a base de trabajar tocando en clubes. En el continente conoció a Sam, “un extravagante millonario holandés que vivía en Ginebra”, quien ayudó a Rick a desarrollar su propia música.

Después de una serie de altibajos, Rick regresó a Gran Bretaña para formar Supertramp. “Por entonces había mucha buena música, con grupos como Traffic y Spooky Tooth. Aquello fue una gran sorpresa para mí cuando volví al país, porque yo tenía algunas dudas. Y darme cuenta de que había buenas bandas me hizo creer que Supertramp podía funcionar y que había un público para nosotros”.

Esa sensación de tener dudas sobre casi todo sigue siendo algo muy característico de Rick, quien dice lo siguiente sobre su forma de componer: “Siempre desconfío de todo lo que escribo, soy muy autocrítico. Me parece que esa es la única forma de seguir avanzando, y creo que nunca puedes pensar que has llegado a tu tope como compositor”.

¿Está satisfecho Rick con Supertramp ahora mismo? “Nunca puedes estar satisfecho del todo. Simplemente las cosas que iban mal hace un año se han arreglado ahora. Esos problemas han desaparecido, pero según avanzas te vas encontrando otros problemas diferentes”.

“Por lo que respecta al futuro”, dice Rick, “me gustaría grabar un par de álbumes con esta configuración de la banda y, si conseguimos el interés del público y la gente compra nuestros discos, tal vez podríamos incorporar a otros músicos. No sé... En realidad se trata de que nuestra música se mantenga fresca”.

¿Se considera el líder de la banda? “No, yo no lo veo así. Lo ideal, lo absolutamente ideal, sería que todos los miembros del grupo tuvieran la suficiente autonomía para expresarse. El músico que más me inspira es Duke Ellington, porque él componía todo para cada individuo de la banda. Si algún músico se marchaba, se cargaba todo el número”.

“Escucho mucho ‘jazz’, que no es el tipo de música que hacemos pero tiene una gran calidad. La única influencia que tiene sobre nuestra música es el buen gusto. El ‘jazz’ ideal es tocar sólo por la música. No hay egos en ese tipo de música, y esa es nuestra única influencia. Controlar el ego es algo básico. Obviamente necesitas algo de ego para subirte a un escenario, pero saber ponerlo en perspectiva es muy importante”.

El equipo de Rick con Supertramp está formado por un piano eléctrico Wurlitzer, un órgano Hammond M162, dos cajas Leslie 760, un amplificador Acoustic 470, dos altavoces JBL 2X12 y una pastilla de piano Helpinstall.