Juan Lago y Abel Fuentes entrevistaron en exclusiva para THE LOGICAL WEB al gaitero gallego Carlos Núñez, gran exponente de la música celta en España, que ha colaborado en varias ocasiones con uno de los miembros más legendarios de Supertramp, Roger Hodgson.

TLW: ¿Qué artistas o grupos son los que más te han influenciado como músico? ¿Cuál es, para ti, el mayor exponente de la música celta que tan bien has representado a lo largo de toda tu carrera?

CARLOS: Si me hubieses preguntado hace unos pocos años seguramente te habría hablado sólo de The Chieftains, mis maestros, pero con el tiempo he ido aprendiendo a apreciar por ejemplo a otro grande del género, como es Alan Stivell, que de niño me parecía excesivamente roquero, pero claro, había mucha más enjundia en su obra. Y también he podido constatar que había mucha más profundidad en el género y que realmente era un fenómeno de ‘longue durée’, como le llaman los arqueólogos. En la música celta existen elementos que atraviesan los siglos e incluso milenios y llegan a nosotros por tradición oral, formando parte de géneros tan importantes como prácticamente toda la música popular en lengua inglesa, mezclada con su otro gran pilar, que es la música africana.

TLW: ¿Cómo fueron tus primeros años de aprendizaje musical?

CARLOS: En mi ciudad, Vigo, en los 80, los años de mi formación, había dos mundos musicales muy potentes que convivían sin encontrarse, el ‘pop’ español de la movida y la música celta. Yo creo que había una cierta incomprensión mutua, los del ‘pop’ pensarían que no éramos nada ‘cool’ y nosotros pensábamos que musicalmente ellos no eran muy interesantes.

TLW: Pero tú, en cierto modo, conseguiste fusionar ambos mundos…

CARLOS: Para mí fue una sorpresa, al empezar a hacer giras con los Chieftains en la primera mitad de los 90, ver que los grandes del ‘rock’ los respetaban muchísimo, como parte esencial de las raíces de su música, y que al mismo tiempo los Chieftains los respetaban a ellos. Me decían que muchas veces una voz de ‘rock’ era más apropiada para cantar música tradicional profunda que una ‘folk’ o una clásica, que podían ser una versión edulcorada de la verdadera tradición. Y fue a raíz de tocar con los Chieftains junto a The Who, Eddie Vedder, o al vernos compartir escenario con Bob Dylan o Lou Reed, que en España también cambió el chip. De repente los roqueros de aquí vieron cómo sus ídolos valoraban la música celta, y entonces fue cuando comenzaron a hacerlo aquí también.

TLW: Naciste en Vigo en 1971, justo cuando Supertramp acababa de publicar su segundo álbum, “Indelibly Stamped”… ¿Qué opinión te merecen esos dos primeros discos del grupo, que apenas tuvieron repercusión pero muestran el embrión de lo que poco después se convertiría en un éxito absoluto a nivel mundial?

CARLOS: ¡Pues me temo que no soy tan especialista en Supertramp! Lo que sí recuerdo es que en los primeros conciertos que di como invitado de Roger Hodgson me sorprendía que conocía todas sus canciones, así que de alguna forma sí que inconscientemente debían ser parte de la banda sonora de mi infancia.

TLW: ¿Qué piensas respecto al legado que nos dejó Supertramp durante los años 70 y 80? ¿Qué opinión te merecen Rick Davies y Roger Hodgson como compositores?

CARLOS: Pues no sabría decirte, pero imagino que las canciones que haría Roger en sus conciertos como solista serían las suyas, así que es impresionante porque eran conciertos largos, de dos horas o más sin parar de escuchar ‘hits’, uno tras otro. Y, por supuesto, me encantan sus sonoridades con instrumentos acústicos.

TLW: En concreto, la guitarra de 12 cuerdas…

CARLOS: Sí. Una sensación que he tenido improvisando junto a Roger a la guitarra es que, en realidad, aunque su acústica de 12 cuerdas sea relativamente moderna, más que una guitarra como la entendemos en España, me la imagino como si aún guardase algo de la lira de los antiguos bardos celtas, por sus resonancias, bordones y las tensiones que producen sus acordes.

