El fundador de Supertramp aprovecha la publicación del recopilatorio "Retrospectacle" para repasar junto a Scott Schinder la trayectoria de la banda desde sus comienzos hasta la actualidad...

Supertramp fue sin duda un extraño aspirante al estrellato de la música pop. Aun así, este quinteto inglés de artistas del rock se anotó uno de los discos más famosos de los años 70, en una época en la que su estilo sofisticado y cerebral no podía haber estado menos de moda...

El teclista Rick Davies entró en su primera banda profesional, The Lonely Ones, en 1966. El grupo cambió su nombre por el de The Joint al año siguiente e hizo extensas giras por Europa y algunas bandas sonoras para películas en Alemania. En 1968, The Joint conoció a un joven millonario holandés llamado Stanley August Miesegaes, también conocido como Sam, que vio prometedores los inicios como compositor de Davies, y se convirtió en el representante del grupo. Cuando The Joint se separó en el verano de 1969, Miesegaes se ofreció para subvencionar la siguiente banda de Davies.
 
Tras poner un anuncio en el semanario musical inglés Melody Maker, Davies se encargó de las audiciones en Londres con el fin de reclutar músicos para el nuevo proyecto. Uno de los asistentes a las audiciones fue Roger Hodgson, un joven cantante y compositor que a principios de aquel año había publicado un single bajo el nombre de Argosy, en el que participó Elton John como pianista de sesiones. Hodgson se convirtió en bajista, cantante y compositor del nuevo conjunto, que inicialmente fue conocido como Daddy. Completando la formación estaban el guitarrista Richard Palmer y el batería Bob Millar. Fue Palmer quien sugirió el nombre de Supertramp, inspirado en “La autobiografía de un supervagabundo”, unas memorias escritas en 1908 por el poeta británico W.H. Davies.
 
El cuarteto firmó con A&M Records y debutó en 1970 con la publicación en el Reino Unido del álbum “Supertramp”, producido por ellos mismos. El disco encajó bien en el movimiento del rock progresivo de la época, resaltando las extensas excursiones instrumentales por encima del estilo de las canciones, aunque la armoniosa “Surely” hacía prever la dirección más melódica que pronto tomaría la banda.
 
Según recuerda Davies, “durante los dos o tres años que yo estuve en el continente, todo un movimiento había surgido en Inglaterra, con grupos como Traffic, Procol Harum, King Crimson, Jethro Tull o Spooky Tooth. Eran bandas que tenían un público que se sentaba a escucharles, y no tenían que ponerse a dar saltos de un lado a otro. Nosotros intentamos convertirnos en una banda de ese tipo, pero durante un tiempo fue algo espantoso. Yo acababa de empezar a tocar el órgano Hammond y no estaba muy familiarizado con él, así que en el primer disco hay algunas interpretaciones bastante malas”.
 
El segundo LP de Supertramp, “Indelibly stamped”, apareció el verano siguiente y presentaba una nueva formación, siendo Palmer y Millar reemplazados por el bajista Frank Farrell (cuya presencia permitió a Hodgson ocuparse de la guitarra), el batería Kevin Currie y el saxofonista Dave Winthrop. Aparte de eso, el álbum continuó la dirección artística de su predecesor, con “You poppa don’t mind” proporcionando un guiño atípico a formatos más tradicionales del rock and roll.
 
Mientras Hodgson había sido el vocalista principal en el disco “Supertramp”, en “Indelibly stamped” Davies compartió el micrófono con él. “Fue Roger quien me animó a cantar más”, dice Davies. “El pensaba que las bandas debían tener más de un cantante”.
 
En Octubre de 1972, Supertramp se separó oficialmente de su benefactor financiero Miesegaes. “El hecho de que mi antigua banda conociese a Sam fue algo increíble, y le estábamos muy agradecidos porque cuando él apareció nos encontrábamos al borde de la miseria”, reflexiona Davies. “Pero él no estaba familiarizado con el negocio de la música, y cuando la realidad llamó a la puerta se puso un poco nervioso. Finalmente decidimos que debíamos dar un paso adelante. Le debíamos bastante dinero, pero un día recibimos una carta suya por la cual nos perdonaba todas las deudas”.
 
La encarnación de Supertramp que alcanzaría el éxito internacional (Davies y Hodgson más John Helliwell, ex miembro de Alan Bown Set, al saxofón y los instrumentos de viento, el bajista escocés Dougie Thomson y el batería americano Bob Siebenberg, procedente del conjunto de pub rock londinense Bees Make Honey) tuvo lugar el año siguiente. La primera grabación del nuevo quinteto fue un single editado en Gran Bretaña que contenía la juguetona “Land ho” de Hodgson y la de sabor rhythm and blues “Summer romance” de Davies. El single fue publicado en Marzo de 1974 mientras el grupo trabajaba en su siguiente LP, “Crime of the century”, y comercialmente no funcionó mucho mejor que los dos primeros álbumes, pero marcó la primera colaboración de la banda con el productor Ken Scott, cuyo historial presentaba trabajos con The Beatles, David Bowie y Elton John. La versión de “Land ho” incluida en “Retrospectacle” es una mezcla, no publicada anteriormente, realizada por Scott para una posible inclusión en el álbum de 1975 “Crisis? What crisis?”.
 
