Juan Lago y Abel Fuentes entrevistaron en exclusiva para THE LOGICAL WEB a Bernard Alexander, técnico de piano y teclados de Supertramp en todos los conciertos de las cuatro giras mundiales que llevó a cabo la banda entre los años 1983 y 1997.



TLW: ¿Cuándo y dónde naciste?

BERNARD: Nací el 21 de Abril de 1957 en Hancock, en el estado de Nueva York.

TLW: ¿Estudiaste algo relacionado con la música o el sonido durante tu adolescencia?

BERNARD: No, pero mis padres eran profesores de música. Ambos cantaban y tocaban la corneta, la guitarra y el piano.

TLW: ¿Cuándo empezaste a trabajar en el negocio de la música y cuáles eran las tareas que desarrollabas?

BERNARD: Empecé en 1976 y me dedicaba a afinar pianos, repararlos, restaurarlos, retocarlos…

TLW: Según nuestras notas, trabajaste para Supertramp como técnico de piano en las giras de 1983, 1985-1986, 1988 y 1997... ¿Es correcto?

BERNARD: ¡Sí, creo que estuve en todas esas giras! También hice algún trabajo sobre el piano Steinway durante las grabaciones de “Breakfast in America”, pero no participé en el tour posterior.

TLW: ¿Cómo te uniste a la plantilla de Supertramp?

BERNARD: Para la gira de 1983 el grupo alquiló un piano Steinway en la compañía ProPiano, donde yo trabajaba, y alguien les recomendó que me encargase de su mantenimiento. Muchos años después de que alquilaran aquel piano, para la gira de 1997, Yamaha les donó uno.

TLW: ¿Afinabas solo el piano o también otros instrumentos?

BERNARD: En todas las giras yo afinaba el piano, el clavinet, los teclados Oberheim, Yamaha, Roland, Wurlitzer... ¡Un trabajo muy jodido!

TLW: ¿Cuántos teclados Wurlitzer solía llevarse el grupo de gira?

BERNARD: Tres, aunque dos de ellos eran auxiliares. Rick Davies siempre quería tocar en el mismo Wurlitzer, pero en cada concierto él ‘torturaba’ algunas notas, así que si yo notaba que alguna empezaba a fallar solucionaba el problema reemplazando la lengüeta por la correspondiente de uno de los otros dos, y después fabricábamos una nueva para sustituir la que habíamos quitado.

TLW: Se cuenta que en alguna ocasión el Wurlitzer llegó a explotar… ¿Es eso cierto?

BERNARD: No recuerdo si conmigo sucedió en alguna ocasión, pero creo que esa fue la razón de que me siguieran llamando después de la gira de 1983… Al parecer era algo que les pasaba con bastante frecuencia antes de que llegara yo.

TLW: ¿Cuál de todas esas giras fue la más dura para ti?

BERNARD: La más dura fue la “Famous Last Tour” en 1983, porque cada día de concierto se hacía muy largo. Me levantaba sobre las 8 o las 9 de la mañana y luego tenía que encargarme de afinar los instrumentos en las pruebas de sonido con Supertramp y también con las bandas teloneras de Joe Cocker y de Chris de Burgh. En esa gira me pasaba todo el día en el escenario, tenía demasiado trabajo y no había tiempo para divertirse mucho. Todas las jornadas eran eternas, ¡pero todavía conservo la chaqueta oficial de aquella gira y sigo entrando en ella!

TLW: Ferrit Rowe, que fue el técnico de monitores en la gira de 1983, nos contó que tú descubriste que el piano tenía una tolerancia muy baja a la luz del sol… ¿Era ese un gran problema en una gira formada por conciertos al aire libre?

BERNARD: ¡Gran tipo Ferrit! Sí, el calor, la humedad y el transporte son perjudiciales para cualquier piano.

TLW: ¿Notaste cierta tensión dentro de la banda o el equipo técnico durante la gira de 1983 en relación a la inminente marcha de Roger Hodgson?

BERNARD: Siempre había tensiones, pero era un grupo muy profesional. ¡El mundo de la música es muy complicado! Músicos, técnicos, representantes… Siempre hay peleas. Pero cuando llegaba el momento de arrimar el hombro todo el mundo hacía bien su trabajo para que el concierto saliera lo mejor posible.

TLW: ¿Recuerdas alguno de los conciertos en España de aquella gira?

BERNARD: ¡Recuerdo que en el de Madrid hacía más calor que en el infierno!

