Marcelo Rey, de la revista musical argentina "Mellotron", hizo un amplio repaso de la trayectoria de Supertramp desde sus inicios hasta finales de los 90.

Albores

El origen de la leyenda se remonta a las postrimerías del año 1969 cuando, gracias al apoyo financiero del magnate holandés Stanley August Miesegaes, el tecladista y vocalista británico Richard Davies vio como sus ilusiones de conformar una gran banda de rock se convertían en realidad. Con el apoyo de Roger Hodgson (bajo/guitarra/voz) Richard Palmer-James y Robert Millar (batería/armonica), una embrionaria formación de Supertramp editaría en 1970, contratada por A&M Records, un excelente disco debut.

Influenciado por las tempranas experiencias progresivas de King Crimson y Van Der Graaf Generator, el álbum estaba dominado por oscuros climas a cargo de los teclados y cierta inclinación folclórica en los pasajes acústicos. Gracias a la incorporación poco habitual de instrumentos como el violonchelo y la balalaica, dentro de un original concepto cíclico representado por el breve leit motiv titulado “Surely”, la obra lograba un sonido totalmente homogéneo en donde sobresalían la conmovedora melancolía de “Words Unspoken” y el extenso tratamiento dinámico que recibían “It's a Long Road” y “Try Again”.

A pesar de la poca receptividad alcanzada por esta grabación, el grupo sería parte de la programación del antológico “Isle of Wight Festival” en donde también se presentaron grupos de la talla de Jethro Tull y Emerson Lake & Palmer. Pero desanimado por la escasa resonancia de sus primeros movimientos Palmer-James desertaría, reapareciendo tres años más tarde en las filas de King Crimson como mero letrista. Poco tiempo después Millar también imitaría sus pasos, desconociéndose desde entonces su paradero.

A pesar de los contratiempos Davies y Hodgson continuaron con el proyecto, reclutando a Kevin Currie (batería), Dave Winthrop (vientos/voz) y al bajista Frank Farrell, lo que permitió que Roger emergiera como guitarrista. Con esta nueva integración registrarían en 1971 “Indelibly Stamped”, un trabajo mucho más superficial pero no menos atractivo. Plagado de arreglos elementales procedentes del blues y el jazz, el álbum no podía ocultar, pese a todo, la sombra dramática de su predecesor en "Travelled" y "Times Have Changed" ni la experimentación descarada de "Aries" Sin embargo el nuevo producto sufriría una total indiferencia por parte del mercado musical, a pesar de su impactante portada luciendo el torso desnudo de una mujer tatuada y de las escasas presentaciones que culminarían con la primera disolución del grupo en 1973, luego de una intrascendente gira inglesa junto a Chuck Berry.

La época dorada

Lejos de amilanarse y gracias a la fe inquebrantable de Roger Hodgson y Rick Davies, Supertramp retomaría unos meses más larde logrando su formación definitiva con el ingreso de los británicos Dougie Thomson (bajo) y John Anthony Helliwell (vientos-coros) más la incorporación del baterista norteamericano Bob Siebenberg, ex integrante de Bees Make Honey. Sin el apoyo del millonario holandés, pero con un contrato de grabación todavía vigente y un promisorio disco sencillo conteniendo los temas "Land Ho" y "Summer Romance", A&M respaldaría la grabación y promoción de un nuevo trabajo, aportando la producción del célebre Ken Scott.

“Crime of the Century” sería editado en 1974, alcanzando cotas de calidad que marcarían a fuego el devenir de los acontecimientos para Supertramp. Una obra progresiva sin grietas en donde sobresalían los majestuosos desarrollos instrumentales de “School", "Asylum" y "Rudy" amparados por la perfecta combinación vocal de sus dos miembros fundadores y una sobrecogedora cantidad de artilugios armónicos, tan efectivos en la delicadeza de "Hide in Your Shell" como en el pícaro tratamiento del exitoso "Dreamer. Con un oscuro vuelo lírico afectado por el estilo característico de Pink Floyd, sus punzantes pinceladas psicológicas contrastaban, sin embargo, con el esplendor sobresaliente de sus fabulosos climas sinfónicos y los etéreos adornos jazzísticos.

Finalmente crítica y público respaldarían la propuesta de Supertramp con ventas millonarias en todo el mundo y una gira triunfal por Norteamérica. Ricos y famosos intentarían al año siguiente repetir el suceso con una fórmula similar en “Crisis? What Crisis?” eliminando la mayoría de los elementos transgresores de su precedente con temas de escasa elaboración y una profusión de encorsetados arreglos orquestales. No obstante, el álbum poseía algunos picos creativos de elucubrada melancolía, evidentes en algunas piezas como “A Soapbox Opera” y “Just a Normal Day”, más allá de los atractivos giros rítmicos del desahogado “Another Man's Woman”. A pesar de un recibimiento bastante frío en comparación con las posiciones alcanzadas por su disco anterior, la banda emprendería su primera gira mundial en febrero de 1976 con llenos totales y un éxito extraordinario.

