Crónica de Rob Williams sobre el concierto de Roger Hodgson en Winnipeg, publicada en "Winnipeg Free Press".

En los conciertos es normal que el público cante, pero que silbe no es tan habitual. Anoche, casi todos los asistentes al concierto del Teatro Burton Cummings de Winnipeg, emplearon unos segundos en hacer música con los labios para colaborar con Roger Hodgson, antiguo cantante de Supertramp, durante la parte inicial de la canción ‘Easy does it’, del álbum ‘Crisis? What crisis?’ de 1975.

El efecto de unas mil quinientas personas silbando juntas fue algo escalofriante, y consiguió exactamente lo que el cantante buscaba: unir a todas ellas mientras compartían su gozo por la música.

“Mi trabajo esta noche es haceros entrar en calor, y hacer entrar en calor mi corazón. Todas estas canciones son una especie de medicina para mi corazón, y espero que también lo sean para vosotros. Creo que la música es alimento para el espíritu y para el corazón”, dijo Hodgson antes de interpretar el himno ‘Give a little bit’ acompañado por todo el público.

Podría parecer que Hodgson decía esas palabras por cumplir, pero no cabe duda de que el sonriente músico de 56 años era totalmente sincero en lo que se refiere a su amor por la música y a su cariño por el público, el cual le correspondió con numerosas ovaciones largas y espontáneas.

Hodgson actuó a solas, moviéndose entre los teclados, el piano y la guitarra acústica, y en algunos momentos fue acompañado por un saxofonista que también hizo algunos coros. Esa escasa instrumentación destiló aquellos grandiosos clásicos del pop progresivo hasta convertirlos en canciones sencillas que sin embargo parecieron resultar más efectivas que cuando la antigua banda de Hodgson tocó sin él hace unos cuantos años en el Estadio Winnipeg Arena.

La inconfundible voz de Hodgson no ha perdido un ápice de su fuerza, y consiguió llegar a todas las notas igual que lo hacía durante la época dorada de Supertramp. Fue sorprendente la potencia con la que cantó la frase “we’re such damn fools” en la parte culminante de ‘Hide in your shell’.

Hodgson interpretó sobre todo canciones de la época comprendida entre 1974 y 1984, pero una nueva balada que toca al piano, ‘Oh brother’, encajó perfectamente en el repertorio y fue recibida de forma muy calurosa. Tocó todos los éxitos de su etapa en Supertramp y de su carrera en solitario, empezando el concierto con ‘Take the long way home’, una canción llena de vitalidad procedente del triunfal álbum de 1979 ‘Breakfast in America’, un disco que, según señaló Hodgson, tiene en casa uno de cada quince canadienses. Otros grandes momentos de la actuación fueron ‘The logical song’, un tema inspirado en su época de estudiante, las canciones de tinte espiritual ‘Lord is it mine’ y ‘Even in the quietest moments’, y la movida ‘Dreamer’.

Entre canción y canción, Hodgson, vestido como un antiguo caballero inglés con camisa de mangas anchas y pantalón negro, se dirigió constantemente al público y habló sobre el tiempo, sobre el origen de las canciones y sobre su entusiasmo por encontrarse en su primera gira por Canadá en más de dos décadas.

Después de un descanso de veinticinco minutos tras la primera parte del concierto, a Hodgson se le unió sobre el escenario Rob James, un cantante local que participó en el popular concurso televisivo ‘Canadian Idol’ y con quien Hodgson trabajó hace unos meses. Cantaron juntos un total de tres canciones, entre ellas ‘Breakfast in America’, en la que ambos intercambiaron frases y armonías.

A mitad de la segunda parte del concierto, la cual duró unos sesenta minutos, Hodgson empezó a atender peticiones del público, como fue el caso de ‘School’, un gran éxito radiofónico extraído del álbum ‘Crime of the century’ de 1974.

El concierto de anoche fue grabado para su posible emisión en el programa de televisión de Oprah Winfrey, como parte de su campaña ‘Pay it Forward’, cuyo himno es la canción ‘Give a little bit’.