John Helliwell y Dougie Thomson hablaron con Mike Farrace, de la revista musical "Pulse", unos meses después de la aparición del disco "Famous last words".

 

Supertramp se ha especializado en crear “pequeñas canciones que te hagan sentir bien”, como dice una frase de su tema ‘Crazy’. Sólo hay que echar un vistazo a una década de clásicos como ‘Bloody well right’, ‘Dreamer’, ‘Give a little bit’, ‘Even in the quietest moments’, ‘The logical song’, ‘Goodbye stranger’, ‘Breakfast in America’ o ‘Take the long way home’ para darse cuenta de la aceptación masiva que ha recibido el grupo.

Y no muestran signos de debilidad. Su último disco, ‘Famous last words’, ya ha llevado dos singles hasta el Top 40, ‘Crazy’ e ‘It’s raining again’. Supertramp triunfa en numerosos formatos de radio, que van desde el AOR hasta el Top 40. Cualquier día en cualquier emisora de radio puedes escuchar hasta media docena de canciones suyas.

La banda ha alcanzado la cima del éxito sin contar con un cantante extravagante o un guitarrista impresionante. Sus dos compositores, Roger Hodgson y Rick Davies, pasan casi desapercibidos durante los conciertos, y es el saxofonista John Helliwell quien ejerce de representante del grupo ante el público.

Aunque Hodgson y Davies comparten la autoría de todas las canciones, sólo hace falta escucharlas con atención para notar que en ellas hay dos estilos muy diferenciados. En el caso de ‘Famous last words’, ambos van alternando sus canciones dentro del álbum, empezando por ‘Crazy’, compuesta por Hodgson.

Los temas de Davies son más pragmáticos y crudos, mientras que las composiciones de Hodgson tienden a ser más delicadas y a tener letras más poéticas. Escuchad los discos y pronto seréis capaces de distinguir cuál de los dos es el autor de cada canción. Y aunque ambos son totalmente distintos componiendo letra y música, sus canciones se complementan a la perfección dentro del contexto de un álbum.

‘Famous last words’, cuya versión en cassette ha sido comercializada en cintas de bióxido de cromo sin incremento de precio, tiene la inconfundible marca de Supertramp: producción impecable y buen gusto musical. Y se está vendiendo muy bien: ya ha alcanzado la categoría de disco de oro y se aproxima a la de platino.

Estuvimos hablando con John Helliwell y con el bajista Dougie Thomson. Nos contaron que Roger Hodgson ya lleva tres semanas trabajando en un disco en solitario, cuya fecha de publicación todavía se desconoce, y que el batería Bob Siebenberg también está finalizando su propio álbum.

Les pedimos su opinión sobre la música actual. A Rick Davies le gustan ABC, U2 y Wynton Marsallis. A Bob Siebenberg le gustan The Police y Pretenders. A John Helliwell le gusta el nuevo disco de Kate Bush. Y a todos les gusta Phil Collins.

Sin embargo, está claro que los gustos musicales de todos los miembros de Supertramp se remontan a la música de hace diez años o más. Tal vez no sea casualidad que la mayoría de sus preferencias sean de una época muy fructífera del rock inglés que precedió a la irrupción de Supertramp en el panorama musical.

“Bueno”, dice Thomson, “a finales de los 60 y principios de los 70 hubo una especie de resaca de la época de los Beatles. Creo que lo llamaron ‘rock progresivo’. Había montones de grupos de ese estilo en Inglaterra: Genesis, Traffic, Procol Harum, Spooky Tooth… Allí no se escuchaba apenas música americana, exceptuando el rhythm and blues, que ya estaba empezando a desaparecer. Conocíamos algo de Beach Boys y The Byrds, pero poco más”.

“Era muy difícil conseguir discos procedentes de Estados Unidos. Las tiendas de discos no eran tan grandes como las de ahora. Podías encontrar partituras, accesorios para guitarras, amplificadores, y algunos singles. Pero si querías un álbum, tenías que encargarlo. Mi tienda de discos se llamaba ‘The music house’ y estaba en un pueblo pequeño llamado Abbington”.

“La mía estaba en una ciudad pequeña de Yorkshire”, añade Helliwell. “Y cuando empecé a coleccionar discos, me los importaban desde Estados Unidos. Recuerdo que llevaban unos sellos pequeños sobre la portada, que eran las tasas de la aduana. Compré muchos discos de la firma Bluenote, que no tenía distribuidora en Inglaterra, así que tenían que ser importados”.