Ya establecido en los Estados Unidos, el grupo intentaría un premeditado regreso a las fuentes progresivas abandonando la producción de Ken Scott, con el notable “Even in the Quietest Moments” lanzado en 1977. Allí cohabitaban joyas sinfónicas cargadas de belleza intemporal como “From Now On” y el tema que da nombre a la placa, junto al subyugante refinamiento épico de “Fool's Overture”. Emotivas atmósferas folklóricas reminiscentes de su opera prima y elegantes estructuras armónicas provenientes del jazz, eran arropadas en esta obra por sutiles remansos clásicos a cargo de los teclados. Sería el ocaso de un ciclo para la banda que tras el suceso del simple “Give a Little Bit” emprendería una ambiciosa carrera cargada de conflictos internos y propósitos contradictorios.

Dos años más tarde, la banda conquistaría definitivamente el mercado norteamericano con la edición de “Breakfast in America”, un trabajo prolijo aunque meramente pop, con una acicalada producción a cargo de Peter Henderson, quien manipuló los clásicos clichés del grupo bajo rígidas estructuras armónicas, condenándolos a exiguos desarrollos. Sin embargo una pequeña cuota de mordacidad solapada subyacía en algunas letras, otorgándole cierta credibilidad conceptual a un producto sin aspiraciones progresivas, en donde substancialmente se destacaban los hallazgos melódicos y las exquisitas armonías vocales de las exitosas “Goodbye Stranger”, “The Logical Song” y “Breakfast in America” a pesar de las buenas intenciones del extenso “Child of Vision”. Luego de la excelente acogida comercial de este álbum, Supertramp emprendería una nueva gira internacional de 108 fechas, editando en 1980 un soberbio disco en directo llamado “Paris” que contenía la totalidad de su recital en la ciudad luz.

Pero las fricciones entre sus dos líderes comenzaron a tornarse insostenibles. Este hecho afectaría considerablemente la calidad de su próximo trabajo. Grabado en los estudios Unicorn propiedad de Hodgson en California del Norte, “Famous Last Words” (1982) sería una obra demasiado artificial e inconexa que pretendía profundizar en la vertiente pop de su predecesor con la incorporación de la hermanas Wilson del grupo Heart, y Claire Diament en coros. Pese a todo, la brillante pulcritud de su producción y el acostumbrado buen gusto arreglístico le concedían a piezas como “Bonnie” y “Don't Leave Me Now” una interesante sobriedad clasicista. Pero ni siquiera las buenas ventas generadas por los simples “It's Raining Again” y “My Kind of Lady”, pudieron impedir la deserción de Hodgson en 1983. Este comenzaría, desde entonces, una carrera paralela a la banda con premeditados lanzamientos al unísono.

Mutabilidad y permanencia

El primer paso lo daría Roger un año después de su alejamiento, con una magnífica creación titulada “In the Eye of the Storm”. Cargada de envolventes climas sinfónicos, giros rítmicos y generosas armonías vocales, el sonido demostraba cabalmente en quien se encarnaba el alma de Supertramp. Integramente arreglado, producido e interpretado por Hodgson, con el apoyo de Michael Shirievre (batería), Ken Allardyce (armónica/coros), Jimmy Johnson (bajo), Claire Diament (coros) y Scott Page (saxo), el álbum era una obra sin fisuras en donde resaltaban los dinámicos teclados de “Had a Dream (Sleeping with the Enemy)”, la conmovedora balada “Lovers in the Wind” y los envolventes matices orquestales de “Only Because of You”.

Pese al éxito moderado de “In Jeopardy”, su próximo trabajo llamado “Hai Hai” (1987) lo alejaría definitivamente del sinfonismo. Manteniendo sólo episódicamente a Diament y Allardyce, su nueva labor congregaría a un sinnúmero de prestigiosos músicos de sesión, entre los cuales cabe destacar a Jeff Porcaro (batería), Nathan East (bajo), Robbie Buchanan (teclados) y Lenny Castro (percusión). Marcado por las tendencias comerciales del mercado pop norteamericano, el disco carecía de dirección y solo pretendía arropar con arreglos triviales algunas buenas melodías. De todas maneras, dentro de un panorama bastante discreto, sobresalían, gracias a su adecuado tratamiento vocal e instrumental, el melancólico “Puppet Dance” y una versión remozada del tema de Supertramp “Land Ho”.

Perturbado por las rígidas imposiciones de la industria discográfica y ante la escasa promoción que recibieron los sencillos “You Make Me Love You” y “London”, Hodgson abandonaría la idea de promocionar “Hai Hai”. Poco después, un desafortunado accidente en donde se quebró ambas muñecas lo retiraría obligatoriamente de la escena musical concentrándose en su vida familiar. En 1989, parcialmente recuperado, retornaría a la actividad componiendo varias piezas con Trevor Rabin, por ese entonces guitarrista de Yes. De esa vital y dinámica “química musical” como la definió el propio artista, surgiría el tema “Walls”, incluido en el disco “Talk” lanzado por Yes en 1994, aunque la grabación de un nuevo álbum de Supertramp, después de algunas conversaciones con Davies, nunca llegó a concretarse.

