Juan Lago y Abel Fuentes entrevistaron en exclusiva para THE LOGICAL WEB al músico británico Keith Bailey, el que fuese batería de The Joint, la banda a la que perteneció Rick Davies entre 1966 y 1969 inmediatamente antes de formar Supertramp.
TLW: ¿Cuándo y dónde naciste?
KEITH: Nací en Londres, en septiembre de 1948.
TLW: ¿Cuándo empezaste a hacer música?
KEITH: Empecé a tocar a la edad de 2 años. Comencé tocando la batería mientras escuchaba la radio. Mi madre colocaba sus sombrereras de cuero y algunas cacerolas con otros utensilios de cocina, y me dejaba solo mientras se iba de compras. Cuando ella volvía a casa, yo todavía estaba tocando las canciones que se oían en la radio.
TLW: ¿Cuáles fueron tus primeras influencias musicales?
KEITH: Mis primeras influencias fueron Duke Ellington y Count Basie. También escuchaba mucha música clásica.
TLW: ¿Tocabas otros instrumentos, además de la batería?
KEITH: A los 6 años de edad yo ya dirigía el coro y la orquesta de mi escuela infantil. Posteriormente aprendí a tocar el violín y la percusión mientras era un estudiante de secundaria.
TLW: ¿Cómo acabaste viviendo en Swindon, después de haber nacido en Londres?
KEITH: Mi familia se mudó de Londres a Swindon cuando yo tenía unos 7 años debido a mis problemas de salud. Así que crecí allí, en el territorio de Rick Davies.
TLW: ¿Con qué bandas estuviste tocando en Swindon?
KEITH: Toqué en una banda de ‘rhythm and blues’ de Swindon llamada The Zodiacs, y luego cambiamos nuestro nombre a The Black Souls por sugerencia de Gary Farr, del grupo The T-Bones. Montamos la banda en nuestro club juvenil cuando éramos unos adolescentes y estábamos en el instituto.
TLW: ¿Cómo conociste a Rick?
KEITH: Conocí a Rick porque él era el líder de Rick’s Blues, la otra banda de ‘rhythm and blues’ que había en Swindon. Formábamos una especie de bandas rivales, pero en realidad nosotros éramos más populares que ellos. Fuimos teloneros de Long John Baldry, Rod Stewart, Gary Farr & The T-Bones, The Moody Blues, The Yardbirds... Todos esos grupos nos apoyaron mucho y nos animaron a seguir adelante. De vez en cuando también actuábamos con la banda de Rick en algún recinto de la ciudad.
TLW: ¿Estudiaste en la Escuela de Arte de Swindon con Rick?
KEITH: Yo también asistí a la Escuela de Arte, pero no coincidí con Rick porque él estudió un grado diferente y además ya se había graduado cuando yo entré allí.
TLW: ¿Notaste ya entonces que Rick era un músico con un talento enorme?
KEITH: No. Sin embargo, más adelante sí fui capaz de reconocer y admirar la musicalidad de Rick.
TLW: ¿Conocías a los otros músicos que tocaban con Rick en su banda Rick’s Blues (Gilbert O’Sullivan, Malcolm Mabbett y Keith Ray)?
KEITH: Conocía a Ray O’Sullivan, que más tarde se haría famoso como Gilbert O’Sullivan, desde que los dos éramos muy jóvenes porque él vivía a la vuelta de la esquina y nuestros padres eran amigos. Ray era el baterista zurdo de Rick. No recuerdo a los otros miembros de esa banda, pero Ray y yo mantuvimos nuestra amistad a lo largo de los años. Además, él tuvo la amabilidad de compartir su piso de Londres conmigo de vez en cuando.
TLW: ¿Cómo te uniste a The Lonely Ones en 1966?
KEITH: Fue una recomendación de Tony Burfield, un pinchadiscos londinense de Galaxy Entertainments que solía visitar Swindon los lunes y martes por la noche durante la década de 1960. Nosotros hacíamos de teloneros de las bandas importantes que visitaban la ciudad y así conocí a gente como Steve Marriott, que después formó parte de Small Faces y sería un buen amigo mío. Tony me dijo que yo tenía mucho talento y un gran futuro en el mundo de la música, así que me ofreció varios puestos en diferentes grupos. Yo los rechazaba porque no se ajustaban a mis gustos, hasta que me di cuenta de que Tony se estaba frustrando un poco conmigo y decidí aceptar su siguiente oferta. Y esa fue The Lonely Ones, una banda relativamente desconocida a nivel nacional pero bastante buena. Me uní al grupo en un local de Manchester y dimos varios conciertos al norte del país. Me dieron el trabajo nada más terminar la primera actuación y luego nos mudamos a Folkstone, en el condado de Kent, donde la banda decidió instalarse. Por entonces yo solo tenía 17 años.
TLW: ¿Tocaste en el ‘single’ “A Rose Growing in Ruins”/”It’s Just Love” que el grupo publicó en 1966?
KEITH: Ninguno de nosotros excepto John Andrews, más conocido como Andy, participó en aquellas grabaciones. Por alguna razón, la compañía de discos decidió que no debíamos tocar en ese disco y contrató a un grupo de músicos de sesiones. Luego, cuando tuvimos que presentar el ‘single’ en televisión, nos sentimos un poco estúpidos haciendo el ‘playback’ porque la canción sonaba muy diferente a como la solíamos tocar nosotros.
TLW: ¿Por qué ese ‘single’ fue publicado bajo el nombre de John Andrews & The Lonely Ones?
KEITH: Fue una ocurrencia de la discográfica porque en aquella época había una mentalidad muy retrógrada y no aceptaban una banda de miembros iguales, a pesar de que ya había muchos grupos que tenían una denominación de ese tipo. Así que nos presentaron con un nombre del estilo ‘Fulano de tal y su banda’, aunque en realidad solo nos llamábamos The Lonely Ones y todo el mundo nos conocía así. Probablemente Andy también lo prefería, porque eso le daba más libertad para sentirse parte de la banda ya que en ocasiones todos cambiábamos de instrumento durante una actuación. Cuando yo entré en el grupo, Andy no solo cantaba sino que también tocaba el bajo.
TLW: Fuiste tú quien le pidió a Rick que se uniera a The Lonely Ones, ¿no?
