Después de unos pocos minutos de espera nerviosa, se iniciaba el concierto, con Roger a los teclados, junto a su magnífico compañero de escenario, un insuperable Aaron McDonald.

Los sonidos iniciales de “Take The Long Way Home” presagiaban una velada memorable, como así fue. El recuerdo permanente de Supertramp ‘planeó’ a lo largo de todo el repertorio que Roger, canción tras canción, fue interpretando, a menudo separadas con breves pausas, durante las cuales Roger nos hizo ver el amor que siente por todas y cada una de las canciones que durante tantos años nos han acompañado a todos, empezando por él mismo.

Destacó durante el concierto, como canciones que para él tienen un significado especial, “Hide In Your Shell”, “Lord Is It Mine” y “Fool’s Overture”... ¿por qué será que también son canciones especiales para mi? Desde luego son de mis favoritas.

Al inicio del concierto explicó que quería que le acompañásemos durante el desarrollo del mismo en lo que yo me atrevería a calificar como un ‘viaje en el tiempo’, donde la memoria, nuestra memoria personal, nos evocaría tantas vivencias, recuerdos, sentimientos que se desprenden de los mensajes de sus canciones, de su música...

Después de “TTLWH”, Roger cogió su inseparable ‘12 Strings’ y con ‘Give A Little Bit’ puso ya de entrada a todo el público en pie, entusiasmado y totalmente entregado. Siguió “Lovers In The Wind”, con Roger tocando el piano acústico, nos recordó sus inicios de su etapa en solitario, así como también nos hizo ver el espléndido futuro que aún tenemos por delante, interpretando a continuación “Teach Me To Love Again”, de nuevo con su guitarra acústica, la única canción aún no publicada (¿inédita?, no para muchos de nosotros) que interpretó durante el concierto.

A partir de ahí, siguió con el recuerdo a los inicios de Supertramp; “Easy Does It”, “Sister Moonshine”, “Rosie had everything planned” y “A Soapbox Opera”, en ese mismo orden, nos transportaron en el tiempo, como ya nos había anunciado al principio, finalizando la primera parte de su actuación con otro recuerdo, mucho más cercano, a su último trabajo en solitario, con la canción “Along Came Mary”, y el aperitivo de lo que sería la segunda parte del concierto, con “The Logical Song”.

Esta segunda parte fue algo más cercana en el tiempo, rememorando especialmente al Supertramp más famoso y espectacular. ¿Las canciones? “The meaning”, con Roger y Aaron apareciendo suavemente desde el fondo del escenario ya tocando sus instrumentos –pequeña anécdota con el cable de su guitarra, demasiado corto que impedía a Roger avanzar…-. Si antes fue “GALB” ahora le tocó el turno a “Breakfast In America” para ponerse de nuevo al público en el bolsillo con la segunda canción. “Child Of Vision”, la tercera de esta segunda parte, fue todo un prodigio de demostración para Aaron, a quien no se le puede calificar sólo como el saxofonista que acompaña a Roger, sino más bien como un auténtico ‘musicazo’ de pies a cabeza, emulando magistralmente los solos originales de piano de Rick. Pero ahí no se quedó su colaboración, ya que a lo largo de todo el concierto dio muestras de ser el perfecto ‘partenaire’ para Roger: saxos, teclados, armónica, melódica, percusión , voces…. un verdadero prodigio.

¿La continuación? Canciones más introspectivas y personales; “Lord Is It Mine”, “Even In The Quietest Moments” y “Don’t Leave Me Now”, alternando Roger con el piano de cola, su guitarra de doce cuerdas y el teclado electrónico. “Dreamer” fue la continuación, un regalo que, según Roger, nos hacía a todos…como si aún no nos hubiese regalado sensaciones…

Y para finalizar la ‘maravilla de las maravillas’, una versión de “Fool’s Overture” que no olvidaré; no faltó detalle, esa maravillosa introducción al piano, los efectos de sonido iniciales del tema, el ‘crescendo’ permanente hipnótico, la voz de Roger en una de mis melodías favoritas, tan sentida y expresiva… Y finalmente la ‘apoteosis’ final, con Roger y Aaron haciendo gala de toda su capacidad para cautivar al más escéptico. ¡Y todo con sólo dos músicos! Impresionante.

Desde luego, con un final así nadie espera que el concierto haya acabado, como así fue. Después de unos minutos, Roger y Aaron aparecieron de nuevo para interpretar un par de ‘bises’: la inefable “School” y, como bien dijo Roger, ya que ‘todos estáis de pie’ todo un canto de optimismo con “It’s Raining Again”.

En resumen, concierto memorable, con un repertorio cuidadosamente escogido y presentado, y, aún no lo había dicho, con una calidad de sonido magnífica, excelente. La puesta en escena en mi opinión, perfecta, sin estridencias pero alegre, dejando todo el protagonismo a lo que realmente era y es lo importante, Roger y su música inmortal.

¡Roger, te queremos!

 

Roger, firmando el DVD "Live in Montreal" de Joan.

 

Detalle de la cariñosa dedicatoria de Roger para Joan.