Reportaje de Yuri Wuensch publicado en el diario canadiense "Edmonton Sun", coincidiendo con la llegada de Roger Hodgson a la ciudad de Edmonton.

En 1987, unos cuantos años después de dejar Supertramp, Roger Hodgson se cayó desde una litera en su casa del norte de California. El choque contra el suelo de cemento dejó al cantante y compositor inglés con sus dos muñecas rotas. El pronóstico no era nada bueno.

“Los médicos me dijeron que nunca podría volver a tocar ningún instrumento”, dice. “Pero yo no me lo creí, y pensé que volver a tocar sólo sería cuestión de tiempo”.

“Sin embargo, aquello me hizo plantearme algunas preguntas importantes. Me hizo ver de otra forma lo que eran mi vida y mi felicidad personal. Me hizo fijarme en quién era yo como ser humano y preguntarme si sería capaz de encontrar la paz con el hecho de no poder volver a tocar. Y me obligó a detenerme durante una temporada, mi carrera musical se quedó totalmente estancada”.

Hoy, a sus 56 años, Hodgson no sólo puede seguir tocando sino que además dice que probablemente su voz sea mejor ahora que la que tenía durante la época dorada de Supertramp. Y añade que para él canciones como ‘Take the long way home’ y ‘Dreamer’ son, a nivel personal, más importantes ahora que entonces.

El grupo Supertramp fue fundado en 1969, como una especie de inversión financiera, gracias al apoyo económico del millonario holandés Stanley August Miesegaes. El fundador, cantante y pianista de la banda, Rick Davies, puso un anuncio en la prensa buscando músicos. Y Hodgson contestó ese anuncio.

Después de varios parones, arranques y cambios de formación, el grupo consiguió el éxito comercial en 1974 con el álbum ‘Crime of the century’. Mientras el disco llegaba al puesto número 4 de las listas inglesas, Davies y Hodgson, que a menudo han sido comparados con John Lennon y Paul McCartney, decidieron lanzarse a la conquista de Norteamérica.

“Ya se sabe cómo es la prensa en Gran Bretaña”, dice Hodgson. “Siempre quieren tener algo polémico de lo que hablar, y nosotros nos limitábamos a hacer música. Para los medios de comunicación, éramos un poco aburridos porque no nos dedicábamos a sacar la lengua ni a desnudarnos sobre el escenario”.

“Y es curioso, porque nuestra reciente antología, el álbum doble ‘Retrospectacle’, ha vendido medio millón de copias en Inglaterra. Así que nuestro público está ahí, pero creo que a los medios de comunicación no les caíamos bien”.

Por el contrario, las críticas en Canadá siempre han sido muy favorables. Hodgson recuerda muy bien la gran reacción del público durante su primer concierto canadiense en el Forum de Montreal. Y en Edmonton, según dice, ocurrió algo parecido. Hodgson agradece a los periodistas canadienses el impulso que le dieron al grupo desde el principio y que les ha servido para dejar un legado de más de sesenta millones de discos vendidos en todo el mundo.

Sin embargo, aquella época dorada no duraría demasiado. A pesar del éxito de Supertramp, las relaciones dentro del grupo empezaron a deteriorarse y Hodgson se marchó en 1983 para emprender su carrera en solitario. Davies se quedó con el nombre Supertramp y Hodgson con los derechos sobre las canciones que había compuesto para el grupo. O al menos eso creía…

Hodgson dice que, aunque en los créditos de todas las canciones de Supertramp pudiese leerse ‘Davies/Hodgson’, mucha gente no sabe que ambos componían por separado. Davies accedió a no interpretar en directo ninguna de las canciones de Hodgson, pero no tardó mucho en incumplir aquel pacto. En cierto modo, es comprensible: eran sobre todo las canciones de Hodgson las que el público quería escuchar.

“Tal vez si se tratase de un acuerdo firmado, habría pensado en algún tipo de demanda, porque lo que hizo Rick no estuvo bien”, dice Hodgson. “Pero aunque fuese verbal, ese era el acuerdo al que llegamos. En la primera gira del grupo sin mí, Rick no tocó ninguna de mis canciones, pero en la segunda decidió hacerlo”.

“No creo que tocar mis canciones le haya hecho ningún bien a Rick o a Supertramp. Para ser sincero, no creo que el sonido de esas canciones sea demasiado bueno”. Hodgson dice que la gira que está haciendo actualmente por Canadá, la primera desde que dejó Supertramp, le ha demostrado que esas canciones se han convertido en algo que está por encima de la banda o de él mismo.

Sólo el pasado año, Hodgson recibió más de ochenta peticiones de diversas organizaciones para utilizar ‘Give a little bit’ en distintas campañas benéficas. Y con un impacto tan grande como ese, Hodgson no ha podido negarse.

“Es increíble. Esa canción tiene vida propia. Empiezo y termino todos los conciertos con ella, por el espíritu que tiene. Puedo ver el resultado que la canción obtiene entre el público: todo el mundo abre su corazón y parece sacar lo mejor de sí mismo. Es una canción que consigue unir a la gente, y yo me siento muy agradecido por ello”.