La suerte de Supertramp cambió sustancialmente a mejor con el disco “Crime of the century”, producido por Ken Scott y la banda. Su progreso fue evidente al instante, tanto en el estilo y la imaginación de las composiciones como en la confianza y la fluidez de las actuaciones de los músicos. La inolvidable “School” de Hodgson, la punzante “Bloody well right” de Davies, la pegadiza “Dreamer” de Hodgson y la elegante “Rudy” de Davies fusionaron las inclinaciones del rock artístico del grupo con una sólida sensibilidad pop.
 
“Por entonces se llevaban los discos conceptuales, así que nos preparamos para grabar un álbum que tuviese un principio, una parte central y un final, con todas las canciones discurriendo unidas”, dice Davies. Y añade: “Pero la gran diferencia con este álbum es que por fin tuvimos un productor externo. Ken Scott mejoró bastante la calidad de nuestro sonido grabado”.
 
Después de haberse quedado hartos de tocar en conciertos de bajo nivel durante su primera época, Supertramp tomó la decisión crucial de evitar la etapa habitual de actuar como teloneros. La banda se reinventó a sí misma como atracción principal de los conciertos, con un espectáculo y un escenario muy elaborados, y la estrategia funcionó.
 
“Cuando empezamos la gira de ‘Crime of the century’ en Inglaterra, la voz se corrió de boca en boca de una forma tan rápida que en un par de semanas se agotaron las localidades para todos los conciertos”, dice Davies. “Todo cambió de la noche a la mañana. Desde aquella gira en adelante, todo ocurrió muy deprisa. Aquello nos proporcionó una mística, y desde entonces en Inglaterra empezamos a pertenecer a una categoría superior”.
 
“Crime of the century” alcanzó el puesto número 4 en las listas de álbumes en Gran Bretaña, y “Dreamer” entró en el “Top 20” de las listas de singles. El disco se convirtió en el primero que publicó Supertramp en Estados Unidos, donde la banda empezó una gira de 25 actuaciones en Abril de 1975, todavía aferrados a su política de tocar sólo como grupo principal a pesar de no contar con el público suficiente para llenar los conciertos.
 
“En América al principio las cosas fueron difíciles para nosotros”, dice Davies. “Nuestra primera gira por Estados Unidos fue en teatros, como grupo principal, aunque en realidad nadie nos conocía. Usábamos todos los trucos que podíamos para atraer al público a los conciertos. Nos recorríamos cada ciudad y regalábamos entradas en las tiendas. Ibamos a la radio y prometíamos entradas para las cinco primeras personas que llamasen al programa, pero después regalábamos entradas a todo el que llamaba. Cualquier cosa para llenar de culos los asientos de los teatros”.
 
Su diligente trabajo en directo hizo ganar a Supertramp bastantes fans americanos. En Mayo de 1975, “Crime of the century” alcanzó los puestos más bajos del “Top 40” de Billboard, igual que el single “Bloody well right”.
 
El trabajo de Supertramp en América ocasionó el traslado de su base de operaciones a Los Angeles. “Una vez que tomamos la decisión de centrarnos en hacer lo que fuera para conquistar Estados Unidos, nos hicimos con todo lo necesario: sistemas de altavoces, técnicos, escenarios, luces, etc.”, explica Davies. “Ya habíamos ido a Francia y a Alemania, y nos habíamos abierto las puertas de Europa, así que este era el lógico paso siguiente. Pensábamos quedarnos dos o tres años, pero ya nunca nos marchamos”.
 
Para el álbum de 1975, “Crisis? What crisis?”, según Davies, “tuvimos que preparar el material a toda prisa, que fue lo que inspiró el título del disco. ‘Crime’ había tenido un gran éxito y ese nivel nos obligaba a tener que hacer un nuevo álbum. Lo empezamos en los estudios de A&M en Los Angeles y no nos quedamos muy contentos con el resultado. Y por entonces era habitual emplear mucho tiempo y dinero en preparar un álbum, así que decidimos regresar a Londres para terminarlo”.
 
Con canciones brillantes como las melancólicas de Hodgson “Sister moonshine” y “Two of us” y la rimbombante “Ain’t nobody but me” de Davies, “Crisis? What crisis?” encontró nuevamente el equilibrio entre los impulsos pop de Supertramp y su afición por extensos vuelos instrumentales, reflejando los contrastes complementarios de los estilos compositivos y vocales de sus dos líderes.
 
