Con motivo de la participación de John Helliwell en el concierto de 45º aniversario de Asfalto, Juan Lago y Abel Fuentes entrevistaron en exclusiva para THE LOGICAL WEB a Julio Castejón, líder de la mítica banda española de rock progresivo y gran fan de Supertramp.



TLW: Eres coetáneo de Roger Hodgson y ambos empezasteis a tocar la guitarra casi a la vez. Roger cuenta que su primera guitarra la heredó de su padre tras divorciarse de su madre cuando él tenía 12 años… ¿Cómo fue tu primera experiencia con la guitarra?

JULIO: Nací en el seno de una familia humilde. Mi padre era ferroviario, como asimismo mi abuelo, mis tíos… El dinero alcanzaba para llegar a fin de mes, no más. A mí me llamó la música desde muy niño. Con 12 años le pedí a mi madre que convenciera a mi padre para que me comprara una guitarra. Ella zanjó el tema refiriéndose a unos patines que, tras mucho desearlos, terminaron debajo de la cama. Hube de esperar a tener un trabajo para yo mismo comprármela cuando ya tenía 15 años.

TLW: ¿Cómo empezaste con los teclados?

JULIO: Con 18 años ya tocaba todos los domingos con un grupo en un salón de baile de un pueblo próximo a Madrid, Mejorada del Campo. Tocábamos durante 4 horas ininterrumpidas. Los únicos que se sentaban eran el organista y el batería, les envidiaba por ello. Y, tal vez por eso, me dio por montar algunos temas tocando yo el teclado para que me descasaran las piernas mientras mi compañero se tomaba sus descansos. Y así fue que comencé a tocar las teclas.
 
TLW: ¿Cuáles fueron las principales influencias musicales de tu adolescencia durante los años 60?

JULIO: Siendo bien niño escuchaba la radio. Me llamaba la atención la música en inglés, el rock’n’roll, pero también me gustaban los baladistas, el pop, el soul… Por qué no decirlo.

TLW: ¿Era muy complicado en la España de la época escuchar música de artistas foráneos?

JULIO: La música internacional llegaba a nosotros sin mayor problema. Yo tenía la percepción de que lo que entonces se denominaba “música moderna”, esa sería la mía. Luego llegaron los Beatles y la cosa ya fue clara y nítida para mí: yo quería ser como ellos.
 
TLW: ¿Cómo te aficionaste al rock progresivo?

JULIO: Según fui madurando como músico, encontré en el rock una forma de expresión que servía a ese afán mío para expresar sentimientos a través de la música. A principios de los años 70 ya me llamaba la atención una música que rompía con todo, que no tenía estribillos ni limitaciones de ningún tipo para poder utilizar todos los timbres que la tecnología iba proveyendo. Pronto me di cuenta de que, si quería pintar cuadros coloridos, el rock progresivo ponía en mi paleta creativa más posibilidades que ninguna otra.

TLW: Aparte de Supertramp, ¿qué otros grupos de los 70 fueron los que más te llamaron la atención? ¿Qué destacarías de Supertramp respecto a los demás?

JULIO: Comencé a admirar el trabajo de bandas referencia como Pink Floyd, Yes, Genesis y otras. Incluso Deep Purple me fascinaban con su rock elaborado y potente. Un día escuché a Supertramp y me pareció que aquello se parecía tanto a lo que yo perseguía… Definitivamente se convirtieron en toda una referencia para mí. Cuando los vi en directo, me pareció la perfección. No sé podía tocar mejor en grupo, pensé.

TLW: ¿Cuándo les viste tocar en directo?

JULIO: Les vi la primera vez que tocaron en la vieja Ciudad Deportiva del Real Madrid, en 1979. Aquel concierto me encantó. Sonaban en vivo igual que en disco, y ese es el sueño de todo músico que busca la excelencia. Después vinieron más veces pero a mí me agarró fuera. En otra ocasión, lo recuerdo, lo echamos a suertes y fue mi mujer a verles, yo me quedé con los niños.

TLW: ¿Recuerdas qué canción de Supertramp fue la primera que escuchaste y la impresión que te causó?

JULIO: Creo que fue “Dreamer” la primera que escuché. Tocábamos en una discoteca de los alrededores de Barcelona y me sorprendió que ponían esta pieza y la gente no se iba de la pista.

TLW: Mucha gente ve la canción “Días de Escuela”, del primer álbum de Asfalto, como una especie de versión española de “School”… ¿Hubo algún tipo de inspiración en ella? ¿Hay otras canciones de Supertramp que hayan inspirado tu música?