KEITH: Sí, fui yo quien invitó a Rick a entrar en The Lonely Ones. Nuestro organista acababa de dejar la banda, así que teníamos que encontrar un sustituto y yo recomendé a Rick. Al principio me resultó difícil convencerle, pero finalmente aceptó. Tuve que sacarle de su trabajo en la fábrica y presentarle diferentes posibilidades, pidiéndole que se uniera a nosotros y viera qué pasaba. Todos los miembros de The Lonely Ones nos trasladamos temporalmente a Swindon y los músicos se alojaron en casa de mis padres mientras ensayábamos en el estudio que Rick tenía encima de la peluquería de su madre.
TLW: ¿Recuerdas la fecha exacta en la que Rick entró en el grupo?
KEITH: No recuerdo la fecha exacta, pero debió ser en agosto o septiembre de 1966. Rick aceptó unirse a The Lonely Ones a pesar de que nos daba la impresión de que él creía que éramos peores músicos que él y tendía a infravalorarnos. En cualquier caso, Rick tenía un sentido del humor muy inglés e irónico que todos apreciábamos mucho.
TLW: ¿Conociste a Noel Redding, que fue uno de los fundadores de The Lonely Ones y luego se convertiría en el bajista de Jimi Hendrix?
KEITH: Noel había estado anteriormente en el grupo junto a Andy, pero cuando yo llegué él ya se había ido y había formado otra banda local de la que era el guitarrista principal. Solía pasar mucho tiempo con nosotros cuando estábamos en Swindon, y Noel y yo enseguida nos hicimos buenos amigos. A él le encantaba mi batería y más tarde, cuando Jimi Hendrix llegó al Reino Unido en el otoño de 1966, me ofrecieron tocar con él por recomendación de Noel, que ya se había asegurado el puesto de bajista aunque en realidad era guitarrista. Chas Chandler le presentó a Jimi el concepto de Cream y le propuso montar una banda con solo tres músicos.
TLW: ¿No aceptaste la oferta de unirte a la banda de Jimi Hendrix?
KEITH: Por entonces nadie había oído hablar de Jimi Hendrix, pues acababa de llegar a Londres. Chas me llamaba todos los días para que tocara con Jimi, pero como yo acababa de convencer a Rick para que se uniera a The Lonely Ones me sentía obligado a estar junto a él y rechacé la oferta. Pensé que no podía abandonar tan pronto a Rick y marcharme a otro grupo, pese a que al principio él era muy temperamental y algo desconcertante para todos los miembros de la banda, y parecía bastante descontento hasta que se tranquilizó y aceptó las cosas como venían. Yo apenas tenía 17 años, pero aún así preferí mantener un sentido británico de lealtad. Aquella fue probablemente una de las historias del ‘rock’ que pudieron haber sido y no fueron, algo así como un sacrificio por mi parte debido a mi fidelidad respecto a mi hermano músico Rick.
TLW: Rick entró en The Lonely Ones como teclista, pero todo el mundo dice que tocaba muy bien la batería… Siendo tú baterista, ¿qué piensas de su nivel con ese instrumento?
KEITH: Sí, Rick era un gran batería al estilo de músicos de ‘jazz’ como Buddy Rich y Gene Krupa. Al ser un baterista excepcional, Rick también adquirió un maravilloso sentido del ritmo a los teclados, lo cual es bastante inusual en el mundo de la música ‘rock’. El piano es un instrumento tanto de percusión como armónico y melódico, y por tanto siempre está asociado de algún modo con el ritmo. Lo de Rick era bastante peculiar, porque al disponer de un sentido percutivo y a la vez melódico y armónico, tocar con él siempre era un placer. Aprendí bastante de Rick en cuanto a habilidad y largas horas de dedicación, y posteriormente aprendí mucho más de Mitch Mitchell, Elvin Jones y Andrew Cyrille cuando me fui a vivir a Nueva York.
TLW: ¿Por qué decidió el grupo marcharse a Europa a principios de 1967?
KEITH: Nosotros no decidimos marcharnos a Europa. Galaxy, que era la agencia con la que trabajábamos, nos envió a muchos conciertos en el país y en el continente. Tocamos en Ginebra y en Francia, y después volvimos a casa. Luego nos mandaron a Roma, pero durante el viaje nuestra furgoneta se averió y no nos quedó más remedio que permanecer allí durante un tiempo. Galaxy nos abandonó por completo, dejándonos allí tirados. Entonces nos convertimos en un grupo bastante conocido en Roma, y todas nuestras actuaciones se llenaban de gente. Durante nuestro mejor momento en Roma, el señor Grobet, que era el dueño del club Griffin’s en Ginebra, nos invitó a tocar en su local. Nos pagó el viaje a Ginebra y así nos convertimos en la banda residente en su club durante varios meses de conciertos y ensayos. Nos alojó en la ‘suite’ del hotel que tenía encima del club y se convirtió en nuestro representante. Nos proporcionó comida, dinero y alojamiento, y asumió la responsabilidad de nuestra gestión.
TLW: En 1967 la banda cambió de nombre, pasando de ser The Lonely Ones a ser The Joint... ¿Quién tomó esa decisión y por qué?
KEITH: Fui yo quien sugirió el cambio de nombre durante nuestra estancia en Roma. La idea era que formábamos un grupo unificado, lo que significaba que éramos una empresa conjunta de músicos profundamente unidos entre sí. Los demás aceptaron la sugerencia y de ese modo nos convertimos en The Joint.
TLW: ¿Cómo conocisteis a los compositores de música para películas David Llywelyn y George Moorse?
KEITH: Conocimos a David en 1967 cuando se presentó, junto con los productores y el director de una película que estaban a punto de rodar, en una de nuestras actuaciones en el club Griffin’s. Nos invitaron a interpretar la música de una película ‘hippie’ que iban a producir y se llamaría “What’s Happening”. Pasamos un par de semanas en un castillo en Suiza, cerca de Lausana, trabajando con David sobre la música de la película. Aquella fue una gran experiencia que todavía está muy viva en mi memoria, pero se trataba de una película estúpida. Fue un absoluto fracaso y pasó totalmente desapercibida, pero al menos gracias a ella conocimos a David.