“Yo soy seis años mayor que Roger”, dice Davies, “y mis principales influencias eran de los inicios del rock and roll, Chuck Berry y Fats Domino. Las influencias de Roger eran The Beatles y Traffic. Cada miembro de la banda tenía influencias muy diferentes y las compartía con los demás, y así fue como conseguimos esa extraña mezcla de estilos. Tenías una canción pop de Roger, pero en medio de ella aparecía un solo de John que sonaba a blues. En épocas diferentes afloraban influencias diferentes, y eso es lo que nos dio nuestro carácter. Nos gustaba dar forma a la música y nos gustaba dar a los demás una oportunidad para tocar, pero no éramos unos súper músicos adiestrados. Todavía estábamos aprendiendo y seguíamos improvisando sobre la marcha”.
 
“Even in the quietest moments”, de 1977, producido por la banda junto al ingeniero Peter Henderson, fue de nuevo grabado en varios lugares. “Creo que era Roger el que quería salir de Los Angeles para preparar un disco”, afirma Davies. “Por entonces el único límite era el cielo, así que decidimos grabar en el Rancho de Caribou, en la alta montaña a las afueras de Denver. De lo que no nos dimos cuenta es que el aire tan ligero de las montañas hace que tu voz suene rara. Y también fue difícil para John tocar el saxo. Así que terminamos las grabaciones en la Record Plant de Los Angeles”.
 
A pesar de su complicado nacimiento, “Even in the quietest moments” fue el trabajo más compacto de Supertramp hasta la fecha, con la banda tejiendo sus dispares elementos dentro de un conjunto satisfactorio y sin fisuras. La melosa “Give a little bit” resultaría ser una de las canciones más duraderas del repertorio de Supertramp, y se convirtió en su primer single que accedía al “Top 20” americano. Hodgson también contribuyó a la sutil canción que daba título al álbum, mientras que Davies compuso y cantó la idílica “Downstream” y la soñadora “From now on”. “Even in the quietest moments” se convirtió en el primer álbum de la banda que entraba en el “Top 20” estadounidense y también en su primer disco de oro.
 
El aumento gradual de la popularidad de Supertramp culminó con el gigantesco éxito comercial de “Breakfast in America”, de 1979, que estuvo cuatro semanas en lo más alto de las listas de Estados Unidos y vendió más de dieciocho millones de copias en todo el mundo, a pesar de tener un sonido completamente distinto a todo lo demás que se oía en el “Top 40” de la radio durante los buenos tiempos de la música disco y la nueva ola.
 
“‘Breakfast in America’ fue un raro caso en el que todo encajó en su lugar”, comenta Davies. “Tuvimos una sensación más de banda, pues hasta entonces habíamos utilizado arreglos de cuerdas y otras cosas, pero habían aparecido los sintetizadores y ya podíamos hacerlo todo nosotros mismos. También fue la primera vez que teníamos un montón de canciones cortas que podían funcionar como singles en la radio”.
 
“Nos llevó mucho tiempo grabar ‘Breakfast’, pero cada vez que había algún retraso nos llegaban órdenes de seguir avanzando”, continúa Davies. “Fue como si el disco ya hubiese sido anunciado y el público lo estuviese pidiendo a gritos. Cuando fue publicado, triunfó en las listas casi de inmediato. Hicimos una gira de diez meses, actuando en recintos enormes, y con cada concierto se notaba un aumento súbito en las ventas del álbum. Fue una experiencia increíble, todo funcionó a la perfección. Eso sólo ocurre una vez en la historia de una banda, y con suerte”.
 
Repleto de melodías cortas y contagiosas, y desprovisto de largos pasajes instrumentales, “Breakfast in America” cosechó un trío de singles de éxito con “The logical song” y “Take the long way home” de Hodgson y “Goodbye stranger” de Davies.
 
Supertramp aceptó el reto de continuar su éxito masivo con la publicación de “Paris”, un doble LP en directo que ofreció a los fans más recientes la flor y nata del material más antiguo del grupo, a la vez que a ellos les daba el tiempo que necesitaban para preparar las canciones de su siguiente proyecto en estudio. “Paris” también presentó una canción nueva, “You started laughing” de Davies.
 
“Yo me atribuyo el mérito de haber dado con la idea de publicar el disco en directo como la salida más fácil que teníamos en ese momento”, confiesa Davies. “Después de haber vendido tantas copias del ‘Breakfast’, teníamos garantizadas unas ventas importantes publicásemos lo que publicásemos. Por entonces no éramos súper hábiles sobre el escenario, así que tuvimos que hacer un trabajo importante en el álbum en directo”.
 