JULIO: Es posible que se pueda establecer ese paralelismo, pero el contexto que se describe en ambas, es muy distinto; si bien, en las dos, hay una crítica al sistema educativo. Desde luego ya te digo que Asfalto no se inspiró en “School” para hacer “Días de Escuela”. En cuanto a las influencias, sería estúpido negar que cuando compones no sale de ti toda la música que llevas escuchada y que amas.

TLW: En 1976 Asfalto publicó un homenaje a los Beatles con versiones de algunas de sus canciones más famosas. ¿Cómo se os ocurrió la idea? ¿Nunca pensasteis hacer algo parecido con Supertramp o con otras bandas de la época?

JULIO: Aquel fue un trabajo profesional que nos propusieron y que hicimos con mucho gusto. En el 76 no era el objetivo del grupo hacer versiones, ni rendir tributos. Teníamos claro lo que queríamos: nuestra propia música. Algo que ya veníamos haciendo cuando nos resultaba factible, porque no lo olvidemos, la mayor parte de los recursos que el grupo generó y que fue a parar a inversiones en equipo, nos llegó de actuar en discotecas de pueblo tocando versiones para que la gente se lo pasara bien. Lo hacíamos con gran dignidad y disfrutando.

TLW: Fuisteis la primera banda española en actuar en el legendario club Marquee de Londres, allá por 1978… ¿Qué sentiste al tocar en un lugar tan especial?

JULIO: Estábamos grabando nuestro segundo álbum en Londres cuando se nos ofreció la posibilidad de que la banda actuara en el mítico Marquee. Obviamente era una buena cosa porque generaba una noticia que tendría más importancia en España que en una ciudad como la capital del Reino Unido, tan plagada de conciertos. Cuando nos subimos a aquel escenario tuve dos sensaciones encontradas: por un lado feliz por pisar las mismas tablas que habían pisado muchos de aquellos a los que admiraba, pero, por otro, un punto de tristeza porque el grupo español de rock número 1 por entonces entraba en Inglaterra actuando como telonero de una banda punkie amateur… y sin cobrar una libra.

TLW: ¿Qué recuerdos tienes sobre la separación de Rick Davies y Roger Hodgson en 1983?

JULIO: Cuando uno admira la música de una banda, para nada quiere que en el seno de la misma haya disensiones, pero esto es inevitable; que me lo pregunten a mí. Grabando un programa para TVE coincidí en la sala de maquillaje con Roger Hodgson y, si no fuera porque mi inglés no es suficientemente fluido, me hubiera gustado hablar con él y decirle que se puede mantener un proyecto en solitario sin romper la banda que te ha encumbrado. Phil Collins era un ejemplo en aquellos mismos años. Pero entiendo que el exceso de convivencia, muy a menudo, rompe las bandas. Si a eso se le suma la lucha de egos…

TLW: ¿Confías en que alguna vez vuelvan a reunirse si Rick consigue superar el cáncer que le fue diagnosticado el año pasado?

JULIO: Claro que me gustaría ver a Rick y a Roger darse un abrazo sobre el escenario. Juntos hicieron una música fantástica, indeleble en la memoria de muchos. Ellos debieran saberlo y sacrificar malos rollos para darle una alegría a sus seguidores. Pienso que, al final, tu música no te pertenece, le pertenece a la gente que la ama y la hace suya.
 
TLW: Otro paralelismo de Asfalto con Supertramp fue la incorporación de tu hijo Paul a la banda como multi-instrumentista, algo similar a lo que ocurrió con Bob Siebenberg y su hijo Jesse… ¿Cómo es la convivencia de dos generaciones de una familia de músicos dentro de la misma banda?

JULIO: ¡Mira, esto no lo sabía…! Mi hijo Paul se incorporó circunstancialmente a una gira para sustituir a un miembro que la abandonó de repente. No era mi intención, ni la suya, permanecer estable en la formación, pero… han pasado 4 años y ahí continúa. Sus compañeros están encantados con él. Es un buen músico. Si está en Asfalto, como todos los demás, es porque da la talla para ello y porque él, hasta el momento, así lo ha querido.

TLW: ¿Cuál es tu álbum favorito de Supertramp?

JULIO: “Crime of the Century” nos impactó a todos. Después vinieron los demás álbumes. Reconozco que hay alguno de los últimos que no ha caído en mis manos. Me hago el propósito de escucharlos todos, ahora que John Helliwell va a colaborar con nosotros.

TLW: ¿Cómo fue lo de contactar con John para invitarle a participar en el concierto de 45º aniversario de Asfalto el próximo 4 de Febrero en “La Riviera”?