TLW: En esa película la banda interpretó una versión de “I Lost Someone” de James Brown y otra canción llamada “Laura’s”... ¿Qué recuerdas de aquella banda sonora?
KEITH: La música de “What’s Happening” fue principalmente de David. En aquel momento tocaban con nosotros dos saxofonistas que yo había reclutado cuando el señor Grobet nos contrató para tocar en el club Griffin’s. Fue idea mía, y me desplacé a Londres para hacer una audición y seleccionarlos. Me los llevé conmigo a Ginebra, y ellos le dieron un nuevo sonido a la banda. “Laura’s” versaba sobre Laura, que era la actriz francesa protagonista de la película. Corría el verano de 1967, y recuerdo que en esa misma época fue publicado el álbum “Sgt. Pepper” de los Beatles.
TLW: ¿Qué tal fue trabajar en una película por primera vez?
KEITH: Mientras colaborábamos en esa película, yo tuve la impresión de que deberíamos trabajar en nuestra propia música en lugar de limitarnos a interpretar clásicos del ‘rhythm and blues’, porque me parecía que éramos capaces de hacer más. Anteriormente ya había tenido esa misma impresión en Roma y así se lo hice saber a la banda, aunque los demás músicos no respondieron con demasiado entusiasmo. Pero yo seguí insistiendo en el tema y David fue clave en todo este asunto, pues gracias a él la banda fue consciente del punto que yo estaba tratando de alcanzar. Más adelante David nos invitó a interpretar su música en tres o cuatro películas más en las que estaba trabajando con George Moorse, así que viajamos a Munich para tocar en ellas y nos quedamos allí durante una temporada, actuando en clubes, estudios y donde fuera necesario.
TLW: En Munich la banda grabó la banda sonora de otra película, “Der Griller”, que incluía las canciones “Dinosaur Dreams” y “Elephant Song”… ¿No es así?
KEITH: Sí, “Der Griller” se grabó en Munich y fue la primera vez que interpretamos la música de las películas de George Moorse, que siempre era compuesta por David pero arreglada por The Joint. Fue en el otoño de 1967, pero no soy capaz de recordar por qué les pusimos a las canciones esos nombres de animales. Para entonces ya habíamos dejado de contar con los dos saxofonistas por razones financieras, así que ya solo podíamos seguir adelante como un grupo más pequeño y por lo tanto todas las grabaciones posteriores en Munich carecen de ese sonido.
TLW: ¿Y qué puedes contarnos de la banda sonora de “Liebe und so Weiter”, en la que suenan los temas “Rat Race” y “The International”?
KEITH: “Liebe und so Weiter” fue más de lo mismo, con la música escrita por David pero arreglada e interpretada por The Joint. Las composiciones musicales de todas las películas de George fueron principalmente de David, y nosotros las arreglábamos para tocar como una banda. Esa película fue rodada a principios de 1968 e Israela Margalit tocó el clavecín. Fue entonces cuando la conocí.
TLW: En aquella misma época The Joint apareció en una película que se emitió en la televisión alemana, ¿no?
KEITH: Sí. George propuso hacer un reportaje sobre nosotros, el primero de ese estilo que se hacía para la Bayerischer Rundfunk, que era un canal de televisión del sur de Alemania, porque la tecnología de vídeo era completamente nueva por aquel entonces y él quería experimentar con ella. George sugirió que el vídeo necesitaba otro artista a modo de “interludio”, y yo invité a Gilbert O'Sullivan. Aquella fue probablemente su primera actuación grabada en vídeo para la televisión.
TLW: A principios de 1968 conocisteis a Sam, el famoso millonario holandés… ¿Cómo ocurrió?
KEITH: Yo le dije a David que podríamos seguir trabajando en su música siempre que tuviéramos un apoyo financiero para continuar tocando a nuestro ritmo. Entonces él pensó en un amigo suyo, Sam, y le pidió que viniera a Munich y presenciara una serie de grabaciones que estábamos haciendo para “Liebe und so Weiter”. Durante un descanso, David y yo hablamos con Sam y le planteamos una propuesta: ¿estaría dispuesto a financiar nuestra aventura para trabajar en las composiciones de David mientras ensayábamos en su mansión ‘Aganippe’ de Versoix, en Suiza? Sam se quedó impresionado con nosotros y estuvo de acuerdo con la idea, así que poco después decidió regresar a Munich en su propio avión y llevarnos hasta Ginebra para comenzar a trabajar en ese proyecto.
TLW: ¿Cómo era tu relación con Sam?
KEITH: A nivel personal, siempre tuve una relación muy cercana con Sam y creo que fuimos buenos amigos. Yo era muy joven por entonces y mi estancia en su casa fue un período de aprendizaje para mí. Sam tenía una enorme biblioteca de libros de filosofía de la que hice un gran uso, estudiando muchos de esos textos y participando en numerosos debates con él. Sam era un seguidor del materialismo científico y yo era un tipo muy espiritual, pero siempre estábamos debatiendo nuestras respectivas opiniones. Los hijos de Sam me tomaron tanto cariño que incluso querían que durmiese en la misma habitación que ellos. ¡Se sentían muy a gusto junto a su tío Keith!
TLW: Según nuestras notas, todos los miembros de The Joint tenían una buena relación con Sam a excepción de Trevor Williams... ¿Es correcto? ¿Qué problema había entre ellos?
KEITH: Conozco las razones que llevaron a Trevor y Sam hasta esa situación, pero no me corresponde a mí hablar de ello. Así que prefiero no contar nada al respecto.
TLW: ¿Qué recuerdas de la época en la que tú y el resto de la banda estuvisteis viviendo en ‘Aganippe’, la mansión de Sam?
KEITH: ‘Aganippe’ es un término griego que significa “el encuentro de los filósofos”, y en mi caso fue realmente algo así pero no sé qué opinan los demás miembros de la banda, incluido Rick. Para mí fue muy importante vivir allí en cuanto a que pude tratar de asimilar y comprender el significado de la vida, aunque no profundicé en ninguna filosofía occidental en concreto y finalmente encontré mucho más sentido en diferentes disciplinas asiáticas basadas en el yoga.
TLW: ¿Es cierto que Sam tenía allí un piano de cola que había pertenecido al compositor ruso Sergei Rachmaninov?