TLW: ¿Y qué puedes contarnos del concierto en el parque de Sceaux en París ante 85,000 personas, del que nos has enviado una foto?

BERNARD: Era un lugar precioso. ¡Y no recuerdo una multitud tan grande en el resto de mi carrera profesional! Hice la foto desde mi posición habitual, en la parte trasera del escenario observando a Rick y a Roger según se iban alternando en los distintos teclados que había sobre el escenario. ¡Una gran diversión!

TLW: ¿Qué opinión te dejó Roger en su última gira con Supertramp?

BERNARD: Roger siempre era muy amable y quería que las cosas salieran bien. Le recuerdo con su enorme sonrisa, siempre tranquilo y relajado. Al igual que Rick, era un músico muy competente. Fue una pena que dejara el grupo, porque creo que era una gran parte del mismo. Pero las cosas cambian.

TLW: ¿Cuál crees que fue la razón por la que Roger dejó Supertramp en 1983, cuando la banda tenía tanto éxito?

BERNARD: ¡Ese asunto es demasiado complejo para mí, pero fue algo muy triste!

TLW: El ingeniero de sonido en directo de Supertramp, Russel Pope, falleció hace tres años… ¿Tienes algún recuerdo especial de él en aquella gira de 1983 en la que ambos trabajasteis?

BERNARD: Vaya, no sabía que Russel había muerto… Otro tipo muy amable, y un gran lector de libros como yo. Sudafricano, si no recuerdo mal. También estaba escribiendo un libro. Hablábamos a menudo, y a veces me enseñaba cómo era su trabajo en la mesa de mezclas. Creo que era un gran amigo de Roger, y me parece que él y Biggles siguieron a su lado cuando abandonó el grupo.

TLW: ¿Fue la gira de 1985-1986 muy diferente a la de 1983, teniendo en cuenta que se habían producido bastantes cambios en la banda y el equipo técnico?

BERNARD: ¡Para la banda fue diferente, pero para mí en realidad el trabajo era el mismo! Hubo muchos cambios entre el personal, e incluso durante la gira se produjeron algunas rotaciones entre los técnicos, con varios despidos. Fue una época de locos.

TLW: Esa fue la única gira en la historia de Supertramp en la que solo fueron interpretadas canciones de Rick, no tocando ninguna de Roger… ¿Recuerdas si eso era algo que molestaba al público?

BERNARD: Puede ser… ¿Tal vez no sabían que Roger ya no estaba en la banda? ¡Los conciertos seguían siendo muy buenos!

TLW: ¿Sabías algo sobre un acuerdo entre Rick y Roger según el cual Supertramp no debía tocar las canciones de Roger sin él? Porque después de aquella gira volverían a ser incorporados al repertorio algunos de sus grandes éxitos…

BERNARD: Eso quedaba fuera de mis competencias, yo solo era un técnico de escenario y no tenía nada que ver con el grupo entre gira y gira. Y lo mismo me sucedía con otras bandas con las que he trabajado. Rick solía llamarme antes de que empezaran los ensayos de cada gira, para ir practicando el repertorio, pero yo no era su confidente sino su técnico de piano y teclados. Era un gran profesional, y me llevaba muy bien con él. Quiero mucho a Rick y a Sue, pero nunca me metí en esos asuntos. Estaba demasiado ocupado preparando los conciertos.

TLW: ¿Recuerdas la gran nevada que obligó a cancelar varios conciertos de aquella gira europea de 1986?

BERNARD: Sí, claro que la recuerdo. Fue a finales del mes de Enero. Creo que nos quedamos atrapados en una zona de parada de camiones, justo antes de llegar a la frontera entre España y Francia. Si no recuerdo mal, pasamos alguna noche en la localidad natal de Salvador Dalí antes de poder llegar hasta Francia.

TLW: ¿Conocías las fotos de esa gira que ilustran esta entrevista? Fueron tomadas por el ‘tour manager’ Richard Ames...

BERNARD: No, no las conocía… Richard Ames siempre llevaba una cámara encima. Un buen tío, amable y muy extrovertido.

TLW: ¿Quiénes fueron los técnicos de escenario durante la gira de 1988?

BERNARD: Recuerdo que los ensayos comenzaron a finales de 1987, pero después la gira por Australia fue cancelada y nos pagaron tres cuartas partes del sueldo de aquel mes. Empezamos con Biggles en los monitores y después le sustituyó Tony Stabile. Adrian Fritzpatrick era el asistente de Norman Hall en la mesa de mezclas. Yo me ocupaba de los teclados, el piano y los saxofones, Andrew Forster del Hammond y de todas las cuestiones digitales, Andy Moore de las guitarras y Neil Glover de la batería, pero luego también se marchó con Biggles. ¡Todos juntos formábamos un buen equipo!

