Michel Bilodeau, del diario canadiense "Le Soleil", habló con Rick Davies sobre el futuro de Supertramp poco antes de la actuación del grupo en Montreal durante la gira posterior al álbum "Slow motion".

¿Será la gira “One more for the road” la última de Supertramp? Si Rick Davies, que actuará junto a su banda el 4 de Septiembre en el Centre Molson de Montreal, no puede contestar todavía a esa pregunta, al menos sí admite que lleva un tiempo barajando esa idea.

“Ya hace más de treinta años que el grupo existe. No quiero acabar con él, pero estoy preparado para hacer otras cosas. Existen otras posibilidades al margen de grabar discos y salir de gira. Necesito tiempo para dedicarme a otros proyectos personales”, cuenta Davies.

Cuando Rick Davies fundó Supertramp junto a Roger Hodgson a principios de los años 70 (una época en la que el ‘rock progresivo’ estaba en plena ebullición en Inglaterra), poco podía imaginar que su grupo vendería millones de discos y que se dedicarían a recorrer todo el mundo durante tres décadas.

Lo cierto es que aquel tándem era decidido y tenaz, pues después del fracaso de sus dos primeros trabajos (“Supertramp” e “Indelibly stamped”) no arrojaron la toalla. Ambos socios tenían buenas razones para ello, ya que en 1974, con una formación más estable, el álbum “Crime of the century” les impulsó al primer plano del panorama musical con temas como “Bloody well right” y “School”.

Posteriormente, el grupo publicaría los discos “Crisis? What crisis?” (con “Sister moonshine”), “Even in the quietest moments” (con “Give a little bit”) y el más conocido de todos, “Breakfast in America” (con “The logical song”), el cual les condujo a una larguísima gira mundial.

La marcha de Roger Hodgson en 1982 hizo tambalearse a Supertramp, pero Rick Davies decidió mantener el rumbo. Evidentemente, la época dorada del grupo ya había pasado, pero Davies siguió adelante publicando “Brother where you bound” y “Free as a bird”. Con una audiencia masiva y fiel, la banda siguió haciendo giras mundiales regularmente, y Rick Davies pensó que las cosas podían seguir así durante bastante tiempo. Sin embargo, después desaparecieron de la circulación durante diez años.

“Ahora venimos de dar setenta y cinco conciertos en Europa, donde seguimos teniendo un gran público”, dice Davies. “Y tenemos un nombre que sigue atrayendo a las multitudes. Esa es la parte buena de todo esto. Pero también hay una parte mala, pues es necesario mantener todo esto a base de publicar discos y salir de gira. Y eso cada vez me gusta menos, pues es algo que monopoliza la mayor parte de mi tiempo”.

Así pues, ¿piensa Rick Davies disolver la banda? De momento asegura que todavía no ha tomado la decisión de pasar definitivamente de página. Le gustaría poder seguir trabajando en el estudio con sus compañeros del grupo, pero, por otra parte, preferiría dar sólo conciertos puntuales. Parece ser que las largas giras de varios meses ya forman parte del pasado.

“Cuando terminemos esta gira, quiero reunirme con los demás para discutir qué es lo que hacemos”, cuenta Davies. “Por mi parte, después de treinta años, necesito enfocar las cosas de otra manera. Me gustaría encontrar una solución que fuese buena para todos. Seguramente tendremos una larga discusión, pero creo que seguiremos haciendo buena música. Sería interesante continuar adelante sin preocuparnos por las reglas que marca la industria discográfica”.

El grupo ya ha dado un paso en esa dirección pues, al contrario de lo que ocurre en Europa, no ha firmado con ningún sello discográfico para distribuir en Norte América su último disco, “Slow motion”, que no está disponible en las tiendas del continente. Sin embargo, los fans pueden comprar el álbum a través de la página web de la banda.

“Por el momento eso es lo que más nos interesa. No hemos conseguido negociar un contrato satisfactorio para Norte América. Siempre hemos sido bien recibidos en Canadá, desde nuestros comienzos, pero en Estados Unidos lo tenemos más complicado. Queremos un contrato con unas condiciones que nos parezcan razonables. Para tener un contrato que no me satisface, prefiero no tener ningún contrato. El problema con las discográficas norteamericanas es que sólo les interesa lo que esté dirigido a la gente joven, y además están administradas por personas que no tienen nada que ver con la música, como abogados a los que sólo les importa conseguir unos beneficios instantáneos extraordinarios. Todo lo demás no les interesa. Y esa visión a corto plazo es algo que no se corresponde con mis expectativas”, afirma Davies.

El líder de Supertramp añade que esperará varios meses para comprobar cuál es la evolución de esta nueva situación de “independencia discográfica”. Si la experiencia es positiva, piensa convertir en realidad algunos proyectos con los que lleva soñando varios años.

“Al ser mi propio responsable discográfico y tener más tiempo a mi disposición, espero poder trabajar en dos proyectos que anhelo desde hace tiempo. El primero sería un disco de carácter intimista, utilizando simplemente la voz y el piano. Y el otro sería un disco de ‘blues’. Me gustaría hacer nuevas versiones de unas diez canciones clásicas de ‘blues’”, asegura Davies. “Me encantaría darles mi toque personal, pues esta es la música con la que encontré la inspiración en los comienzos de mi carrera, la que me hizo convertirme en músico. Sería una bonita forma de poner un broche de oro”.