Crónica de Lisa Wilton, crítica musical del diario canadiense "Calgary Sun", sobre el concierto ofrecido por Supertramp en la ciudad de Calgary.

¿Es Supertramp sin Roger Hodgson una banda súper? Esa era la pregunta que había en la cabeza de mucha gente (o tal vez sólo en la mía) este sábado antes de que el grupo de rock progresivo saliera al escenario del Saddledome sin Hodgson. Y la respuesta a esta candente cuestión es contundente… Bueno, más o menos.

Mientras que los seguidores de ambos miembros fundadores, Hodgson (que dejó la banda en 1983) y el cantante y pianista Rick Davies, pueden discutir durante horas sin ponerse de acuerdo sobre quién fue la verdadera fuerza motriz en la época dorada del grupo, la realidad es que la voz era la de Hodgson.

Además, Hodgson compuso la mayoría de los grandes éxitos de la banda, entre los que se encuentran ‘The logical song’, ‘Give a little bit’ y ‘Dreamer’. Pero fue la voz aguda tan peculiar de Hodgson lo que más se echó de menos en el concierto de la noche del sábado, que por otro lado fue bastante entretenido.

Aunque la ausencia de Hodgson no pasó inadvertida, el teclista y cantante Gabe Dixon y Jesse Siebenberg (hijo del batería Bob Siebenberg) hicieron un trabajo aceptable como sustitutos suyos. Una vocalista femenina les ayudó con las notas más altas, mientras Siebenberg y Dixon dieron lo mejor de sí mismos para captar el sonido de Hodgson sin perder sus propias voces.

Uno puede discutir sobre si Supertramp no es Supertramp sin Hodgson, pero quien piense que Davies y compañía no nos capaces de sacar un concierto adelante no es más que un soñador.