TLW: No sabíamos que Biggles había empezado esa gira… ¿Recuerdas cuándo y por qué se marcharon él y Neil Glover?

BERNARD: No recuerdo exactamente cuándo, y nunca supe cuáles fueron los motivos. Se trata de asuntos de ‘management’ sobre los que no se suele hablar.

TLW: ¿Y qué puedes contarnos de la gira de 1997?

BERNARD: Esa fue mi última gira con Supertramp, y en ella me encargué de todos los teclados además de los saxofones e instrumentos de viento de John Helliwell y Lee Thornburg… ¡John es muy divertido y un gran tipo! En un concierto de aquella gira me rompí el pie al saltar la pared que había entre el público y los camerinos. Escuché un sonido extraño en Wurlitzer y necesitaba mis auriculares, que estaban en la mesa de mezclas, así que salí corriendo a buscarlos. ¡Y me rompí el talón y varios dedos del pie!

TLW: Por cierto, John Helliwell cuenta esta anécdota sobre ti: “Durante la gira de 1983, Bernard, nuestro técnico de piano, aprovechó un día de descanso para irse a esquiar, lo cual estaba prohibido, y se rompió una pierna. A partir de entonces empezó a utilizar muletas y cada día, mientras estaba durmiendo, le quitábamos un par de centímetros de cada muleta y le cambiábamos las gomas de abajo. Después de una semana empezó a tener problemas al usar las muletas, pero seguimos haciendo lo mismo durante varias semanas más para nuestra diversión. Jamás se lo contamos”... ¿Algo que comentar al respecto?

BERNARD: ¡No sabía que John también había formado parte de ese complot! Yo estaba un poco jodido, con dolores en la rodilla, y la gira se volvió más dura todavía para mí. Pero John está un poco equivocado, porque fue en la gira de 1988 cuando me lesioné la rodilla esquiando en Andorra. Sucedió durante algunos días libres que teníamos entre el concierto de Madrid y el de Burdeos, en el mes de Marzo.

TLW: ¿Cómo fue el accidente?

BERNARD: Salté desde una cornisa sobre lo que creía que era nieve, pero en realidad se trataba de una placa de hielo. Así que empecé a caer montaña abajo dando volteretas hacia atrás, hasta que finalmente mi rodilla se quedó atascada en el hielo. Volví a ponerme los esquís y seguí descendiendo, pero enseguida la rodilla se hinchó como un balón. Ahora soy un esquiador experto, pero entonces la cagué. ¡De gira y con muletas, hay que joderse!

TLW: Es de suponer que debió ser muy duro para ti…

BERNARD: ¡Podía haber sido peor! Mi buena amiga Sandrine D’Auteuil vino a echarme una mano en el resto de la gira, e incluso dormíamos en la misma litera. Se unió al equipo de ‘catering’, pero también ayudaba a los técnicos de sonido, ocupándose de los saxofones de John. Y además salía al escenario a cantar como una ‘Trampette’. ¡Vaya mujer, ella también colaboraba en la tarea de recortar mis muletas! Creo que luego hizo otra gira con Supertramp como responsable de los monitores. ¡Si hubiera sido capaz de afinar el piano, me habrían despedido a mí y la habrían contratado a ella!

TLW: Entonces hubo unos cuantos miembros del equipo que participaban en el recorte de tus muletas…

BERNARD: ¡Sí, todos me putearon con las muletas! ¡Yo no noté nada, y ellos incluso venían a pedirme mi sierra cuando yo estaba en el escenario para recortarlas! Al final me hicieron un collar con todos los trozos de muleta que habían ido recortando, y me lo regalaron después de dar el último concierto de la gira en el Albert Hall de Londres. ¡Fue divertido! Típico humor inglés de mi amigo ‘Teabag’, un tipo encantador con un gran sentido del humor.

TLW: ¿Quién es ‘Teabag’ (‘Bolsita de té’)?

BERNARD: ‘Teabag’ era el apodo de Andrew Forster, el otro técnico de teclados en aquella gira. Le gustaba mucho tomar el pelo a los demás, y se acercaba sigilosamente a mí cuando yo estaba concentrado afinando algún instrumento para llevarse las muletas, recortarlas y volver a dejarlas en su sitio. Un tipo muy ingenioso.

TLW: ¿Por qué dejaste de trabajar con Supertramp?