El siguiente álbum propiamente dicho de Supertramp posterior a “Breakfast in America” fue “Famous last words”, de 1982, cuyo título insinuaba la intención de Hodgson de abandonar el grupo para emprender su carrera en solitario. El disco siguió en gran parte los pasos de “Breakfast in America” en cuanto a accesibilidad de las canciones, gracias a la pegadiza y agridulce “It’s raining again” de Hodgson, la animada “My kind of lady” de Davies y “Don’t leave me now” de Hodgson, cuyas súplicas resultaron particularmente conmovedoras en vistas de la inminente marcha del autor de la canción.
 
“En cierto modo, el grupo estaba bajando un poco el nivel, y Roger sintió que ya habíamos alcanzado nuestra cima”, apunta Davies. “Pero yo no veía las cosas así. Creo que las bandas tienen sus altibajos. Habíamos trabajado muy duro para llegar hasta allí, y me pareció absurdo querer dejarlo todo. Tal vez yo soy más realista que Roger, pero yo pensaba que todavía podíamos publicar mucha música buena si quisiéramos. Así que decidimos seguir adelante”.
 
Con Davies como principal compositor y vocalista, Supertramp regresó en 1985 con “Brother where you bound”, que volvió a conectar al grupo con sus raíces progresivas a la vez que mantenía el énfasis melódico de sus trabajos más recientes. El álbum contenía canciones más largas y letras concisas sobre la política existente durante la guerra fría, y presentó el intrigante single “Cannonball”.
 
“Se trataba de intentar hacer algo ligeramente distinto a lo que habíamos hecho hasta entonces, pero conservando algo del sabor de lo anterior”, dice Davies. “Era una época en la que estábamos de los nervios mientras comprobábamos si podíamos continuar sin Roger. Yo quedé muy contento con el disco, y después salimos de gira y sólo interpretamos mis canciones. Lo hicimos bastante bien. Dejamos de ser un puñado de hippies y nos convertimos en un conjunto más organizado y profesional”.
 
Supertramp continuó explorando nuevos territorios con “Free as a bird”, de 1987. “Cada vez que grabábamos algo intentábamos hacer cosas diferentes”, dice Davies. “‘Free as a bird’ fue un disco mucho más computerizado que cualquiera de los que habíamos grabado hasta entonces. Aquello fue bueno y malo a la vez, pero el álbum contenía algunas canciones interesantes”.
 
“Free as a bird” fue el ultimo disco de la larga asociación entre Supertramp y A&M. “Hubo una especie de descanso durante el cual no sabíamos si la banda existía o no”, dice Davies. “Durante aquel período, estuve trabajando en el estudio de mi casa, improvisando con otros músicos y pensando en la posibilidad de grabar un disco en solitario. Entonces recibimos una oferta de EMI para grabar un disco de Supertramp. Por entonces habíamos perdido a Dougie, pero John y Bob regresaron, y algunos de los colegas con los que había estado tocando en Los Angeles entraron a formar parte de Supertramp”.
 
“Some things never change”, de 1997, fue la primera colección de material nuevo de Supertramp en una década, con Davies, Helliwell y Siebenberg acompañados de cuatro músicos de Los Angeles, entre los que se encontraba Mark Hart, que había participado en “Free as a bird” y ahora tenía un papel más destacado como guitarrista, teclista y vocalista ocasional. A pesar del paso de los años y los cambios de personal, la banda conservaba su carácter distintivo con melodías como “You win I lose”. El álbum fue seguido por el disco en directo “It was the best of times” de 1999 y el trabajo de estudio “Slow motion” de 2002, que completa la saga de Supertramp hasta la fecha con la alegre “Over you”.
 
Tres décadas y media después de su nacimiento, Supertramp sigue siendo un negocio que funciona, grabando, actuando y manteniendo una entusiasta audiencia internacional. La fidelidad de sus fans permite a la banda continuar trabajando en sus propios términos, independientemente de los vaivenes de las corrientes dominantes en el mundo del pop.
 
“Hemos acumulado un montón de historia, un gran repertorio y un público que siempre ha sido muy leal”, afirma Davies. “La gente quiere escuchar las canciones más antiguas y famosas, y a nosotros nos encanta interpretarlas, pero también es bueno tener algunos pensamientos frescos y algunas canciones nuevas que tocar”.
 
“En algunos aspectos, ahora no es todo tan diferente”, concluye Davies. “Supertramp siempre fue un pequeño mundo para nosotros mismos, y siempre hemos hecho las cosas a nuestra manera. Creo que nuestros valores hoy en día son prácticamente los mismos que entonces. Todavía estamos aprendiendo y todavía estamos intentando comprender cómo funcionan las cosas”.