KEITH: Sí, Sam era el orgulloso propietario del piano Steinway de Rachmaninov que solíamos usar para empezar a trabajar en cada nueva pieza. No tengo ni idea de cómo lo consiguió, pero todos teníamos que tratarlo con mucho cuidado. De vez en cuando, Sam contrataba a algún pianista importante para que ofreciera un concierto privado con el piano de Rachmaninov en el salón de música que había en ‘Aganippe’, e invitaba a sus amigos para que disfrutaran de esas ocasiones tan especiales. Fueron bastante memorables, al menos para mí.
TLW: Según nuestras notas, ese piano era un Bosendorfer pero tú dices que era un Steinway... ¿Estás seguro?
KEITH: Ahora que lo mencionas, no estoy seguro. Así que más vale que confiéis en vuestras fuentes, sean las que sean. Solo recuerdo que Sam se enfadaba con nosotros si alguna vez ensuciábamos el piano. Era precioso.
TLW: En 1968 The Joint trabajó en la banda sonora de otra película, “Jet Generation”, grabando el tema que le daba nombre y “You Were Loved”… ¿Qué recuerdas de aquello?
KEITH: "Jet Generation" tuvo que ser ya bien entrado el año 1968, cuando estábamos en ‘Aganippe’. Creo que viajamos en tren desde Ginebra para grabar la música en Munich, pero no recuerdo las canciones.
TLW: ¿Cuándo y por qué dejó la banda Martin Vinson?
KEITH: Martin dejó la banda antes de que nos instaláramos en la casa de Sam. Creo que la principal razón fue que quería casarse con su novia o algo así. Estaba muy angustiado e indeciso respecto a lo que debía hacer, hasta que un día simplemente desapareció. Años después se disculpó conmigo por ello cuando volvimos a estar en contacto.
TLW: ¿Entonces no trabajó en todas esas películas ni en ‘Aganippe’?
KEITH: Martin solo participó en la película que hicimos en Suiza y en la primera de Munich.
TLW: ¿Cómo fue reemplazado por Steve Brass?
KEITH: Cuando Martin se marchó yo llamé a Steve, que había sido el bajista de mi banda anterior en Swindon, The Black Souls. Así pues, Steve tocó en toda la música que hicimos en ‘Aganippe’ y en las películas posteriores de Munich. Steve y yo éramos amigos de la infancia, desde que nos conocimos en la escuela a finales de los años 50. Con la incorporación de Steve, The Joint pasó a estar compuesto por varios músicos de mis primeros días en Swindon más los restos de The Lonely Ones. ¡Así que era como volver atrás en el tiempo!
TLW: ¿Cómo solía componer música la banda? ¿Era un trabajo conjunto o cada uno escribía sus propias canciones?
KEITH: David Llywelyn estuvo con nosotros durante gran parte de nuestra estancia en ‘Aganippe’. Escribía piezas en un estilo clásico y nosotros las convertíamos en canciones que se ajustaran a nuestra banda de los 60. Fue un esfuerzo conjunto, lo cual reforzó el nombre de la banda. George Moorse también venía a ‘Aganippe’ de vez en cuando para pasar un tiempo con nosotros y escribía las letras mientras los demás nos ocupábamos de la música. En la mayoría de los casos, todos creamos esa música a medida que íbamos trabajando juntos en cada una de las piezas. David o uno de los miembros de la banda tenía una idea inicial y los demás la desarrollábamos. Yo solía aportar con mi batería las ideas rítmicas para cada tema, sobre las que luego Steve complementaba el bajo. Creo que no hay ninguna canción de The Joint que fuera compuesta solamente por una sola persona porque, independientemente de a quién se le hubiese ocurrido la idea inicial, todas fueron elaboradas de forma conjunta mediante diferentes modos de contribución. Y así, cada una de ellas fue el resultado de un esfuerzo de todo el grupo. Por ejemplo, “Turnstile” sonaba casi como una pieza de piano de Prokofiev en la composición inicial de David, y tuvimos que transformar eso en una canción instrumental para toda la banda.
TLW: ¿Quién era la principal fuerza motriz en aquella banda? ¿En qué destacaba Rick?
KEITH: David era la principal fuerza motriz en términos de composición, pero luego los demás adaptábamos su música a la de una banda de la década de los 60, realizando los arreglos entre todos. No creo que ninguno de nosotros fuera la fuerza motriz principal, porque todos trabajábamos juntos y proponíamos sugerencias. Rick era simplemente una parte intrínseca de la banda con sus ideas musicales junto con las de todos los demás. Nadie destacaba y simplemente éramos un grupo, The Joint.
TLW: ¿Cuánto aportaba Rick a la composición musical?
KEITH: Aparte de David, otros compositores habituales éramos Andy, Trevor y yo mismo. No recuerdo que Rick escribiese canciones por entonces. Los demás proponíamos piezas que teníamos como ideas básicas y después trabajábamos juntos como una banda para hacer los arreglos hasta que quedábamos satisfechos.
TLW: ¿Cómo era grabada la música a nivel técnico?
KEITH: Teníamos un ingeniero técnico residente con sus máquinas de grabación, micrófonos y demás que siempre estaba listo para grabar cualquier cosa que se nos ocurriera, de forma fresca y en el acto. Creo que la grabación de “Turnstile” atestigua la increíble solidez de la banda y muestra la sobresaliente maestría musical de Rick, sin menospreciar a los otros músicos, que éramos Trevor, Steve y yo. En mi caso, por entonces apenas tenía 19 años. Hicimos esa grabación en cuanto arreglamos la composición de piano inicial de David y nos la aprendimos.
TLW: ¿Cuántas grabaciones hicisteis durante los años en los que formaste parte de The Lonely Ones y The Joint?
KEITH: Hicimos montones de grabaciones en las películas de George y también en ‘Aganippe’. Al final nos quedamos a vivir allí durante un año o más, y nunca dejábamos de ensayar y tocar.
TLW: ¿Conservas algunas de esas grabaciones?