TLW: En 1997 Supertramp, ya sin Roger Hodgson, actuó en Vigo por primera vez… ¿Fuiste a ver el concierto o esa clase de música no era la que más te atraía?

CARLOS: Mi primer disco “A Irmandade das Estrelas” es del 96, se cumplen ahora 25 años. En el 97 imagino que estaría de gira presentándolo. En esa época también ganó un Grammy el disco que grabé en paralelo al mío con mis maestros The Chieftains. Fue un periodo muy intenso de aprendizaje. Yo reconozco que he ido apreciando la música de muchos artistas de ‘pop’ y de ‘rock’ tras conocerlos personalmente, sin mucha información previa.

TLW: Conociste a Roger Hodgson en 1999 durante uno de los conciertos del proyecto “Excalibur” de Alan Simon en el que ambos participasteis… ¿Qué recuerdas de aquel primer encuentro con él?

CARLOS: Pues el recuerdo que tengo es que fue en Rennes, la capital de Bretaña. Roger se presentó en mi camerino con una sonrisa y con su guitarra de 12 cuerdas colgada y ahí empezamos a tocar…

TLW: ¿Cómo surgió la idea de que Roger colaborase en tu disco “Mayo Longo” que publicaste en el año 2000? ¿Tuviste un buen ‘feeling’ con él ya desde el principio?

CARLOS: Cuando Roger apareció por la puerta de mi camerino, pude reconocer el sonido de aquella guitarra. Era inconfundiblemente la guitarra de Supertramp. Aquel sonido era tan evocador que no pude contenerme y entonces cogí una flauta e improvisamos sin parar. Esas improvisaciones quedaron de alguna manera grabadas en mi mente y aquella noche, al llegar al hotel, las escribí y desarrollé sobre el pentagrama. Y esa partitura, junto a una carta, la metí por debajo de la puerta de la habitación de Roger. Y unos días después sonó la flauta. Parece que Roger se había enamorado de aquella música y le inspiró una letra…

TLW: Estás hablando de la canción “The Moon Says Hello” de ese álbum, para la que tú compusiste la música y Roger escribió la letra y puso la voz, la cual es una hermosa conjunción de vuestros respectivos estilos… ¿Cómo la grabasteis?

CARLOS: La grabación de “The Moon Says Hello” fue un puro impulso. En cuanto llegué a mi casa en Vigo, grabé con mi hermano Xurxo unas flautas y unas guitarras de referencia. Se lo enviamos a Roger a California, y él grabó también de manera casera sus voces. Era una demo, una maqueta. Así que quedamos en vernos unos meses después en un estudio de grabación en París para hacer la grabación, ya en serio. Pero, cuando empezamos a calentar, nos miramos a los ojos y casi al unísono dijimos: “Oye, pero si realmente lo que grabaste en casa es hermoso. ¡Es la primera toma, es la auténtica! No vamos a ser capaces de superarla… ¿Y si dejamos que vaya así de ‘naif’ al disco?”. ¡Y así fue!

TLW: En mayo del año 2000, durante la gira que Roger hizo por Europa para promocionar su álbum “Open the Door”, te subiste al escenario de la sala Arena en Madrid para tocar algunas canciones con él… ¿Qué memorias guardas de aquella actuación?

CARLOS: Guardo un recuerdo maravilloso. Roger defendió todo aquel repertorio en el escenario él solito. Cuando me invitó a subir, hicimos “The Moon Says Hello” y unas improvisaciones con guitarra, voz y flauta que duraron cerca de veinte minutos. ¡Aquello fue un trance total!

TLW: En 2007 volviste a trabajar con Alan Simon en la segunda parte de “Excalibur”, que se llamó “L’Anneau des Celtes”, donde además de John Wetton, Alan Parsons y Jon Anderson también colaboraron dos miembros de Supertramp como John Helliwell y Richard Palmer… ¿Llegaste a coincidir con alguno de ellos?

