La revista musical británica "Prog" eligió a "Fool's Overture" como uno de los 100 mejores himnos progresivos de todos los tiempos, y el periodista David West habló sobre la canción con su autor, Roger Hodgson.


“El arte de ser un artista es quitarse del medio y dejar que algo mucho más grande que tú tome el control y gobierne el espectáculo”, dice Roger Hodgson, el hombre que está detrás de muchos clásicos de Supertramp entre los que se encuentran ‘The Logical Song’, ‘Dreamer’, ‘Breakfast in America’ y ‘Fool’s Overture’.

Esta última canción sigue siendo el trabajo más ambicioso dentro del impresionante catálogo de Supertramp y Hodgson. Tal vez sea un poco más larga ‘Try Again’, del primer álbum que publicaron en 1970, pero ‘Fool’s Overture’ tiene un alcance y un recorrido mucho mayores, y está compuesta de tres movimientos engarzados por el himno ‘Jerusalem’ de William Blake y la voz de Winston Churchill.

“No es como otras canciones que he escrito, en las que me llega la inspiración y después me consume a lo largo de dos o tres semanas, teniendo que tocar la canción a todas horas hasta que se va completando poco a poco”, dice Hodgson. “En el caso de ‘Fool’s Overture’, durante años tuve varias piezas instrumentales con las que no sabía qué hacer, pues no eran canciones en sí mismas, hasta que un día mágico me di cuenta de que esas partes musicales pertenecían a un único tema”.

La canción revela la amplitud de las influencias que conforman el estilo de Hodgson, desde ver a los Beatles conquistar el mundo cuando era un adolescente hasta la música clásica que estudió en su época escolar. “Ya que hablamos de música progresiva, ellos fueron la primera banda progresiva”, dice en referencia a los de Liverpool. “Todos los álbumes que publicaban eran atrevidos en cuanto a experimentación. Ellos cambiaron mi vida cuando vi lo que estaban haciendo por el mundo”.

Respecto a la música clásica, Hodgson señala a Debussy y Holst como sus inspiraciones. “Recuerdo escuchar muchas veces ‘Los Planetas’ de Holst y pensar ‘¡Qué gran concepto!’”, dice Hodgson. “En la intro de ‘Fool’s overture’ hay una parte que le robé a Holst. ‘Los Planetas’ sembraron en mí las semillas para contemplar cada álbum como un viaje completo, como una experiencia para el oyente”.

La canción fue compuesta y grabada usando un Elka Rhapsody String Machine, un primitivo sintetizador cuyo peculiar sonido sería un elemento vital en la alquimia creativa de Hodgson. “Me encanta perderme en el sonido de un instrumento”, dice Hodgson. “Me sumerjo en él y antes de darme cuenta ya no queda nada de mí. Es casi como hacer meditación, incluso aunque no sepas lo que significa la palabra meditación. Entonces es cuando se produce la magia”.

Hay un evidente aroma británico en ‘Fool’s Overture’, aunque tanto la canción como el álbum en el que apareció, ‘Even in the Quietest Moments’, fuesen grabados tras el asentamiento de la banda en California. “Mi forma de componer siempre ha sido muy personal”, dice Hodgson. “Nací en 1950, poco después de que terminase la Segunda Guerra Mundial, y recuerdo escuchar a Churchill durante mi infancia. También recuerdo que me gustaba cantar ‘Jerusalem’ en el internado, y me preguntaba si alguna vez Jesucristo había pisado tierra inglesa como decía el himno”.

Las letras de Hodgson rivalizan en grandeza con las de William Blake, tratando la debilidad del género humano con un estilo realmente bíblico: “La historia recuerda lo grande que puede ser la caída”, reza la apocalíptica frase inicial. “No quise darle ningún significado a ‘Fool’s Overture’”, dice Hodgson. “Era una mezcla de ideas sobre diferentes acontecimientos históricos, y cada uno puede interpretar la canción a su manera. No quiero limitarlo a mi propia interpretación, porque incluso esta puede cambiar cada semana”.

Cuarenta años después de haber grabado la canción, ‘Fool’s Overture’ sigue siendo una parte integral del repertorio de Hodgson en directo, ya sea actuando con su propia banda o con una orquesta dentro del espectáculo ‘Night of the Proms’. “Recuerdo que cuando compuse la canción soñaba con poder tocarla algún día junto a una orquesta, así que cada vez que lo hago es algo excitante”, dice Hodgson. “No hay nada igual que eso. Tiene un sonido descomunal”.

El paso de las décadas no ha disminuido el interés de Hodgson por interpretar su obra maestra. “La música es una de las fuerzas más poderosas en el mundo, y con ella se puede conseguir cualquier cosa”, dice Hodgson. “Es algo que observo en cada gira tocando estas canciones. Nunca me canso de ellas, y no suenan viejas sino muy vivas y relevantes. Tienen una cualidad especial”.

“Siento que el público tiene una relación con mi música que va más allá del ‘Oh, esa es una canción muy bonita que escuché hace treinta años’”, dice Hodgson. “Me gusta diseñar una secuencia de canciones para mis conciertos que le dé la bienvenida al público, lo hermane y lo transporte a través de un viaje de dos horas. ‘Fool’s overture’ es una especie de viaje en sí misma dentro del concierto, y también me transporta a mí cada vez que la toco. Todavía a día de hoy me pone la piel de gallina”.