La primera mitad de los '90s estaría dedicada a la meticulosa preparación de su postergado regreso discográfico, combinando los interminables ensayos con esporádicas presentaciones públicas. Una de ellas ocurrió en 1993, cuando una formación reducida de Supertramp con el apoyo de Jeff Daniel en teclados y el patrocinio de A&M Records, interpretó con fines puramente benéficos algunos éxitos del grupo en el Hotel Hilton de Beverly Hills, propiciando un efímero acercamiento entre Hodgson, Davies y Helliwell. Sin embargo el saxofonista respaldaría su regreso oficial a los escenarios tres años más tarde, integrando junto a Mikail Graham (guitarra/voz), Rich Stanmyre (bajo/coros) y Jeff Daniel (teclados/coros) la nueva banda de Roger, en la cual también participaba su propio hijo Andrew (batería/piano/voz).

Después de seis memorables actuaciones en California del Norte, las tomas de su última performance serían editadas en su sello particular bajo el nombre de “Rites of Passage” (1997), contando con la producción de su esposa Karuna y la colaboración del mitológico músico minimalista Terry Riley (tambora/coros) y Josh Newman (violonchelo). El registro en directo contenía ocho canciones nuevas, integradas naturalmente con diversos clásicos de su antigua agrupación y a pesar de sus características un tanto singulares, recuperaba con autenticidad la magia sinfónica de antaño. Emotivas interpretaciones respaldaban un sonido por momentos intimista, cabalmente testimoniado en los acústicos “Don't You Want to Get High?” y “Time Waits for No One”, sin menospreciar los arrebatos rítmicos y la frescura despojada de temas como “Showdown” y “Every Trick in the Book”.

Ecos de un pasado glorioso

Por su parte Supertramp editaría un año después del debut en solitario de Hodgson una de sus obras progresivas más ambiciosas. Demostrando plenamente su capacidad para sobrevivir. “Brother Where You Bound” (1985) poseía todos los ingredientes que necesita un trabajo de concepto, contando para ello con la producción de David Kershenbaum y la presencia de algunos invitados de lujo como David Gilmour (guitarra) y Scott Page (flauta). Desde la vivacidad del exitoso “Cannonball”, hasta el complejo desarrollo épico de su extensa pieza central, el álbum favorecía los elementos de fusión sobre las influencias clásicas, apenas insinuadas en la exquisita “Ever Open Door”. Sin embargo, el producto era una brillante muestra de la solidez creativa del grupo, de cara a un futuro prometedor.

Pero el creciente interés de Rick Davies en la experimentación tecnológica aplicada a la música y su cada vez más estrecha relación profesional con el guitarrista de sesión Mark Hart, traerían como consecuencia la grabación de un disco repleto de fríos artilugios computarizados. El clásico sonido de la banda se encontraba en “Free As a Bird” (1987), deliberadamente oprimido por agradables arreglos pop carentes de sorpresa y elaboración. Solo el uso apropiado de la melodía en “It Doesn't Matter” y los dinámicos giros rítmicos de “An Awful Thing to Waste” sobresalían en una obra con intenciones meramente comerciales.

Pese a todo, el éxito en las listas de “I’m Beggin You” gestaría un nuevo tour internacional, incluyendo una participación estelar en el festival “Hollywood Rock”, realizado en Brasil. Poco después sería lanzado al mercado el álbum Live '88, conteniendo parte de su última gira.
Las comparaciones con el antológico París podrían resultar odiosas. Ni siquiera el ingreso de Mark Hart (guitarra/voz) como sustituto definitivo de Hodgson, lograba disimular el agotamiento de una propuesta sin brillo destinada a perecer.

Luego de un prolongado letargo, Supertramp regresaría en 1997 con un nuevo disco sugestivamente titulado “Some Things Never Change” bajo el sello EMI y una flamante formación comandada por Davies, Helliwell, Siebenberg y Hart, junto a las profesionales incorporaciones de Lee R. Thornburg (vientos/coros), Cari Verheyen (guitarras), Tom Walsh (percusión) y Cliff Hugo en sustitución del bajista Dougie Thomson. Sin embargo, el álbum no recuperaba la magia de los buenos tiempos evocada parcialmente en el simple “You Win, I Lose”, repitiendo con un mayor grado de elaboración el sonido característico de sus últimos trabajos. Contando para ello con la sofisticada producción de Jack Douglas, quien se encargaba de resaltar las potentes estructuras jazzísticas con inclinaciones hacia el blues, exhibidas en las vaporosas improvisaciones de temas como “C'est What?” y “Help Me Down that Road”, desestimando el uso más apropiado de ciertas atmósferas sobrecogedoras insinuadas con reticencia en el atractivo “It's a Hard World”.

Corolario

Mientras Roger Hodgson se encuentra realizando una serie de actuaciones exitosas por todo el mundo, Supertramp se mantiene en silencio preparando un nuevo opus discográfico, tras haber culminado sin demasiada repercusión su último tour internacional. Muchos pueden cuestionar el verdadero aporte del grupo a la causa progresiva, pero, sin lugar a dudas el esplendor de su obra ya se ha ganado un lugar de privilegio entre las grandes creaciones del rock británico.

 

(Muchas gracias a Walter Alarcón por compartir este artículo)