KEITH: No, no conservo ninguna de ellas. A finales de los 70 le presté a Trevor una cinta de nuestras grabaciones con The Joint, pero nunca me la devolvió. En 1978 visité a Rick en Los Angeles, cuando ya era famoso gracias a Supertramp, y esa fue la última vez que tuve contacto con él. Me puso un montón de cintas de música que habíamos grabado en ‘Aganippe’, así que me consta que él tiene muchas de esas grabaciones. Yo no he vuelto a escucharlas desde entonces.
TLW: Hace algunos años se publicó un CD llamado “Freak Street” que contenía varias de esas grabaciones... ¿Participaste en esa edición?
KEITH: No, yo no participé en ninguna de las decisiones relacionadas con el lanzamiento o la comercialización de ese CD. No sé quién lo publicó, pero yo toco el batería en todas las pistas excepto en la que da título al álbum, “Freak Street”, que es una pieza escrita por mí en la que yo canto y Rick es el baterista. Esa canción fue mi primer intento de composición musical, si es que se puede llamar así, y la escribí mientras estábamos en ‘Aganippe’. No sé por qué en el disco este tema se le atribuye a Trevor. De todos modos, durante nuestras actuaciones en directo todos los músicos solíamos intercambiar nuestros instrumentos y cuando Rick tocaba la batería yo me dedicaba a cantar.
TLW: ¿Por qué se publicó “Freak Street” tantos años después de haber sido realizadas las grabaciones?
KEITH: No tengo ni idea de por qué se tardó tanto tiempo en publicar esas grabaciones ni quién las editó finalmente. Tampoco sé de dónde salieron las cintas, pero suenan sospechosamente a las grabaciones que le presté a Trevor antes de emigrar a los Estados Unidos que nunca me devolvió. La publicación de esas grabaciones es algo así como un disco pirata, con el que alguien está ganando dinero en alguna parte mientras que ninguno de nosotros recibe un centavo. En cualquier caso, me alegro de que ese CD de The Joint esté disponible para que la gente pueda escucharlo.
TLW: En los créditos de “Freak Street” se dice que Tony Catchpole fue uno de los guitarristas que participó en las grabaciones, pero que sepamos él nunca tocó con la banda... ¿Puedes aclararlo?
KEITH: Jamás he oído hablar de esa persona. Desde luego, no tocó en ninguna de las grabaciones de The Joint y en concreto en ninguna de las grabaciones incluidas en “Freak Street”.
TLW: ¿Qué opinas sobre las canciones grabadas por The Joint y no incluidas en “Freak Street” que te hemos enviado?
KEITH: ¡Dios mío! Esas grabaciones me han traído un montón de recuerdos que había olvidado por completo. No recordaba ninguno de esos títulos excepto “It Can't Be Changed”, pero nada más escucharlos volví a acordarme de todos ellos. Es decir, no recordaba los nombres de las canciones pero sí recordaba la música. En la mayoría de esas grabaciones yo era un baterista de solo 18 o 19 años, y Rick era unos cuatro años mayor que yo. Muchas gracias por enviarme ese CD, os lo agradezco de verdad. No pensé que nadie, excepto Rick, tuviera copias de esas grabaciones.
TLW: ¿Cómo de importantes fueron las contribuciones de Rick a esas canciones?
KEITH: Creo que todas esas piezas demuestran las excepcionales habilidades musicales de Rick, junto con las de los otros músicos, no solo las suyas. Después de volver a escucharlas, estoy completamente impresionado con las aportaciones musicales de Rick a lo que fue The Joint. Es como si, al darle a la banda un nuevo nombre y una nueva vida, Rick hubiera despertado para contribuir con una serie de conocimientos musicales que nunca hubiera imaginado que podría tener en su época de Rick’s Blues. No había forma de que Rick’s Blues pudiera llegar a algo similar a lo que llegó The Joint. Eso lo sé a ciencia cierta, porque estuve allí cuando toda esta historia empezó. ¡Y fue esa experiencia de Rick con The Joint lo que le condujo hasta Supertramp!
TLW: ¿Has hablado con Rick y con Andy últimamente?
KEITH: ¡Sí, muchas gracias por volver a ponerme en contacto con Andy y con Rick! Estoy muy agradecido por ello. Es una gran oportunidad para renovar nuestras viejas amistades. Estuve charlando con Rick y fue muy interesante escucharle contar sus recuerdos. Desafortunadamente ha estado enfermo, pero después ha tocado con una banda de ‘blues’ en un club de su zona, volviendo a la música con la que él comenzó en sus inicios. Le dije “Rick, esa es la música con la que empezaste en Swindon hace tantos años”, a lo que me respondió que sí, que esas fueron siempre sus raíces, aunque obviamente tomó otro camino con Supertramp.
TLW: ¿Volverás a encontrarte con Rick en el futuro?
KEITH: Rick me invitó a hacerle una visita y tocar la batería con su banda de ‘blues’, porque sabe que puedo hacerlo muy bien. Hasta ahora no he podido hacerlo debido a mis compromisos profesionales, y la pandemia lo ha hecho más difícil aún. Pero cuando todo esto pase iré a visitarle y tocaré con su banda. De momento he estado trabajando en el estudio, remasterizando y remezclando esas viejas grabaciones que me enviasteis. Algunas de ellas son grabaciones de estudio y, por tanto, bastante buenas.
TLW: ¿Entonces podemos esperar un nuevo CD con música de The Joint?
KEITH: Sí, he masterizado un nuevo álbum de The Joint y la verdad es que suena muy bien. Muchas gracias por hacer posible que los miembros del grupo volvamos a estar en contacto. ¡Este nuevo álbum va a ser maravilloso!
TLW: A finales de 1968 The Joint hizo un documental para la televisión suiza... ¿Cómo surgió aquello?
KEITH: Habíamos dado muchos conciertos en la zona y nos invitaron a hacer un documental para Suisse TV, ya que los suizos estaban muy impresionados y halagados de que una banda británica hubiera elegido su país como base de operaciones. Para la televisión suiza era todo un acontecimiento tener a un grupo inglés instalado allí.
TLW: ¿Qué recuerdas de aquel documental?
