Crítica de Allan Richards sobre el primer álbum de Supertramp, publicada en la revista musical norteamericana "Zygote".

Aunque todavía no son conocidos en América, Supertramp (el grupo y el álbum), prometen ser una de las mayores atracciones de nuestros primos británicos. Es raro describir a un nuevo grupo en términos superlativos, pero la verdad es que este se gana cada adjetivo. Es su primer álbum (producido íntegramente por ellos mismos), pero da la impresión de que se trata de un disco de un grupo que ya ha grabado varios LPs.

Los músicos tienen un gran nivel. Rick Davies, Roger Hodgson, Richard Palmer y Robert Millar no sólo utilizan muchos instrumentos, sino que lo hacen con habilidad. Supertramp recuerda a The Incredible String Band y a King Crimson por su diversificación y su libertad de composiciones. Son meticulosa, sensible y delicadamente originales. Son renacentistas del siglo XIV, esculpiendo cada frase musical, tallando cada ritmo persistente, inventando cada diseño melódico, pintando cada tierno retrato de lo que debe ser la música.

Escuchando su canción `Try Again' uno se da cuenta de lo expresivos que pueden llegar a ser. Este tema no puede percibirse sólo como una epopeya musical, sino que hay que verlo como un retrato pastoral. Hay mucho sentimiento dentro de él. De cada nota surge la sensibilidad para crear una idea. Forman un compás con palabras susurradas y después enloquecen con una instrumentación a base de órgano y flauta.

Su música está teñida de tonos ingleses y escoceses, efectos “blues” y armonías con sabor oriental. No se les puede catalogar musicalmente, y me pregunto si ni siquiera se les puede llamar músicos. Me da la impresión de que son artistas que usan sus instrumentos como un lienzo en el que pueden crear estados de ánimo y pintar retratos.

Una de las canciones a destacar es `Surely', una balada melódica preciosa, indicada para emociones suaves y amantes tranquilos. `Nothing to show' es una melodía intensa con sonido “blues” que, como `Try again', avanza hacia instrumentaciones intrincadas. `It's a long road' tiene un toque oriental, como demuestra el sonido de la guitarra. El piano “jazz-blues” y la armónica recuerdan el sonido de Mersey. No puedo creer que un grupo que sólo ha grabado un álbum suene de esta manera tan formidable.

Los chicos de Supertramp tienen una concienciación única sobre la música. Enfocan su trabajo como puede hacerlo un tallador o un pintor, y realmente pintan lo que sienten. No usan una frase para rellenar, no introducen un solo simplemente porque quede bien, no seleccionan un  acompañamiento porque sí. Tienen un sentido muy coherente sobre sus interpretaciones.

Si pueden reproducir en directo lo que han hecho en el vinilo, me da la impresión de que Supertramp va a ser otro súper grupo británico como Procol Harum, Ten Years After o Jethro Tull. Mantened los ojos bien abiertos y recordad este nombre: Supertramp.