Entrevista de Ferid Bannour con el legendario batería de Supertramp y su hijo, aparecida en la revista musical francesa "Batteur" en plena gira promocional del álbum "Slow motion".
Bob Siebenberg lleva casi 30 años marcando el ritmo en Supertramp. Mientras tanto, su hijo Jesse ha ido creciendo hasta unirse a él en el grupo.
PREGUNTA: ¿Desde cuándo eres el batería de Supertramp?
BOB: Desde 1974, o sea que llevo 28 años ya. Tenía 24 años cuando entré en la banda, y ahora tengo 52.
PREGUNTA: ¿Cómo definirías la función de la batería en el grupo?
BOB: Es el esqueleto de la música, la pulsación interna de la canción. Es una arquitectura con balanceo y creativa, que deja mucho espacio a los solistas, porque yo toco más bien de una forma bastante económica y retraída.
PREGUNTA: ¿No te has dedicado nunca otra cosa, como a hacer de músico de sesiones por ejemplo?
BOB: No es lo mío. Cuando he hecho alguna otra cosa siempre ha sido con amigos, en un ambiente agradable. Por ejemplo con Phil Lynott, pues he participado en sus dos álbumes en solitario por amistad. Trabajar a destajo nunca ha sido lo mío. Toco en bandas desde que tenía 12 años, en aquella época hacía música surf. Jamás recibí clases, jamás fui a Berklee o a sitios similares, y jamás seguí un método. Toqué en varios grupos, y punto.
PREGUNTA: ¿Cómo acabaste en una banda inglesa, siendo americano?
BOB: Dejé Los Angeles y me marché a Londres en 1971. Allí toqué con mucha gente, sobre todo en grupos de 'pub rock'. Rick Davies y Roger Hodgson vivían enfrente de un pub donde yo actuaba un par de días a la semana. Venían a menudo y les gustaba mi forma de tocar, en particular mi sonido. Con mi grupo acabamos siendo teloneros de Supertramp, que en aquella época tenía otro batería y otro bajista. Finalmente me pidieron que tocara con ellos. Al principio me negué, porque creía que no tenían futuro. Pero me caían bien y les hacía visitas en su casa, donde tenían un montón de cintas con canciones que estaban preparando. Poco a poco me fui interesando en esas canciones y empecé a trabajar con ellos sobre esas maquetas. Aquello acabó convirtiéndose en "Crime of the century", y lo demás es historia.
PREGUNTA: ¿Cuál es el secreto de tu sonido de batería en "Slow motion", el nuevo álbum del grupo?
BOB: En realidad, es Ross Garfield quien lo ha hecho todo. El sabe lo que me gusta y preparó todo mi material para las sesiones de grabación. Al sentarme a la batería no tuve que hacer el más mínimo ajuste.
PREGUNTA: Según lo que hemos podido oír, lo hiciste todo con el mismo equipo… ¿Ni siquiera cambiaste de caja?
BOB: No, es una vieja Tama de acero de 7 pulgadas y media. Por cierto, he grabado todos los discos desde 1977 con ese tipo de caja, ya fuera Tama o Ludwig Super Sensitive. La batería ha sido una vieja Gretsch que pertenece a Ross, totalmente cruda, sin barniz ni revestimiento.
PREGUNTA: ¿Tienes un contrato con Gretsch?
BOB: No, lo tengo con DW, porque me gustan sus accesorios y sobre todo sus pedales. Cuando estoy de gira utilizo una Gretsch pero con herrajes DW, pues no les importa. Me dijeron que tocara con lo que quisiera mientras utilizara sus pedales. Por otra parte, tengo un contrato de promoción con Regal Tip para las baquetas, y con Remo para los parches.
PREGUNTA: Tienes un sonido totalmente inconfundible, casi una marca de fábrica. Sin embargo, no pareces volverte loco en lo que se refiere al material…
BOB: El sonido me importa mucho, pero no soy ningún especialista en cuestiones técnicas. Ni siquiera conozco el tamaño exacto de mis tambores. Es una clase de información que me trae sin cuidado. Pero sé cómo trabajar con un ingeniero de sonido para obtener el sonido que quiero. Y Ross Garfield sabe muy bien lo que necesito.
PREGUNTA: ¿Desde cuándo tocas con un percusionista, que ahora resulta ser tu hijo?
BOB: La primera vez fue en 1988, y se llamaba Steve Reid. Mi hijo Jesse se unió al grupo en la gira de 1997. Desde entonces está integrado en la formación, y también toca la guitarra y los teclados.
PREGUNTA: ¿Entonces eres multi-instrumentista, Jesse?
JESSE: Sí… Será porque crecí en una casa llena con todos los instrumentos posibles e imaginables.
PREGUNTA: ¿Fue tu padre un buen un profesor de batería?
JESSE: Sí, pero no me obligó a seguir una dirección ni me forzó a hacer nada.
BOB: Yo tenía unas diez baterías en casa, y Jesse empezó a tocar con un equipo enorme que tenía un montón de tambores. Le quité casi todo y le dejé sólo la caja, el bombo y el charles, diciéndole que antes tenía que aprender a hacer algo con eso. Así es como se capta la esencia del ritmo.
JESSE: Estuve dos años en la Escuela de Música Berklee, y acabé planteándome una carrera como músico profesional.
PREGUNTA: No está nada mal empezar tu carrera tocando con Supertramp, ¿no?
