Artículo del diario canadiense "Winnipeg Free Press", firmado por Martha Hume, de la época en que la gira de "Breakfast in America" llenaba recintos en todo el mundo.


En algún lugar a las afueras de Washington, un coche de alquiler entra en una gasolinera, y uno de sus ocupantes, con una melena de color castaño que le llega hasta los hombros, se asoma por la ventanilla. “¡Oye, amigo!”, le grita a un joven empleado, “¿Puedes decirnos dónde toca Supertramp esta noche?”.

“¿Vais al concierto del Capital Center? ¡Dejadme ver vuestras entradas!”, suplica el empleado con el disgusto de alguien que no ha podido conseguir una. La petición hace reír a Roger Hodgson y sus cuatro acompañantes, porque ellos son Supertramp, la banda cuyo álbum ‘Breakfast in America’ es número 1 en todas las listas de ventas de los Estados Unidos.

La metedura de pata del empleado de la gasolinera al no haberles reconocido es algo que no les molesta en absoluto. Los cinco miembros de Supertramp (tres ingleses, un escocés y un americano) están obsesionados con su intimidad. Millones de personas conocen su música, pero muy pocos conocen sus rostros.

“Si pudiera ayudar a alguien haciendo mi imagen pública, como hace Jane Fonda cuando colabora en algunas causas, entonces no me importaría”, dice Hodgson, de 29 años, que es quien canta el mayor éxito del grupo, ‘The logical song’. “Pero sería muy triste intentar convertirme en una estrella sin motivo alguno”.

Los pensamientos de Hodgson son compartidos por el otro cantante de Supertramp, Rick Davies, el saxofonista John Anthony Helliwell, el bajista Dougie Thomson y el batería Bob C. Benberg. Todos ellos llevan desde 1973 trabajando juntos, pero ha sido ‘Breakfast in America’, su quinto disco, el que más éxito comercial ha tenido.

El núcleo de Supertramp está formado por Hodgson y Davies, que comparten tareas como cantantes, compositores y teclistas. En 1969 Davies fundó la banda, que tomó su nombre de un extraño libro de 1910 llamado ‘La autobiografía de un súper-vagabundo’.

Después de cuatro años próximos a la inanición, Hodgson y Davies reorganizaron el grupo incorporando a Helliwell, Thomson y Benberg (el único americano de la banda). ‘Breakfast in America’, por fin, ha conseguido poner a Supertramp en el mapa de la música, para gran sorpresa de Hodgson y Davies, una pareja bastante extraña.

Hodgson, que canta temas oníricos y melódicos con su agradable voz de falsete, es un adinerado estudiante del  sistema escolar privado de Inglaterra y uno de los últimos ‘hippies’. Viaja con su mujer, la alta y tranquila Karuna, y su hija pequeña, Heidi, a la que Hodgson ayudó a nacer en una caravana a las puertas de un concierto en San Diego. La familia es vegetariana, practica la meditación y cree en las cosas “naturales”.

Rick Davies, que canta ‘Goodbye stranger’, el single más reciente del grupo, es de una clase social totalmente opuesta a la de Hodgson. Antiguo soldador de metales en Gran Bretaña, Davies prefiere las canciones más terrenales que tratan sobre los conflictos entre clases. Su mujer, Sue, que estuvo trabajando para A&M, la discográfica de la banda, es la encargada de las ventas de camisetas y programas de la gira.

El misticismo de Hodgson y el cinismo de Davies se han mezclado en un rock romántico basado en los teclados, al estilo de Procol Harum. “Nos han dicho que somos como el yogur y los cereales”, dice Hodgson. “A mí me gusta la comida sana, y a él la comida basura. No nos comunicamos externamente, sino a nivel interior. Supertramp somos cinco personas, pero también hay un núcleo, que es la interacción entre Rick y yo”.

“Roger es algo así como un personaje que vive en una nube y no sabe mucho sobre el mundo real”, dice Davies con indulgencia. “Pero hay una serie de cosas que a ambos nos gustan, como que no queremos convertirnos en una banda de tipos extravagantes o maleducados”.