KEITH: Lo recuerdo como una experiencia maravillosa. Nos trataron como a reyes y tuvimos unos acompañantes estupendos que además eran muy competentes como intérpretes en varios idiomas, lo cual nos hizo sentir a todos bastante estúpidos. Dimos varios conciertos patrocinados por la televisión y a lo largo de un mes tuvimos al equipo de filmación siguiéndonos a todas partes en ‘Aganippe’, incluso cuando íbamos al baño, pero siempre fueron muy profesionales y respetuosos con nosotros. Estuvimos recorriendo Suiza a bordo de un vagón de tren en el que teníamos todas las comodidades a nuestro alcance. Recuerdo todo aquello como si hubiera sido ayer, y me trae memorias muy felices a pesar de que yo solo tenía 19 años y era un chico bastante inocente.
TLW: ¿Recuerdas cuándo se filmó ese documental para la televisión suiza?
KEITH: Estoy seguro de que la película que rodamos en Suiza fue mucho antes que esto, aunque no tengo ni idea de cuándo. Recuerdo que el clima todavía era cálido y soleado, por lo que debió ser durante una época templada. Además, hicimos esa filmación mientras aún estábamos en ‘Aganippe’ y antes de regresar al Reino Unido para hacer una gira, lo cual fue algo bastante posterior. Estoy seguro de que el documental tuvo que rodarse durante el último trimestre de 1968, aunque no recuerdo por qué nos eligieron ni quién fue nuestro contacto. Tal vez fue a través de algunos de los visitantes que teníamos en ‘Aganippe’, como Bill Wills, el representante de Peter Sellers, que conocía a mucha gente de la televisión. Sam nos había llevado a un concierto en Ginebra que daba el célebre pianista ruso Sviatoslav Richter, y allí conocí a Inga, una joven holandesa que se convirtió en mi novia hasta finales de 1968. Ella estaba conmigo cuando hicimos el documental y probablemente también aparece en él, ya que la televisión organizó una fiesta en ‘Aganippe’ e Inga se la pasó entera a mi lado. Aunque seguramente el documental fue emitido mucho tiempo después.
TLW: ¿Tienes grabado ese documental?
KEITH: No, no tengo esa grabación ni ninguna otra relacionada con ella porque se trataba de actuaciones en directo y no sé cuándo las emitirían en la televisión suiza, si es que lo hicieron.
TLW: ¿Qué opinas sobre la música que produjo The Joint?
KEITH: La música que produjimos fue muy buena y se correspondió con algo único y bastante original en aquellos tiempos. Todos tocamos excepcionalmente bien y grabábamos las canciones una y otra vez hasta que quedábamos satisfechos con el resultado. Cada grabación definitiva procede de una sola toma sin ediciones, exceptuando algunos pequeños retoques y masterizaciones posteriores. A medida que íbamos perfeccionando las piezas, nos poníamos a grabarlas. Disponíamos de un ingeniero de sonido profesional y estuvimos grabando las canciones una tras otra a lo largo de muchas semanas. Las grabaciones eran de alta calidad para aquella época, e incluso llegamos a usar cintas de carrete, pero creo recordar que solo estaban pensadas como maquetas para presentarlas a posibles compañías discográficas y de representación de artistas.
TLW: Después de vuestra estancia en ‘Aganippe’ empezásteis a ser representados por la agencia de Robert Stigwood en Londres pero, irónicamente, esa fue la etapa final de la carrera de la banda… ¿Por qué?
KEITH: En mayo de 1969 ya habíamos vuelto al Reino Unido y llevábamos bastante tiempo tocando en directo. Al principio los productores y las agencias de contratación se peleaban por nosotros porque nos consideraban un grupo fuera de lo común, pero finalmente acabamos firmando con la agencia de Robert Stigwood en Londres, que también gestionaba a Cream, los Bee Gees y Yes entre otros. Intentaron darnos publicidad, pero aun así eran unos tipos bastante conservadores. Ofrecimos muchos conciertos bajo su gestión, como en The Speakeasy y otros lugares de Londres y Reino Unido e Irlanda del Sur, pero nos mantuvieron en un discreto segundo plano. El negocio musical de aquel período estaba muy controlado por las compañías discográficas, que decidían y manipulaban el destino de las bandas y los artistas. Por suerte, ahora las cosas ya no son así.
TLW: Según nuestras notas, Andy dejó The Joint en febrero de 1969 después de una disputa con Robert Stigwood... ¿Es cierto? ¿Quién fue el cantante del grupo desde entonces hasta que la banda se separó unos meses después?
KEITH: No estoy seguro de que Andy dejase la banda por una disputa con Robert Stigwood... Me parece que la disputa fue más con Sam a nivel financiero, aunque creo recordar que habían sugerido que nos desprendiésemos de Andy y nos convirtiésemos en un cuarteto con Trevor como cantante principal. Así pasamos a ser una banda predominantemente de Swindon y muy alejada de sus orígenes en Folkstone. Lo que inicialmente había sido The Lonely Ones en Folkstone pasó a ser The Joint en Suiza con tres músicos de Swindon, Rick, Steve y yo, además de Trevor y Andy. O los tres de Swindon más Trevor, como se demuestra en la mayoría de las grabaciones del álbum “Freak Street”, en el que Trevor canta la mayoría de las canciones y Andy solo algunas.
TLW: ¿Entonces Andy no dejó The Joint antes de que la banda se disolviera?
KEITH: No sé si Andy llegó a dejar la banda. Por lo que recuerdo estuvo con nosotros hasta la separación, cuando Sam disolvió The Joint y se llevó a Rick. Creo que Andy después se marchó con Rick, no como músico sino como ‘road manager’ o algo así, aunque no estoy totalmente seguro. Me parece que Andy estuvo muy involucrado durante la fase inicial de la nueva banda de Rick, que sería Supertramp.
TLW: The Joint se separó a finales de la primavera de 1969... ¿Recuerdas la fecha exacta?
KEITH: Creo que la banda se disolvió en junio o julio.
TLW: ¿Por qué desapareció el grupo justo cuando acababa de ser financiado por un millonario?
