Crónica de la revista musical española "Popular 1" sobre el concierto de Supertramp en la capital catalana durante la gira "Brother on the road".

“An evening with Supertramp!”, gritó John Anthony Helliwell, y con él llegó el escándalo. El grupo logró deshacer el entuerto de la no presencia de su carismático guitarrista y voz Roger Hodgson por completo en sus galas hispanas. Y precisamente lo hizo de largo en su actuación en el Pabellón de los Deportes de Barcelona, donde el público se entregó desde un principio, desde la simpática y parodiante aparición de Helliwell con una bufanda del primer club de la ciudad.

Tampoco vamos a repetir lo que ya dijimos del concierto de París, así que ante todo debo aclarar que lo que quizás mejor han hecho estos ingleses afincados en California ha sido escoger a los músicos invitados. Dos excelentes guitarristas, Carl Verheyen de San Francisco y Marty Walsh, de Hollywood, haciendo diabluras en las primeras filas.

El teclista Mark Hart le hacía todas las voces altas y los coros a Rick Davies, que por otra parte estuvo francamente sensacional la noche de Barcelona, yo diría incluso que fue la mejor ocasión en que yo le vi de toda su historia. Claro que el repertorio era intrínsecamente suyo, tanto el nuevo como el antiguo de “Bloody well right” o “From now on”.

Y no hablemos de Scott Page, saxo, percusión y voces, que se pegó un solo junto a Helliwell que puso en pie a todo el local, demostrando ambos cada uno su estilo bien diferenciado de tocar pero doblemente satisfactorio.

El repertorio, como ya he dicho antes, fue el mismo que vimos en París, y lo mismo que allí con lo único que se aburrió un poco el público fue con la larga versión de “Brother where you bound”, pues lo demás, espectáculo y música, fueron de alta calidad. Destacar también el excelente sonido que el grupo obtuvo en escena, con cada instrumento y voz completamente diáfanos al oído, detalles que siempre se agradecen.

La suspensión del anterior día a causa de la nieve caída inesperadamente en España no mermó para nada la celebración, pues el Palacio estuvo hasta los topes la noche del 30 de Enero.

¿Cuál fue el tema estrella de la noche? Sin lugar a dudas, “Cannonball”, pero todos brillaron según sus quilates, que fueron muchos por cierto, y yo fui el primer sorprendido.