Crónica aparecida en la revista inglesa "Melody Maker" sobre el paso de la gira "Crisis Tour" por Leeds, firmada por Brian Harrigan.

Supertramp ha vuelto a salir de gira y fuimos a verles a su concierto en Leeds. Allí le pregunto a un estudiante de microbiología de 19 años llamado Tim Easton. Se considera a sí mismo una persona seria y gran fan de Supertramp. Es uno de los pocos que compraron el single "Land Ho" previo al álbum "Crime of the century". Le gusta Supertramp por su "música para pensar, que te ayuda a echar la dentadura mental". Dice que es música inteligente.

En la Universidad de Leeds han sido el segundo grupo que ha vendido todas las entradas. El otro fue Roxy Music. Unos dos mil quinientos estudiantes y visitantes abarrotaron el local para oir durante unos noventa minutos a Supertramp, y quedaron encantados. Escucharon atentamente cada canción, para rugir con cada final, y saltaron sobre sus pies con "Dreamer" como en una de esas películas a doble velocidad que muestran cómo crece un sembrado de maiz.

Pero el grupo no se quedó tan satisfecho con el público, porque creen que eran un poco alborotadores, como demuestra el hecho de que acabaran con la paciencia del saxofonista John Helliwell durante una presentación, quien acabó llamándoles "cabrones". Eso sólo sucedió entre canción y canción, pero a los Tramp les gusta que les escuchen siempre.

La banda exhibió los rasgos que les caracterizan desde hace tanto tiempo. El espectáculo fue una especie de rompecabezas. Tocaron seis temas del "Crime of the century" y otros tantos del "Crisis? What crisis?", alternándolos para asegurarse de que la familiaridad de una canción como "Bloody well right" compensaría cualquier posible resistencia a otra nueva como "The meaning".

Los arreglos están cuidadosamente trabajados. El batería Bob Benberg ya nos había dicho que intentarían reproducir lo más fielmente posible el sonido del estudio en directo, y que creía que lo hacían bastante bien. Vaya si lo hacen, y en esto sólo les supera 10cc. Sinceramente, eso es lo más excitante de un concierto. El público busca las diferencias que hay entre la actuación en directo y la versión de estudio. Pero ellos lo hacen muy bien, reproduciendo meticulosamente el mismo tempo, el mismo volumen e incluso los mismos solos.

"Sister moonshine" demuestra su afinidad con los Beach Boys, unos de los mayores "estadistas" de los arreglos en la música. El estilo a la batería de Benberg lleva un sello familiar, como el uso del bombo, de la caja de bordones por encima del ritmo y una relativa ausencia de los platillos. Benberg no es un simple instrumento de medida humano. Explora la dinámica de su batería, encontrando sus limitaciones y siendo inteligente en todo momento.

Asimismo, las armonías en este tema están bien trabajadas, y cada miembro del grupo toma parte en ellas. Ocasionalmente la voz de Roger Hodgson se rasga un poco y una nota de falsete se desliza aquí y allí. Aunque esto ocurre raras veces.

Congregaron a un público entendido. Rick Davies sólo necesita aparecer en el escenario y llevarse una armónica a los labios para que se pongan a aplaudir. Todos saben que se trata de "School", del álbum "Crime of the century". Del mismo modo, los primeros acordes de piano de "Bloody well right" originan una reacción idéntica.

En Leeds, Helliwell, como de costumbre, fue el representante del grupo. Los demás le permiten ser su conexión con la audiencia, y lo hace bastante bien. Adopta la personalidad de un tipo de clase alta, aspirante a súper estrella. Habla en un tono tranquilo y no tiene la experiencia suficiente para sobreponerse a los escandalosos infiltrados en la sala. Normalmente no tiene que preocuparse por ellos.

"Y ahora un antiguo single", murmura, y el público se pone en pie, convencido de que sólo puede tratarse de "Dreamer". Cantan toda la canción, tal vez algo cohibidos al demostrar tanta emoción en público. Supertramp toca después "Rudy" y la audiencia sigue cantando. "Lady", del nuevo álbum, cierra la actuación, y hay una larga espera hasta el bis, que por supuesto es "Crime of the century".

El concierto fue un éxito rotundo en cuanto a la reacción del público, pero Supertramp estuvo un poco limitado. La ausencia de su ingeniero de sonido por enfermedad puede ayudar a explicarlo. El es parte integral del grupo, está presente en todas las grabaciones y discute con ellos sobre el equipo necesario para reproducir el sonido grabado. Se trata de una banda calculadora, sin duda alguna.