Entrevista de John Spencer a los dos líderes de Supertramp en plena gira "Famous Last Tour", publicada en la revista musical española "Rock Espezial".

Fuentes fidedignas aseguran que los Supertramp se separan después de su actual gira por todo el mundo. Los días 5 y 7 de Julio actuarán en Barcelona y Madrid respectivamente. Conseguimos hablar con Rick Davies y Roger Hodgson, máximo disidente del grupo, antes de iniciar la gira. Ninguno de los dos quiso hablar de separación.


PREGUNTA: Rick, ¿cómo fue tu infancia?

RICK: Crecí en Swindon, que está a unos cincuenta kilómetros de Bristol. Es una ciudad con una población de sesenta mil habitantes, y la mayoría de ellos trabaja en asuntos relacionados con el ferrocarril. Ahora se ha convertido en algo así como un núcleo industrial en una zona rural. Mi familia no pertenecía a ninguna clase social. Mi padre trabajaba en lo que le salía y mi madre tenía una pequeña tienda. Vivíamos en una zona que separaba a los ricos de los pobres. Me pasaba el tiempo paseando y preocupándome por los exámenes. En Inglaterra hay que superar unos exámenes para ingresar en la universidad, y si no los superas te vas directo a las fábricas. Yo estaba en contra de esto, lo encontraba tremendamente racista, una ley impuesta por las clases altas, y me había propuesto luchar contra ello. Mi cerebro era tan bueno como el de cualquier otro.

PREGUNTA: ¿Provocó esto tus primeros contactos con la música?

RICK: En cierto modo, sí. En el colegio todo era horrible. A los profesores todo les traía sin cuidado. Les daba lo mismo que te sacasen de allí para enviarte a las fábricas. Entonces mi atención se desvió de la escuela y fue a parar a la batería. Aquello me daba una sensación de escape. Tenía 13 años y pensaba que Gene Krupa era lo más grande del mundo.

PREGUNTA: ¿Dejaste entonces la escuela para empezar con el rock?

RICK: No. Por suerte entré en una escuela de arte y pude conectar con gente que estaba en la misma onda que yo. Fue la época más feliz de mi vida. Cuando salí de allí empecé a trabajar en una factoría donde se construían componentes eléctricos. No había trabajado en mi vida y eso me abrió los ojos.

PREGUNTA: ¿Seguías tocando la batería?

RICK: Sí, estuve en un grupo que teloneó a The Byrds, otra banda en la que estaba Roy Wood. Se suponía que éramos un grupo de baile. Pero la verdad es que sólo bailaban con nuestra música un par de chicas que, casualmente, eran amigas nuestras. Nos llamábamos Rick´s Blues. Corría el año 1964 y hacíamos rhythm and blues. Luego pasé por otras bandas, en una estaba Gilbert O´Sullivan en la batería y en otra figuraba Noel Redding, que luego se iría con Jimi Hendrix.

PREGUNTA: ¿Cuándo empezaste a recorrer Europa?

RICK: Fue entre 1965 y 1969. Por aquel entonces hacíamos bandas sonoras para películas que luego no veía nadie. Nos quedamos colgados en Alemania. Sin dinero, sin camioneta... Vamos, tirados. Alguien de la banda dijo que conocía a un millonario de Ginebra que podía ayudarnos. Así que se fue en su busca mientras nosotros dormíamos en la calle. Aquello no era turismo precisamente. Luego apareció ese millonario y nos llevó con él durante nueve meses. Nos tomó a su cargo, pero no conocía el negocio y nos embarcó en giras desastrosas. El millonario pensó que parte de la culpa la podía tener la banda, así que me envió a Londres para reclutar nuevos músicos. Puse anuncios en el “Melody Maker” y así nació Supertramp.

PREGUNTA: Los conciertos de aquella época no debían ser tan impresionantes como los de ahora...

RICK: No, eran los típicos conciertos de colegios, ni siquiera de clubs. Ahora nuestros conciertos se han convertido en algo más extravagante. Hay pantallas con proyecciones, experimentamos con las luces...

PREGUNTA: Se ha dicho que os encontráis mejor viviendo en América. ¿Es cierto?

RICK: América es un sitio perfecto para nosotros. Socialmente está mucho más liberada que Inglaterra. En este sentido yo siempre me he sentido mucho más americano que inglés. Creo que América es el mejor sitio del mundo para vivir y trabajar.