CARLOS: Si te digo la verdad, no soy consciente de haber participado en ese proyecto. ¡Sabes más que yo de lo que he hecho! (RISAS)

TLW: El 23 de julio de 2008, en el primer concierto que Roger ofreció en Vigo como artista en solitario, también le acompañaste interpretando “The Moon Says Hello” y “Time Waits For No One”… ¿Cómo viviste aquella experiencia?

CARLOS: Pues la verdad es que Roger hace que te sientas como un amigo, no marca distancias de superestrella, aunque evidentemente lo es. El recuerdo que guardo de las colaboraciones con él en aquellos años es que era un artista muy valiente, porque, en plena crisis de la música, él solito en el escenario o acompañado por el encantador Aaron MacDonald, se plantaba delante de varios miles de personas con la misma fuerza y seguridad que si tuviese toda una banda detrás.

TLW: ¿Qué sentiste al tocar en tu ciudad junto a toda una leyenda del ‘pop-rock’ mundial?

CARLOS: La colaboración del 2008 fue en Castrelos, ¿verdad? Ese auditorio es mágico, ahí toqué de niño, ahí vi a los Chieftains por primera vez, el Festival Celta de Vigo fue el primero que se hizo en Galicia y luego las autoridades locales lo dejaron desvanecerse. Me da muchísima pena porque me parece uno de los auditorios más especiales que existen en el mundo. Yo no hago un concierto mío en Castrelos desde 2004. Es una verdadera pena y la verdad es que también eso ha hecho que mis últimas apariciones allí, que fueron con Roger, fuesen aún más especiales.

TLW: En 2010 Supertramp volvió a salir de gira después de ocho años de ausencia y, aunque se rumoreó que Roger podría unirse a ellos en algunos conciertos, finalmente no fue así… ¿Sabes qué es lo que pasó para que los fans de Supertramp no vieran cumplido el sueño de ver nuevamente a Roger con el grupo? ¿Te ha contado algo Roger al respecto?

CARLOS: No, la verdad nunca le he preguntado por Supertramp. Roger es una persona muy normal, muy humilde, y las conversaciones que surgen con él son sobre todo humanas, cosas del día a día, o musicales.

TLW: Unos años más tarde, en 2015, Supertramp iba a hacer un nuevo ‘tour’ mundial pero tuvo que ser cancelado un par de meses antes de que comenzara porque a Rick Davies se le diagnosticó una grave enfermedad… ¿Crees que aquella fue la última ocasión que pudimos ver a la banda en directo o confías en que haya una nueva oportunidad?

CARLOS: Ni idea…

TLW: En agosto de 2017 tocaste con Roger por última vez, nuevamente en Vigo… ¿Notaste muchas diferencias respecto a tus anteriores apariciones con él, sobre todo teniendo en cuenta que esta vez le acompañaba toda una banda?

CARLOS: Creo que la última vez que tocamos juntos fue en un auditorio, en el Mar de Vigo, y más adelante volvió a Castrelos y me llamó, pero no pude. Y confieso también que he estado entristecido los últimos años por lo poco que confiamos en nuestra propia música.

TLW: ¿A qué te refieres?

CARLOS: No me parece lógico sólo haber tocado allí como invitado de Roger desde hace veinte años. Me parece que en España confiamos muy poco en nuestra propia música, nuestros propios géneros, quizá con la excepción del flamenco. Llevo media vida también desesperándome con que en el Xacobeo, que es la celebración ‘festivalera’ del año santo compostelano, se ponga toda la carne en el asador para géneros y artistas foráneos y a nuestro riquísimo patrimonio musical le queden las migajas.

TLW: Este año sí participas en el Xacobeo, ¿no?

CARLOS: Sí, y estoy feliz porque, por fin, me acaban de dar la oportunidad de hacer el video de lanzamiento del próximo Xacobeo y ha sido un exitazo. Han participado en él grandes figuras internacionales como Julio Iglesias, Alejandro Sanz, Amaral, Rozalén o Glen Hansard, junto a un montón de artistas gallegos, algunos prácticamente desconocidos, pero todos rindiendo juntos homenaje a la música gallega, desde la época de los celtas de la Antigüedad, pasando por la medieval con los instrumentos del Pórtico de la Gloria o el Renacimiento hasta composiciones actuales basadas en la tradición.

