Entrevista de Robert Nemecek aparecida en la revista musical especializada "Piano News", de tirada nacional en Alemania.


Roger Hodgson, nacido en 1950, escribió la historia de la legendaria banda de rock Supertramp a base de firmar temas imperecederos como “Dreamer”, “Give a little bit” o “The logical song”. Todas esas canciones parecen no tener fecha de caducidad, y siguen siendo tan populares como el día que vieron la luz.

Sin embargo, el éxito de Hodgson no se debió sólo a su calidad como compositor y cantante, sino también a su gran nivel instrumental al piano y los teclados, además de a la guitarra acústica. Todo eso ha permanecido hasta nuestros días y durante los últimos años Hodgson ha seguido ofreciendo grandes conciertos en los que combina canciones de todas las épocas y se alterna entre el teclado, el piano y la guitarra.

En Marzo de este año Hodgson visitará varias ciudades alemanas dentro de lo que será su nueva gira europea, y con tal motivo hemos hablado con él para obtener cumplida información sobre sus modelos musicales, su inspiración artística y su conexión con el piano.


PREGUNTA: Quien te conoce y conoce tu música sabe que eres no sólo un excelente guitarrista, sino también un gran pianista. Algunas de tus canciones más hermosas fueron compuestas para ser interpretadas con voz y piano, lo que sugiere una importante conexión con este instrumento que probablemente comenzó a una temprana edad… ¿Es así?

ROGER: Sí, así es. En casa teníamos un piano de cola, pero mis padres nunca me dejaban tocarlo, no sé muy bien por qué. De todas formas, a los 16 años empecé a dar clases de piano y aprendí a tocar algunas piezas de música clásica. Sin embargo, para ser sincero, aquello no me parecía demasiado interesante porque quería interpretar mi propia música. Así que, cuando me encontraba a solas, tocaba mis composiciones e iba desarrollando mi propio estilo que, naturalmente, difería bastante de lo que era la música clásica.

PREGUNTA: ¿Ya tenías claro por entonces cómo era la música que querías hacer?

ROGER: Sí, tenía una imaginación musical muy potente. Escuchaba la música en mi cabeza, con todos los acordes y las melodías, y sabía de inmediato cómo reflejarlo todo sobre el piano.

PREGUNTA: ¿Pero no tenías algunos modelos musicales de los que partir?

ROGER: Claro que sí. Uno de mis modelos más importantes fue Claude Debussy. Su música me llegó muy adentro porque era diferente a la mayor parte de la música clásica que conocía. Era muy independiente y muy rica en hermosos colores y tonalidades musicales.

PREGUNTA: ¿Has interpretado al piano algunas piezas de Debussy?

ROGER: Sí, sobre todo recuerdo “La muchacha de los cabellos de lino” y “Claro de luna”. Encontré esas obras maravillosamente poderosas, con unas melodías muy cuidadas y unas armonías brillantes.

PREGUNTA: ¿Dirías que la música de Debussy afectó tu forma de sentir la música?

ROGER: Ya lo creo. Lo que más me fascinaba de Debussy era el hecho de que en su música nada se repetía. Era una especie de viaje a través de algo desconocido y no tenía nada que ver con la sucesión de estrofa-estribillo-estrofa-estribillo típica de las canciones pop. La música de Debussy se va desarrollando constantemente, aunque al final pueda regresar al punto inicial. En mi género musical, el rock y el pop, hay muchas reiteraciones y a menudo se repiten las mismas frases. En muchas de mis canciones yo he tratado de evitar eso e ir un poco más allá, como hacía Debussy.

PREGUNTA: ¿Hay algún otro compositor o alguna pieza de música clásica que te haya gustado especialmente?

ROGER: Sí, “Los planetas” de Gustav Holst. Siempre me ha encantado el gran sonido orquestal que tiene, y creo que se ha reflejado en algunas de mis composiciones.

PREGUNTA: ¿Te refieres a los arreglos orquestales de “Fool’s overture”?

ROGER: Por ejemplo. Aunque, lógicamente, grupos como Los Beatles fueron mucho más importantes para mí. Yo, al igual que otras muchas personas, crecí con la música de Los Beatles y esas canciones afectaron profundamente mi formación y mi personalidad. ¡Su influencia en mi carrera artística y en mi música es inmensa!

