Reportaje de Jeremy Miles para el periódico inglés "Bournemouth Echo", en vísperas del comienzo de la gira británica de Roger Hodgson.

Después de haber compuesto e interpretado algunas de las canciones más perennes de una generación, Roger Hodgson, líder de Supertramp, dejó atónitos a sus fans cuando en 1983 decidió abandonar el grupo en su mejor momento comercial. Con un catálogo de canciones que incluía clásicos de oro como ‘Give a little bit’, ‘The logical song’, ‘Take the long way home’, ‘Breakfast in America’ y ‘Dreamer’, Hodgson podría haber elegido la opción de disfrutar de la vida como una millonaria estrella de rock.

Pero en vez de eso, este chico de la costa sur (nació y creció en Portsmouth) se despidió de la Gran Bretaña de Margaret Thatcher y de la máquina de hacer dinero que es la industria discográfica, y se marchó a vivir a las montañas del norte de California. A la prensa musical de la época, que se quedó estupefacta con la noticia, Hodgson le dijo que quería pasar más tiempo con su joven familia, vivir más cerca de la naturaleza y buscar nuevos valores espirituales.

En los “yuppies” años 80, aquel estilo de vida era una elección radical. Algunos dijeron de él que era un “hippie” medio loco y otros se temieron que hubiera sufrido algún tipo de depresión. Hodgson se limita a comentar que prefirió disfrutar de una vida más saludable y feliz que la que le ofrecían las giras de una banda de rock and roll.

Ahora, veinticuatro años después de dejar Supertramp, Hodgson ha vuelto. Tras haber participado este verano en el concierto homenaje a la Princesa Diana (una de sus mayores fans), está a punto de embarcarse en una gira de seis conciertos por Gran Bretaña que hará una parada en el Pavilion de Bournemouth el 7 de Octubre.

Hodgson dice que el regreso está siendo divertido, pero puntualiza que no se arrepiente de haber tardado tanto tiempo en volver. “Me encuentro en una buena situación. Mis canciones han superado muy bien la prueba del tiempo, no sólo para quien las escucha, sino también para quien las interpreta, que soy yo”, dice.

“Estoy muy agradecido por todo lo que ha sucedido en mi vida. Tuve mucho éxito en la industria de la música y ahora estoy en disposición de devolver algo de todo eso. Yo creo que cuanto más recibes, más debes devolver. Y yo disfruto devolviendo todo lo que recibí, es así de sencillo”.

Hodgson dice que nunca estuvo especialmente enamorado de su vida como músico de rock and roll, así que dejarla atrás no le resultó demasiado duro. “Llevo veinticuatro años viviendo en las montañas del norte de California, y la verdad es que prefiero esa vida alejada del mundanal ruido. No tenía ningún interés en seguir conectado a un negocio en el que yo no encajaba. Incluso ahora que he vuelto a salir de gira, no me siento identificado con esta industria. Simplemente es un mundo del que puedo entrar y salir, así que tengo mucha suerte de poder hacer eso”.

Abandonar Supertramp, una acción que acabó destruyendo la banda, es una decisión que según Hodgson se vio obligado a tomar. “Grabar nuestro último álbum, ‘Famous last words’, no fue una buena experiencia para ninguno de nosotros. Parecía que todos empujábamos en distintas direcciones y, aunque al final el disco tuvo éxito, yo no quedé satisfecho con el resultado”.

“Me di cuenta de que, después de haber sido un hombre soltero que durante catorce años sólo pensó en Supertramp, me había convertido en un padre de familia con dos niños pequeños. Era el momento de tomar una decisión: podía cambiar de vida o podía seguir al frente de una banda y probablemente perder a mi familia, o al menos perderme la experiencia de ver a mis hijos crecer”.

Pasar de ser un músico de giras a ser un marido ejemplar no fue una transición sencilla. “Fue muy complicado. Mi corazón me decía que debía hacer eso, pero mi cabeza no estaba totalmente de acuerdo”. Sin embargo, echando la vista atrás, Hodgson cree que tomó la decisión correcta. “Estoy muy contento y pienso que hice lo que debía”.

Económicamente hablando, aquella decisión le costó una fortuna, pero él dice que nunca ha hecho nada pensando en el dinero. “Jamás he sido enormemente rico, pero siempre he vivido bien. Y he tenido mucha suerte de que, gracias al CD, el catálogo de Supertramp siga teniendo buenas ventas. Siempre he tenido unos ahorros de los que vivir”.