BERNARD: Me pidieron participar en la gira de 2002, pero por entonces yo tenía un trabajo fijo como técnico y afinador, y gracias a eso pude proporcionarle a mi hijo una completa educación en el mundo de las tecnologías. Ahora trabaja en Microsoft. Así que, con todo el dolor de mi corazón, tuve que decirles que no podía y entonces buscaron a otra persona. ¡Me dijeron que Rick contrató a una australiana preciosa para hacer mi trabajo! Hoy en día volvería a salir de gira con ellos si me lo pidieran.

TLW: ¿Cuál es el mejor recuerdo que guardas de tu época en Supertramp?

BERNARD: Fue en Vancouver, durante la gira americana de 1997. Había un técnico local bastante mayor que estaba preparando el concierto con nosotros y le dábamos las tareas más sencillas porque nos habían dicho que llevaba un marcapasos. En un momento dado se desvaneció justo delante de mí mientras llevaba un saxofón en cada mano. Entonces me puse a darle los primeros auxilios, haciéndole la reanimación cardiopulmonar mientras otro técnico se ocupaba del boca a boca. Le mantuvimos con vida hasta que llegó la ambulancia, y cuando por fin se presentó la banda para hacer las pruebas de sonido alguien me dijo que había logrado sobrevivir.

TLW: Así que le salvaste la vida…

BERNARD: Sí. Al terminar el concierto ya me había olvidado de lo ocurrido, y cuando me dirigía al autobús todo el mundo empezó a gritar y a aplaudir. Pensé que tal vez la banda estaba todavía por allí, pero un tipo muy grande vino corriendo hacia mí y me dio un enorme abrazo. Era el hijo de aquel hombre. Me quede abrumado, y esa fue la única ovación que he recibido en toda mi vida. Todavía me siento muy bien recordando aquello.

TLW: Mucha gente que trabajó para Supertramp en los años 70 y 80 dice que el grupo y los técnicos formaban una especie de “gran familia”… ¿Estás de acuerdo?

BERNARD: Sí, eran buena gente. ¡Mucho trabajo, pero una aventura impresionante! Los conciertos eran fantásticos, y los músicos, los técnicos y los conductores eran unos tipos geniales. Respeto a todas aquellas personas con las que trabajé, y algunas de ellas eran simplemente increíbles. En cada gira el personal era diferente y el trabajo era muy duro, pero lo pasamos bien y tengo grandes recuerdos. Casi todos buenos, aunque también hay unos pocos malos.

TLW: ¿Alguna mención especial para alguien?

BERNARD: ¡Para quienes llevaban el ‘catering’! Nos daban una comida estupenda y trabajaban mucho a lo largo de todo el día. Se levantaban muy temprano y se acostaban muy tarde. ¡Se merecen un gran reconocimiento! Y también la gente de los camerinos, que me proporcionaban mi propia sala para poder descansar y darme una ducha.

TLW: ¿Con qué músico de Supertramp tuviste una mejor relación?

BERNARD: Sobre todo con Rick, pues nuestra relación siempre fue muy estrecha. Rick confió en mí y es un guerrero de la música, así que le admiro mucho. Una vez le prometí que siempre estaría a su lado, y por eso hice tantas giras con Supertramp. También respeto mucho a John, a Bob y a Dougie, y jamás haría nada que pudiera molestarles incluso aunque ya no estemos en contacto. Y, por supuesto, no quiero olvidarme de Roger… ¡Espero que algún día Supertramp logre entrar en el Salón de la Fama!

TLW: ¿Sigues en contacto con algún miembro de la banda o del equipo técnico?

BERNARD: Hablo a menudo con Jesse, y de vez en cuando con Rick. ¡Creo que Rick todavía sigue tocando, y eso es una gran noticia!

TLW: ¿Con qué otros espectáculos de ‘rock’ has trabajado?

BERNARD: Grateful Dead, Santana, Starship, Montrose, Toto, Don Henley, Carole King, Chick Corea, Neil Young, Herbie Hancock, Stanley Clarke…

TLW: ¿Dónde vives ahora y a qué te dedicas actualmente?

BERNARD: Sigo viviendo en Los Angeles… ¡Soy autónomo, pero ya estoy preparándome para la jubilación!


Bernard probando los teclados en la gira europea del año 1986.


Mark Hart y Bernard Alexander en un momento de relax durante el tour "Brother on the Road".


Foto de Rick Davies realizada por Bernard en el concierto que ofreció Supertramp en París en 1983.