KEITH: Hasta el día de hoy nunca se ha dado ninguna explicación de por qué la banda se disolvió de una forma tan abrupta, y honestamente no lo sé. Pero una de las razones por las que The Joint se separó, según escuché, pudo ser que la agencia de Robert Stigwood estaba tratando de deshacerse de la opinión de Sam dentro del grupo. Creo que querían hacer algo con la banda muy diferente de lo que Sam había imaginado, y obviamente habían visto algo en nosotros ya que de lo contrario no estaríamos bajo su tutela. Creo que la persona que se ocupaba de nosotros en la agencia era Bob Masters, y me dijeron que Sam estaba obstruyendo sus planes y por eso deseaban librarse de él. Tal vez querían que siguiera financiando al grupo, pero sin que tuviera voz en la gestión. Eso explicaría la disolución de The Joint por parte de Sam y también el deseo de llevarse solo a Rick para formar una banda nueva. En la agencia consideraban a Sam como un obstáculo para lo que querían hacer con nosotros y en realidad él no sabía nada sobre el negocio de la música, pero quería ser el dueño del grupo y sacarnos partido. Al no querer perder el control de su inversión, Sam se llevó a Rick y disolvió The Joint.
TLW: La versión oficial siempre fue que Sam vio a la banda tocando en el Marquee y quedó muy decepcionado con vuestra actuación…
KEITH: Eso es lo que escuché, creo que me lo dijo David algunos años después. Por supuesto, dado que Sam y David están muertos, no podemos verificarlo. Pero todos esos acontecimientos tan lejanos están volviendo a mi cabeza al tener que responder estas preguntas. Lo que está claro es que esa nueva banda de Rick se convirtió en un gran éxito como Supertramp, y no hay duda de que se basó en las experiencias que vivimos como The Joint, incluidas algunas de nuestras primeras canciones. Esas grabaciones fueron quizás el comienzo de lo que acabó siendo conocido como Supertramp.
TLW: Por lo que sabemos, Rick solo usó música de The Joint para una intro llamada “Aubade” en el primer álbum de Supertramp y una parte de la canción instrumental “The Teddy Bear Song” para “Where I Stand” del disco de 1987 “Free As a Bird”... ¿Recuerdas alguna otra pieza de The Joint que Rick usó para Supertramp?
KEITH: Para ser sincero, nunca he escuchado nada de Supertramp. No seguí la creciente fama de la banda y no sé nada de eso. Fue la “idea” de lo que estábamos haciendo lo que podría haber ayudado a Rick con Supertramp, no necesariamente ninguna pieza en particular. Al menos eso es lo que yo tengo entendido. Tal vez Rick tomó las ideas de The Joint y las aplicó en el desarrollo de Supertramp. Estoy seguro de que, a medida que el grupo avanzaba, fue encontrando su propia identidad. Realmente no sé mucho sobre la evolución de Supertramp ya que se mantuvo en secreto para el resto de los miembros de The Joint, lo cual fue muy angustioso y una completa sorpresa para todos nosotros. No teníamos ni idea de aquella conspiración, y no hubo absolutamente ninguna conversación al respecto con nosotros. Incluso Gilbert O’Sullivan se enfadó con Rick por hacer eso. De repente Rick desapareció llevándose todo nuestro equipo musical y nos dijeron que había vuelto a Suiza. En mi caso, tuve que pedir que enviaran mi batería de regreso a Inglaterra y por eso estuve sin poder tocarla durante algún tiempo. De todos modos, me alegro de que Rick alcanzase el éxito y espero que esté aplicando toda esa experiencia sabiamente.
TLW: ¿Qué quieres decir?
KEITH: Si Rick aprendió de la experiencia de nuestra estancia en ‘Aganippe’ como una guía para lo que fue Supertramp, entonces confío en que la usó y la aplicó correctamente. Sin embargo, no me consta que haya tenido jamás ninguna deferencia hacia nosotros por haber compartido con él aquella experiencia que acabaría haciéndole rico y famoso. Hasta la fecha, a pesar de todas las sugerencias que Sam y David le hicieron antes de morir, Rick nunca se ha ofrecido a patrocinar nada relacionado con ayudar a sus antiguos colegas de banda, aunque haya estado capacitado para hacerlo a muchos niveles.
TLW: Pareces algo receloso de Rick…
KEITH: De hecho, yo renuncié a muchas cosas por él y además siempre le apoyé. Si yo hubiera aceptado la oferta para tocar con Jimi Hendrix, todo lo demás relacionado con The Joint y Supertramp nunca habría sucedido ya que Galaxy se habría olvidado de The Lonely Ones. Fue idea mía trabajar en nuestra propia música, fue idea mía buscar un apoyo financiero mientras trabajábamos en nuestra propia música, fuimos David y yo quienes convencimos a Sam para que nos patrocinara, fue idea mía cambiar nuestro nombre a The Joint… Hay muchas ideas y operaciones relacionadas con nuestro progreso de las que yo fui el responsable, y Rick no participó en ninguna de ellas. Lo que sucedió con The Joint y después con Supertramp fue el resultado de todo ello. Rick nunca habría dejado su cómoda situación en Swindon si yo no le hubiera convencido, y por tanto Supertramp jamás habría existido.
TLW: ¿Qué crees que habría ocurrido si The Joint no se hubiera separado?
KEITH: Fuimos una banda especial de la década de los 60 y creo que podríamos haber llegado a ser importantes. La insistencia de Stigwood en que nos deshiciéramos de Sam y de Andy contribuyó a la desaparición del grupo, pero Andy demostró que él era una parte integral de la banda y, por lo tanto, aquella fue una decisión desafortunada. The Joint podría haber sido un gran grupo, pues teníamos mucha música nueva que finalmente fue conocida como la de una banda legendaria de los años 60. Creo que podríamos haber sido la “superbanda” alternativa a Supertramp, si Sam se hubiera apartado y nos hubiera dejado a nosotros a cargo de Stigwood. Podríamos haber sido al menos un grupo como Yes.
TLW: ¿Cómo te uniste a The Graham Bond Organisation a finales de ese año?
KEITH: En 1969 Graham acababa de regresar a Gran Bretaña desde los Estados Unidos, y publicó un anuncio en el ‘Melody Maker’ para seleccionar los músicos de una nueva banda que estaba formando. Por entonces yo compartía apartamento en Londres con Gilbert O'Sullivan, que trabajaba en una oficina de correos y por las noches, cuando volvía a casa, se vestía a lo Charlie Chaplin y trabajaba sobre su propia música. Se portó muy bien conmigo y me mostró su solidaridad y apoyo tras la desaparición de The Joint. Gilbert era un católico romano muy devoto y tenía grandes valores éticos. Le enseñé ese anuncio de Graham Bond en el ‘Melody Maker’ y él me animó a presentarme, así que fui el baterista elegido entre veintiseis candidatos. Por cierto, esa banda se llamaba The Graham Bond Initiation, no The Graham Bond Organisation.