JULIO: El actual manager de Asfalto es quien ha hecho todas las gestiones. Él siempre encontró mucho que ver entre la música de Supertramp y la de Asfalto. No me dijo nada hasta que no lo tuvo concreto. Obviamente me llevé una alegría.

TLW: Pero el sonido clásico de Asfalto no se caracteriza precisamente por el uso habitual de instrumentos de viento… ¿Vais a hacer algunos arreglos especiales para el saxofón de John?

JULIO: El manager me dijo que compusiera una pieza en la que pudiera tocar John su saxofón y compuse “Melaní” en una línea que yo supuse que tuviera que ver con la música en la que doy por supuesto que él se siente cómodo. Al parecer, el tema le ha gustado. Es una pieza que habla del maltrato de género, desgraciadamente tan de actualidad. Así que John va a tocar en un tema compuesto pensando en él, en la línea Supertramp, sin que por ello deje de ser Asfalto.

TLW: ¿Cómo crees que recibirá el público de Asfalto a un miembro de Supertramp?

JULIO: La gente va a estar encantada de ver a John y para Asfalto no sólo es un honor contar con su intervención, sino que le traemos para participar en un concierto muy especial. A través de él, esa noche haremos un homenaje a Supertramp por lo que ha supuesto para mí y para miles de los seguidores de Asfalto.

TLW: ¿Qué podemos esperar del concierto de celebración del 45º aniversario de Asfalto? ¿Qué otros artistas invitados estarán presentes?

JULIO: Con Asfalto hemos hecho muchas presentaciones y en todas ellas ha habido algo que reseñar. Pero ahora sentimos que el grupo debe aceptar el reto de, sin olvidar su larga historia, sus clásicos, mostrar cual es el momento actual de la banda y hacia donde se dirigen sus pasos. Queremos que sea un concierto espectacular donde la música sea lo esencial. Habrá otros invitados, algunos ya confirmados, pero no estoy autorizado a desvelarlo aún.

TLW: ¿Cuáles son tus planes artísticos más allá del mes de Febrero?

JULIO: Asfalto sigue un plan que se trazó a principios de 2014. Muchas de las cosas que se proponían en él ya se han cumplido, otras aún no. En definitiva, Amadeus Global, la agencia que gestiona los intereses del grupo, promueve lo que en términos comerciales se llama un posicionamiento de marca sustentado en la reivindicación del lugar que, por historia, se merece. Se busca encontrar canales para difundir la realidad actual de una banda solvente que posee argumentos sobrados para gustar a mucha más gente. Existe un plan de internacionalización que en 2017 confiamos en que ya de sus frutos. Tenemos un nuevo álbum compuesto que comenzaremos a grabar el mes que viene y también va ser registrado el concierto de Febrero en Madrid. Realmente estamos muy activos.

TLW: ¿Seguirás grabando y dando conciertos en solitario? ¿Tienes previsto publicar algún libro más después de “Ahora que me Acuerdo” y “Asfalto, Manual de Uso”?

JULIO: Personalmente no renuncio a seguir haciendo discos en solitario pero, a día de hoy, mi prioridad es Asfalto. En cuanto a mi faceta de escritor, estoy a punto de terminar “La Mirada Ausente”, una novela. Como ves, a mis 65 años, estoy totalmente activo. Celebro que siga siendo así.
 
TLW: Eres el único músico que ha formado parte de Asfalto a lo largo de estos casi 45 años de historia, lo que te convierte en la mayor referencia de la banda... ¿Cuáles han sido el mejor y el peor momento que has vivido en el grupo?

JULIO: La verdad es que Asfalto ha ocupado casi toda mi vida. En este tiempo, como es natural, ha habido muchas cosas, la mayor parte de ellas buenas. Yo al menos prefiero verlo así.

TLW: ¿Qué cosas cambiarías si pudieras volver atrás en el tiempo?

JULIO: Nada de lo que no me gusta que haya sucedido pude evitar que sucediera. Cada vez que algún compañero decidió dejar la banda fue suya la decisión, no mía. Me hubiera gustado haber mantenido la formación inicial de por vida, pero… no me quedó otra que aceptar como sujeto paciente sus decisiones. Si algo me pesa, a pesar de tanta obra como hemos hecho, son todas esas canciones que, por unas u otras cosas, dejamos de hacer. Pienso que un artista se debe comprometer con la creatividad. Su activo es su obra, aunque para el público no siempre eso sea lo relevante. Cuando alguien, y conozco muchos casos, se convierte en un icono social, el contenido, el volumen y la calidad de su obra, pasa a ser algo secundario. Jamás lo comprenderé.




Julio Castejón, durante un concierto reciente de Asfalto.