TLW: Se trata de una gran noticia para la música gallega…

CARLOS: Esto es algo en lo que me insistía mucho Roger cuando grabamos: yo le proponía llamar a grandes músicos americanos de estudio de ‘pop’, y él me insistía que mucho mejor hacerlo con músicos gallegos y con nuestros instrumentos. En el último concierto con él, le regalé las cantigas de Martin Codax, el ‘Roger Hodgson’ de hace 800 años de Vigo. Son unas canciones medievales bellísimas que esta ciudad aún no ha sabido valorar como merecen. Cuando terminó el concierto, el Roger de la actualidad, muy sensible y emocionado, vino a mi camerino y se pasó cerca de una hora preguntándome por ellas.

TLW: Además de con Roger Hodgson y Alan Simon, has trabajado con infinidad de artistas nacionales e internacionales consagrados como Vicente Amigo, Luz Casal, Joan Manuel Serrat, Julio Iglesias, Jackson Browne, Dulce Pontes, Sharon Shannon y muchos más… ¿Cuál de todas esas colaboraciones es tu favorita y por qué?

CARLOS: Pues es muy difícil elegir una... Hombre, evidentemente debería destacar a mis maestros, los Chieftains. Ha sido toda una vida de colaboraciones mutuas. También, como he estado muy en contacto con él últimamente, me gustaría mencionar a Julio Iglesias, que es otro de esas superestrellas que se han mostrado humildes y amables conmigo. Julio me invitó a dos conciertos suyos en el Albert Hall, para abrirlos con mi grupo y luego para hacer con él el “Canto a Galicia”, una canción que compuso para su padre, y me sorprendió lo buen músico que era. Ha construido su fama, su personaje artístico sin mostrar que es un gran músico, un gran vocalista, que como Roger tiene la capacidad de escucharte en el escenario e interactuar contigo. No estás acompañando la voz, sino que estás haciendo un verdadero dúo.

TLW: ¿Mantienes un contacto regular con Roger, que acaba de cumplir 71 años?

CARLOS: Pues la verdad es que no. Suele ser Roger quien me contacta cuando viene a Vigo. Yo en alguna gira americana le llamé al pasar por California, pero allí nunca coincidimos. Pero mira, ahora que estamos hablando de él, voy a darle un toque hoy mismo a ver cómo está.

TLW: ¿Cómo te ha afectado a nivel artístico y personal esta maldita pandemia que ha cambiado totalmente nuestras vidas desde hace ya más de un año?

CARLOS: Han sido tiempos duros para todos y especialmente para la música, incluidas las grandes estrellas. Tengo amigos músicos que han pasado el COVID como Jackson Browne o Jordi Savall, y no es ninguna broma. ¡Estamos todos deseando sentir de nuevo el abrazo y el calor del público!

TLW: ¿Cómo llevas el hecho de tener que llevar puesta la mascarilla a todas horas?

CARLOS: Las mascarillas las adopté ya hace muchos años, desde mi primera gira por Japón, cuando aprendí lo eficaces que eran en los aviones y en lugares con aire acondicionado.

TLW: ¿Y qué tal el confinamiento?

CARLOS: La verdad es que el confinamiento me ha hecho caer en la cuenta de que, de alguna manera, los músicos y los artistas pasamos así gran parte de nuestra vida, desde muy jovencitos, estudiando, concentrados. Ha sido como si de repente toda la humanidad empezase a viajar más al interior. Al interior de las personas. Por primera vez muchos creadores han tenido el espejismo de que todo el mundo se solidarizaba con ellos. Quiero creer que todo esto nos ha hecho un poco menos egoístas y que nos ha vuelto a conectar un poco más con la naturaleza.


Carlos Núñez y Roger Hodgson, interpretando juntos "The Moon Says Hello".


Carlos junto a Roger y su banda a la conclusión del concierto en Vigo de 2017.