TLW: ¿Cuánto tiempo estuviste en ese grupo?
KEITH: Desafortunadamente esa banda no duró mucho, tan solo desde septiembre de 1969 hasta mediados de 1970, y Graham luego se fue a tocar con Ginger Baker’s Air Force. Pero yo me había hecho un nombre como batería y desde ese momento me convertí en el célebre baterista de Graham Bond. Sam y Gilbert fueron invitados a nuestras actuaciones en Londres, como las que dimos en The Speakeasy.
TLW: Entonces mantuviste el contacto con Sam tras la disolución de The Joint…
KEITH: Sí, seguí siendo amigo de Sam y de David hasta la muerte de ambos. Los dos eran como una “familia” para mí. Siempre tuve una gran amistad con Sam, y seguí visitándole en ‘Aganippe’ de vez en cuando. Le estoy muy agradecido por todo lo que intentó hacer por The Joint y valoro mucho todo el tiempo que pasamos en ‘Aganippe’ con él y con su familia. Era un tipo muy excéntrico, pero se hacía querer.
TLW: ¿También mantuviste el contacto con Rick?
KEITH: Visité a Rick cuando estuvo recluido en una casa en Kent con su nuevo grupo, Supertramp, antes de que empezaran a dar conciertos, o al menos antes de que se hicieran famosos o grabaran su primer álbum. Así que debió ser en 1970. Creo que incluso estuve presente en uno de sus ensayos. Recuerdo al guitarrista que tenían entonces, cuyo nombre no me viene a la memoria pero era una excelente persona.
TLW: ¿Cómo fue aquel encuentro con Rick?
KEITH: Todo fue muy cordial y disfruté muchísimo de volver a ver a Rick. Estuvimos bromeando respecto a que él estaba recluido otra vez, tal como nos había pasado en Suiza. No hubo ningún tipo de resentimientos y nos reímos mucho. Me dijo que incluso habían considerado la posibilidad de invitarme a ser su baterista, pero se sintieron un poco intimidados porque yo había tocado con Graham Bond, que era uno de sus ídolos musicales. Le dije que me sentía muy honrado de que hubieran pensado en mí, pero entonces yo estaba a punto de empezar a tocar con el Oblivion Express de Brian Auger y nos habían contratado para realizar muchos conciertos y viajar a Europa. Todo lo demás ya formaba parte del pasado.
TLW: ¿En qué has estado trabajando desde entonces?
KEITH: Después de tocar con Graham me ofrecieron trabajo en muchas bandas conocidas. Me había hecho un nombre como batería de Graham, y gente como Ginger Baker y Jon Hiseman querían contar conmigo. Aquella era una “silla caliente” para un baterista y la prensa musical hablaba mucho de mí. Toqué como invitado para un montón de músicos, y fui el primer batería del Oblivion Express de Brian Auger, de una nueva banda de Long John Baldry, de otra de Alexis Korner... También me ofrecieron tocar con King Crimson y Keith Emerson, pero ninguno de esos trabajos me interesó. Toqué con muchos grupos y tuve numerosas ofertas, pero a principios de los 70 dejé atrás el mundo del ‘rock’ y perdí interés en él.
TLW: ¿Qué hiciste entonces?
KEITH: A lo largo de los años 70 toqué sobre todo en el circuito de ‘jazz’ británico y europeo, con gente como Chris McGregor. Me cansé de la superficialidad que había en el ‘rock’ y encontré mucha más empatía con los músicos de ‘jazz’, que tenían una base espiritual. Ser un batería de ‘jazz’ me inspiró para trabajar duro en la habilidad y la excelencia musical. Luego toqué con Keith Tippet y muchos otros músicos. Durante ese tiempo también asistí a la universidad para fortalecer mi educación musical, porque quería ser compositor. Estudié composición en el Morley College de Londres con Hugh Wood y otros. Cuando emigré a los Estados Unidos seguí estudiando composición musical, técnica musical e historia de la música en la Escuela de Música de Manhattan con Neils Vigiland, y finalmente me concedieron una beca para la Universidad Estatal de Nueva York en Búfalo, donde estudié con Morton Feldman.
TLW: ¿Cuándo emigraste a los Estados Unidos y por qué?
KEITH: Emigré a Estados Unidos en 1980 porque me ofrecieron un trabajo relacionado con una serie de líneas espirituales que desde entonces he ido perfeccionando y se ha establecido como una orden espiritual internacional llamada Ancient Universal Mysteries. Eso es lo que he hecho durante más de treinta años, aunque mientras tanto he seguido componiendo música. También he tocado lo que yo llamo “Temple Percussion”, que es un sistema formado por una variedad de gongs e instrumentos de percusión asiáticos que comencé a incorporar en mis actuaciones en Londres antes de emigrar. He viajado mucho por los Estados Unidos tocando esos instrumentos como solista y dando charlas sobre el significado de la música relacionada con ellos.
TLW: ¿Cuáles han sido tus proyectos más recientes?
KEITH: He seguido trabajando en la composición musical y tengo un conjunto de trabajos que están a punto de ser interpretados a nivel internacional en Estados Unidos, Sudamérica y Europa. También he escrito y he dado muchas conferencias relacionadas con temas espirituales que tarde o temprano serán publicadas. Ahora vivo en el sur de California, pero viajo por el mundo con mucha frecuencia para supervisar el avance y el mantenimiento de nuestra orden espiritual.
TLW: Al margen de Rick y Andy, ¿qué noticias tienes de Trevor Williams, Steve Brass y Martin Vinson, los otros miembros de The Joint?
KEITH: Estuve en contacto con Martin poco antes de que muriese, pero no he sido capaz de contactar con Trevor. Tampoco he mantenido el contacto con Steve, aunque sé cómo le va la vida.
Keith Bailey a la batería durante un ensayo con The Joint.
The Joint en 1968. De izquierda a derecha: Trevor Williams, Keith Bailey, Andy Andrews y Rick Davies.