PREGUNTA: Por extraño que pueda parecer, comparando tu perfil artístico con el de John Lennon se descubren numerosas características comunes…

ROGER: ¡Sin duda alguna! Evidentemente, Lennon también fue uno de mis modelos más importantes. Fue, sobre todo, un artista que era capaz de expresar sus sentimientos más profundos, y tiene algunas canciones al piano, como “Woman” o “Across the universe”, que son simplemente magníficas. ¡Ojala las hubiera compuesto yo! Lennon fue, indudablemente, el héroe de mis primeros años.

PREGUNTA: ¿Cómo compones tus canciones? ¿Sigues algún tipo de planificación?

ROGER: La auténtica inspiración habita en un lugar mágico. Muchos compositores de música clásica no se veían a sí mismos como autores de su música, sino como un medio de expresión de la misma. Y yo puedo confirmarlo. La inspiración sólo llega cuando la razón se aparta. Es la música la que me guía a mí, y no al revés. Y cuando estoy tocando, me ocurre algo similar. La música se adueña de mí, y entonces se trata más de escuchar que de hacer algo.

PREGUNTA: ¿Compones más con el piano o con la guitarra?

ROGER: Con ambos instrumentos, aunque también suelo trabajar con un armonio. Con el sonido del armonio consigo alcanzar ese lugar mágico del que acabo de hablar. Entonces me sumerjo rápidamente en ese espacio y me pierdo en él.

PREGUNTA: ¿Con el piano no te ocurre lo mismo?

ROGER: También, pero depende mucho del tipo de piano. Hay algunos pianos que tienen una sonoridad muy especial y entonces pienso: “¡Ah, qué maravilla!”. Después intento identificarme con el piano y dejarme llevar por su sonido. Y también hay otros instrumentos que me dejan totalmente frío. El sonido y la personalidad de un instrumento siempre tienen una gran influencia a la hora de componer.

PREGUNTA: Así que con los teclados compones de una forma muy diferente a como lo haces con el piano…

ROGER: Sí, desde luego. Los teclados proporcionan unas tonalidades y unos efectos totalmente diferentes a los del piano, y mis canciones al teclado normalmente tienen un tempo más rápido. Estoy pensando en “Dreamer”, que tiene unos acordes que se repiten más deprisa.

PREGUNTA: ¿Es posible que tus canciones con acompañamiento de piano tengan un carácter más lírico que las de teclado?

ROGER: En ocasiones, sí. Por ejemplo, en el caso de “Lovers in the wind”. Lo más curioso de un piano es que irradia una especie de personalidad de su creador. Quienes construyeron instrumentos como este, por ejemplo Steinway o Bosendorfer, pusieron una gran pasión en su trabajo y al tocarlos uno puede darse cuenta de ello. Los pianos tienen una gran tradición, y cada uno de ellos lleva consigo un largo proceso de construcción. Cuando me siento delante de un piano, me encanta experimentar esas sensaciones.

PREGUNTA: ¡Eres un verdadero amante del piano!

ROGER: Por supuesto. Recientemente tuve la oportunidad de tocar un piano Bosendorfer en Austria, y me enamoré de él. ¡Era como si el piano estuviera vivo y me hablase! Me habría encantado llevármelo conmigo, pero por desgracia no era posible.

PREGUNTA: ¿Crees que tu estilo musical ha cambiado con el tiempo?

ROGER: Sí, pienso que con el tiempo todo el mundo cambia a todos los niveles. Por lo que respecta a la música, creo que me he vuelto un poco más exigente. Sólo me llega adentro la música que procede del corazón. Un artista debe ser capaz de expresar su estado de ánimo y sus sentimientos, ya sean de pena o de desbordante alegría. Eso es lo que hacía, por ejemplo, John Lennon, y lo que yo espero hacer mejor cada vez.

PREGUNTA: ¿Qué podemos esperar de tus conciertos de Marzo en Alemania?

ROGER: Serán una buena combinación de temas clásicos de Supertramp y otros de mi carrera en solitario, una mezcla de lo que han sido mis composiciones desde los años 70. Naturalmente, no actuaré yo solo, sino que lo haré con mi colega Aaron MacDonald, con quien llevo tocando ya muchos años y que es un músico extremadamente polifacético.

PREGUNTA: ¿No actuarás junto a una banda?

ROGER: No, lo haré sin banda. Aunque me encanta tocar con una banda, el problema de ese tipo de actuaciones es que me da la impresión de que estoy más lejos del público. Tocar con un único acompañante me permite ser más independiente, y la audiencia puede percibir la energía de mis manos, mi voz y mi música mucho mejor que cuando actúo con una banda. Pero puedo prometer a todos los asistentes que vivirán una gran experiencia.