Artículo de Stefan Woldach publicado en el diario alemán "Berliner Zeitung", de la época en que fue publicado el álbum "Some things never change".

“Hay algunas cosas que nunca cambian. Por ejemplo, la hora del té en Inglaterra: siempre las cuatro de la tarde”, dice Rick Davies, teclista y cantante de Supertramp, que es británico en cuanto a tradiciones, a pesar de haber sido adoptado por California. Tal vez por eso el título del nuevo álbum del grupo sea ‘Some things never change’.

Como en sus mejores tiempos, con discos como ‘Crime of the century’, ‘Crisis? What crisis?’ o ‘Breakfast in America’, y tras una ausencia de casi diez años, Davies ha regresado para ofrecer un nuevo trabajo que contiene los signos de identidad típicos de la banda: una música basada en los teclados, formada por cautivadoras melodías y suaves baladas, todo ello adornado con sonidos de saxofón.

Evidentemente, se trata de un disco para nostálgicos amantes de este tipo de música, incluyendo la obligatoria excursión de diez minutos por sonidos grandilocuentes. “Cada una de nuestras canciones tiene la duración que requiere”, dice Davies. “¿Por qué deben ser todas de tres minutos, como las que se escuchan ahora en la radio? Eso es como decir que el sexo sólo debe durar tres minutos”.

En la nueva banda, Davies cuenta con dos miembros legendarios del grupo: el saxofonista John Helliwell y el batería Bob Siebenberg. El guitarrista Roger Hodgson, uno de los grandes artífices del éxito del grupo, lleva años separado de Davies y no ha sido invitado a esta reunión. “Lo intentamos anteriormente, pero no fue una buena experiencia para ninguno de los dos. Roger se sentía maniatado dentro de la banda, quería más libertad. Así que no quiero volver a hablar de una posible reunión con él”.

Durante los últimos diez años, Davies se ha dedicado a disfrutar de la soleada California, sin hacer prácticamente nada más. Sólo hace un año que decidió desempolvar sus teclados y empezó a engrasar sus oxidados dedos. “Estuve ensayando mucho tiempo, hasta que mis dedos volvieron a coger rapidez, practicando sobre todo con canciones tradicionales de Cole Porter y con temas de ‘rhythm and blues’”.

Los críticos se quejan últimamente de que el sonido de la música británica actual es demasiado perfecto y tiene mucha ampulosidad pero muy poca alma. Davies lo niega: “Las sensaciones que tengo con esta nueva banda son totalmente distintas, mejores incluso que las que tenía con la anterior banda. Y si comparas nuestra forma de trabajar con los métodos habituales que hay en la actualidad, totalmente basados en los ordenadores, nuestra música tiene mucha vida”.

Además de tener mucha vida, su música sigue contando con un sonido Supertramp inconfundible, una vieja receta que Davies defiende a ultranza. “Naturalmente, habría sido un gran error intentar adaptar nuestra música a los tiempos que corren. No es nuestra intención convertirnos en una banda de los años 90”.

Los fans de Supertramp toda la vida lo agradecerán, pero ‘Some things never change’ también está dirigido a un público menos adulto, pues hay muchos jóvenes que aún no conocen canciones como ‘Dreamer’, ‘Give a little bit’ o ‘Take the long way home’. “En ese caso, todavía tienen unas cuantas buenas canciones por descubrir”, dice Davies con una sonrisa. “No pasa nada, seguro que también hay jóvenes que no saben quiénes eran los Beatles”.

No cabe duda de que se trata de un tipo con una gran confianza en sí mismo…