JESSE: Sí, está bastante bien, no puedo quejarme.
BOB: Tenemos el mismo sentido del ritmo, lo que nos permite desarrollar una muy sólida complicidad entre la batería y la percusión.
PREGUNTA: ¿Le dices lo que tiene que tocar o lo dejas a su elección?
BOB: Por regla general, suele hacer más o menos lo que él quiere.
JESSE: Pero también hay partes muy específicas que debo tocar tal y como se ha establecido en las maquetas.
PREGUNTA: Bob, ¿te parece el oficio de músico más fácil hoy que cuando tu empezaste?
BOB: Qué va, es mucho más duro hoy. Antes las mentalidades eran mucho más abiertas. Hoy en día una banda como Supertramp no habría tenido la menor oportunidad de abrirse paso. El grupo empezó a tener éxito sólo después de tres álbumes. Hoy, si un grupo de jóvenes principiantes no destaca desde su primer álbum, su discográfica les rescinde el contrato.
PREGUNTA: Jesse, siendo tan joven, ¿no preferirías tocar en una banda de un rock más duro?
JESSE: A mí me gusta la música cuando es buena y original, sea del estilo que sea. No se me da mal tocar con doble pedal, pero mi cultura no es mucho de rock duro. Me gustan las canciones pop y bandas como la de Dave Matthews.
PREGUNTA: Supertramp siempre ha tocado el mismo tipo de música desde sus inicios, y hoy en día el grupo todavía sigue ahí…
BOB: Nunca nos ha dado por seguir las modas, pues pasan rápido. Hemos permanecido fieles a la música que nos gusta, lo cual por otra parte es bastante raro en este oficio.
PREGUNTA: ¿No habéis tenido nunca la tentación de interesaros por la música electrónica, las programaciones, los bucles de batería?
BOB: En una época sí, pero en Supertramp siempre hemos tenido una batería de verdad y yo siempre he hecho mis partes con toda libertad. Sin embargo, llegué a tocar sobre una caja de ritmos, pero me faltaba espacio para evolucionar. Mirándolo retrospectivamente, fue un error. Somos buenos como grupo orgánico. En cuanto nos sincronizamos con un clic o una programación, perdemos nuestro ritmo natural. Para nosotros, un grupo son cinco o seis colegas que hacen música juntos.
PREGUNTA: ¿Qué temas de Supertramp consideras que son los más representativos de tu forma de tocar la batería?
BOB: En el nuevo álbum, "Goldrush" y "Tenth avenue breakdown". En los anteriores, "Asylum" es un buen ejemplo del ritmo lento y potente que sé hacer. En "Cannonball" hay un único hilo de batería a lo largo del tema, y todo reside en la disciplina del ritmo. "The logical song" posee un bonito movimiento, con la batería bailando por encima de la canción.
PREGUNTA: Al volver a escuchar lo que tocaste en el pasado, ¿piensas que hoy tocarías de manera diferente ciertas cosas?
BOB: En realidad, en el nuevo álbum habría tocado de otra manera "Dead man's blues" si hubiéramos ensayado un poco más. Pero esa canción la hemos empezado a tocar ya en el estudio de grabación.
PREGUNTA: ¿Tenéis por costumbre hacer varias tomas de cada canción?
BOB: "Goldrush" es una primera toma, y "A sting in the tail" también. "Tenth avenue breakdown" debió ser la cuarta. Grabamos los teclados, el bajo y la batería juntos. Y luego añadimos la guitarra y los demás instrumentos.
PREGUNTA: Bob, ¿no te has sentido nunca prisionero de un estilo?
BOB: No mucho, pero quizás me habría gustado tocar algo más de jazz. Tocamos un poco entre nosotros, ya que a los demás les gusta bastante ese estilo. No es mi cultura, pero puedo decir que probablemente nunca habría conocido el jazz si no me hubiera unido a Supertramp. Los demás son los que, mientras estábamos de gira, me han hecho descubrir a músicos como Art Blakey o Max Roach. Pero en realidad no es algo que eche de menos.
PREGUNTA: ¿Es Supertramp, en cierto modo, el único grupo de tu vida?
BOB: Sí, eso parece... Podemos estar tres o cuatro años sin tocar juntos, pero en el primer ensayo volvemos a sentir el mismo placer de siempre. El único incidente en nuestra trayectoria fue que Roger Hodgson se marchara en 1983. A partir de 1988, ya que llevábamos trabajando sin parar desde 1974, nos tomamos un tiempo para dedicarnos más a nuestras vidas familiares. Antes no habíamos pensado demasiado en ello, pues estábamos muy ocupados. Pero llega un momento en que los hijos, cuando crecen, necesitan que estés a su lado.
PREGUNTA: Jesse, ¿echabas de menos a tu padre cuando eras pequeño?
JESSE: Sí y no… Fui un niño muy feliz, incluso cuando me di cuenta de que mi padre no llevaba una vida normal. El hijo de John Helliwell, el saxofonista, sólo es once meses mayor que yo, y en las giras nos dedicábamos a jugar con la bici o el monopatín detrás del escenario.
PREGUNTA: Y ahora, Bob, ¿qué actividades tienes fuera del grupo?
BOB: Entreno a un equipo juvenil de beisbol en mi cuidad, y paso mucho tiempo en la playa, haciendo surfing o bañándome. Procuro mantenerme en forma.