Hola! después de casi un mes, por fin tengo lista la crónica del recital de Roger en Buenos Aires, el 11 de mayo...

Ha sido una experiencia única e inigualable. Y sin dudas que haber viajado con mi hermana 1600 km desde Bariloche, nuestra ciudad natal al sur de Argentina, hasta Buenos Aires, ha valido la pena.

Numerosas veces oímos que Roger Hodgson había dado varios shows en su primera visita en 1998, y el año pasado tuvimos nuestra primera experiencia en un recital al verlo ni más ni menos que en el Festival de Viña del Mar, opacado por la falta de tiempo y por un show de Carlos Santana que parecía no tener fin, para desgracia de quienes nos quedamos con ganas de ver un poco más de nuestro querido Roger.

Esta vez fue diferente. Dias antes del show, mi hermana se atrevió a convocar a través de una red social, a una reunión de fans en la puerta del Teatro Gran Rex, ciudad de Buenos Aires. Una vez allí, y casi dos horas antes del show, nos encontramos con gente de todas las edades, compartiendo los mismos gustos musicales y por supuesto, el mismo cariño hacia la persona de Roger Hodgson.

A medida que la entrada se llenaba de público, se pudieron escuchar diferentes relatos de experiencias en recitales de Roger o de otras bandas, que continuaron camino al hotel en donde Roger se hospedaba, con la ilusión de obtener de nuestro ídolo alguna foto o autógrafo.

Cuando Roger salió a la puerta del hotel, listo para dirigirse al teatro, un grupo lo recibió al sonido de Give A Little Bit. ¡Quién podría imaginar que serían los fans quienes cantasen al maestro! Roger, sorprendido y agradecido, cedió un momento para tomarse fotos con los fans, saludar y por supuesto, dar las gracias por ese inesperado y emocionante recibimiento.

De vuelta en el teatro, y ya comenzado el show, la magia y la voz se hicieron sentir. La ovación al apagarse las luces con el inicio de Take The Long Way Home, canción con la que Roger acostumbra empezar sus espectáculos, sonó bien fuerte, y más aún cuando Hodgson dirigió la palabra al público presente. No habló mucho, pero sus breves interacciones con el público presente fueron fantásticas.

Cada canción recibió sus aplausos; las clásicas como The Logical Song, Breakfast In America, Give A Little Bit y School, pero muy en especial, Fool’s Overture, de las favoritas del público. También gustaron A Soapbox Opera, If Everyone Was Listening y la sorpresiva Lady, que a pesar de que Roger anunció que era la primera vez que la hacía, ya la había interpretado en 1998, pero sin la breve introducción.

Sin dudas que el acompañamiento de la banda resultó muy bueno. Aaron McDonald en su papel multinstrumentista, fue ovacionado varias veces, en especial luego de interpretar geniales solos de saxofón como en It’s Raining Again y Fool’s Overture. La banda completa aportó buen sonido.

Al terminar el show, quienes en principio nos habíamos juntado en la puerta del teatro decidimos ir hasta el hotel donde se hospedaba Roger, para tratar de conseguir la tan ansiada foto o simplemente saludarlo, cosas que no habían podido ocurrir al cierre del espectáculo, solo por no poseer unas cintas que otorgaban una especie de “acceso total”, y que nadie nos dijo cómo y dónde conseguirlas.

Al margen de eso, quienes permanecimos en la puerta del hotel no perdimos la esperanza, y después de casi dos horas y media de espera, tuvimos la oportunidad, primero, de conocer a Aaron McDonald, cuyas simpatía y entrega hacia quienes estábamos allí resultaron algo inolvidable y muy grato, y finalmente, a Roger Hodgson, quien a pesar del cansancio, no tuvo problemas en permanecer un rato junto a nosotros.

Como siempre, su amabilidad y cariño hacia los fans fueron el principal comentario una vez que el ídolo ya se había metido en el hotel. Saber que dio un show largo, permaneciendo prácticamente un dia entero sin descanso, para luego no tener problemas para sacarse una foto o dar un autógrafo a un fan, es algo que no tiene precio.

Esta ha sido mi experiencia; inolvidable, incomparable. El hecho de conocer en persona a Roger es algo que por muchos años no se podrá olvidar, y el haber disfrutado de un show fantástico, sin dudas que tampoco. Desde ya muchisimas gracias a aquellos que nos animaron no solo a viajar hasta Buenos Aires, sino también a aquellos que estuvieron con nosotros para vivir un dia magnífico.

¡Muchas gracias por permitirme compartir mi relato!

Un saludo grande grande desde Bariloche, Argentina.




Roger sentado a los teclados en un momento del concierto.




Aaron firma un autógrafo de vuelta al hotel.