Fue un amigo de Dougie Thomson quien le introdujo en el mundo de los discos de importación. “Yo estaba en el instituto y un compañero mío era batería en un grupo. Por entonces todo el mundo tocaba Motown, Stax y cosas de ese estilo. Pero a este colega, Larry, le interesaba otro tipo de música que para los demás era totalmente desconocida. Cuando le preguntábamos por alguno de esos discos, siempre nos decía ‘ya lo he encargado, me lo traen la semana que viene’. Fue él quien me hizo interesarme por ese tipo de música”.

En Inglaterra la radio también era muy diferente. Helliwell recuerda aquellos programas de la BBC que tanto le gustaban. “Me encantaban la mitad de las canciones que otros tipos elegían. En Inglaterra había un programa de radio llamado ‘Los discos de la isla desierta’, uno de los más longevos de la historia de la BBC. Todas las semanas, el mismo presentador que lleva cuarenta años haciendo el programa, entrevista a algún personaje famoso y le pregunta por los diez discos que se llevaría a una isla desierta. Muchas veces los invitados no son músicos, sino políticos, actores, etc.”.

Tanto Helliwell como Thomson tienen fuertes opiniones sobre el tema de la radio en los Estados Unidos. “Me gustaría que no hubiera tantas restricciones”, dice Thomson. “En Los Angeles siempre nos ponen el mismo tipo de música. Me encanta ir a otras ciudades, poner la radio y escuchar un espectro de música mucho más amplio. Por ejemplo, la música clásica es genial, y hace que una emisora de radio resulte más interesante. Las emisoras deberían tener unos contenidos más variados”.

Helliwell acaba de hacer algunas entrevistas de radio y se ha sorprendido de lo poco flexibles que son las listas musicales. “Estuve en una emisora muy importante de Milwaukee”, recuerda, “y el presentador me preguntó sobre mis discos favoritos. Le pedí que pusiera algo del nuevo álbum de Donald Fagen y me dijo que no podía hacerlo. Y de todos los discos de Steely Dan sólo podía poner uno. Me dijo que si ponía algo que no estuviera en la lista que le daban, le despedirían de inmediato. No sé si la gente se da cuenta de lo que significa eso”.

“Cuando estoy en Los Angeles”, dice Thomson, “suelo escuchar noticias, aunque me gusta cambiar de dial cada poco rato. De vez en cuando pongo KROQ, pero lo normal es que vaya cambiando de emisora hasta que encuentro algo que me gusta, y entonces me quedo en esa sintonía durante media hora o más”.

“Yo escucho la emisora de jazz KKGO”, dice Helliwell. “Y también la emisora pública de Santa Mónica y KFAC, la emisora de música clásica. También me gusta mucho KFAC, en el 1330 de AM, donde hay un programa llamado ‘Cynics choice’ en el que ponen mucho humor británico, cosas como ‘The goons’ y ‘Beyond the fringe”.

A ambos les gustan las comedias. A Thomson le encanta Richard Prior, “y también Billy Connors, uno de los cómicos más famosos de Gran Bretaña. Por supuesto, su humor es totalmente incomprensible fuera de Escocia. Y me gustan ‘National Lampoon’ y ‘Bill Cosby’, aunque Cosby es un poco picante”.

A Helliwell le gusta ‘The goon show’, Peter Sellers, y muchas series de la BBC que no se emiten en Estados Unidos. Y también David Frye, Stan Frieberg, y Cheech & Chong. “De hecho, las películas de Cheech & Chong nos han dado muchas ideas para nuestros videos”. El nuevo video-clip de Supertramp, ‘It’s raining again’, es un drama en miniatura.

“¡Me recuerda a una película de Frank Capra!”, señala Helliwell. “El vídeo encaja muy bien con la canción. Fue una idea de Russell Mulcahey. Nosotros habíamos pasado miles de horas viendo vídeos de otros grupos, y casi todos eran simplemente la banda actuando. Pero algunos vídeos tenían algo, y los de Mulcahey en concreto nos gustaron mucho. Por ejemplo, el de la canción ‘Vienna’ de Ultravox”.

“Russell se presentó diciéndonos que  tenía una idea que era del estilo de una película de Capra”, dice Thomson. “Ya sabes: chico que pierde a su chica, todo le sale mal, etc. Nos gustó la idea y nos pusimos con ello”.

“Fue impresionante”, recuerda Helliwell. “En dos días preparamos el guión y después tardamos tres días en grabar el vídeo y uno más en editarlo. ¡En una semana hicimos todo el trabajo!”

Supertramp ya está preparando su próximo video-clip, para el tema ‘My kind of lady’. “Será algo al estilo del programa de Alan Freed”, cuenta Thomson. “Vamos a hacer de banda y de coro de acompañamiento. Nos cortaremos el pelo, nos afeitaremos la barba y nos vestiremos con trajes elegantes”.

Nos morimos de ganas por verlo…