PREGUNTA: Y esos espectáculos tan impresionantes que dais en vuestros conciertos, ¿no os alejan del público?

RICK: Al contrario. A la gente le encanta el espectáculo. Después de tantos años trabajando sobre un escenario, viendo las diferentes reacciones que despiertas en la gente, hemos descubierto que nuestro progreso ha estrechado los lazos de unión que tenemos con el público.

PREGUNTA: Roger, ¿tus contactos con la música empezaron igual que los de Rick?

ROGER: Sí, en la escuela. Yo iba a uno de esos colegios de pago. Ya sabes, todo el mundo con uniforme y determinado status social. En estos sitios se tiene muy en cuenta la veteranía. Quiero decir que los chicos de 17 ó 18 años tenían a los de 13 como auténticos esclavos. Los utilizaban, los humillaban y hasta se aprovechaban sexualmente de ellos. Así que vas madurando en un ambiente lleno de represión por todas partes. De aquella época lo único bueno que recuerdo es la música. Era lo único con lo que me encontraba bien. Formamos una banda en la escuela y ensayábamos todos los fines de semana, fantaseando y pensando que éramos unas estrellas del pop con grandes audiencias.

PREGUNTA: ¿Y en el ámbito profesional cómo te fue?

ROGER: Salí de la escuela con 18 años y un puñado de canciones que previamente grabé en una maqueta. Le gustaron a alguien y empecé a grabarlas con Elton John y Nigel Olsson. Mi primer single salió en DJM Records bajo el nombre de Argosy. No pasó nada, por supuesto. Así que cada semana leía las ofertas de trabajo en el Melody Maker, pero era demasiado tímido para contestar a muchas de ellas. Creo que sólo acudí a una definida como “auténtica oportunidad”. Era la de Rick Davies y Supertramp.

PREGUNTA: ¿Qué tal te fue en esos principios de la banda?

ROGER: Bueno, muchas bandas deben pasar privaciones para poderse hacer con un equipo decente y todo eso. Nosotros teníamos un patrocinador millonario y un buen material de sonido. O sea, que no teníamos los contratiempos habituales pero sí sufríamos la presión de ser un grupo de gente disparatada unida artificialmente. Me sentía muy solo, esa es la verdad. Tres del grupo tenían novia, así que quedábamos Rick y yo para hacernos compañía mutuamente. Pero entre nosotros había diferencias de edad. Yo tenía 21 años y él 27. Así que casi siempre iba yo solo. Lo cierto es que nos podíamos comunicar sin necesidad de hablar.

PREGUNTA: ¿Superaste esa soledad cuando llegó el éxito?

ROGER: Mira, después de la gira de “Crisis? What crisis?”, que duró cuatro meses y nos llevó por sitios como Japón, Australia, Europa y América, me quedé muy desconcertado, mental y espiritualmente. Necesitaba tiempo para reposar, y ese sitio fue California. Pero luego volvimos a vernos toda la banda para grabar, y entonces me volví a encontrar solo, mucho más que nunca. Es lo mismo que sucede en Inglaterra, allí si no haces vida social eres un marginado, no lo pueden entender. En cambio, California es un reducto para los marginados como yo, quiero decir, aquellos que lo son en el mismo sentido que yo. Es todo tan joven y tan nuevo que no precisa de sistema de clases.

PREGUNTA: Por todo lo que estás diciendo, se podría deducir que en el seno de Supertramp ha habido más de una crisis, que no todo va tan bien como parece. ¿Es así?

ROGER: Bueno, hay ciertas ocasiones en que puede haber algo de eso. Cuando fuimos a grabar “Famous last words” yo notaba que Supertramp era como un barco lleno de agujeros, pero también necesitaba que esta situación tomase forma de disco. El título es muy significativo. En realidad tenían que haber sido las últimas palabras de Supertramp. Tardamos un año en grabarlo y al final de ese tiempo, lleno de caos y de dudas, las tendencias generales eran de acabar con todo aquello. Nuestro estado de ánimo se inclinaba más por nuestras vidas particulares que por nuestra condición de grupo de rock. Ahora vamos a dedicar más tiempo a nuestras carreras individuales, pero esto también implica que somos capaces de trabajar juntos. Y eso es una esperanza.