Entrevista a Roger Hodgson conducida por Aurelie Raya y aparecida en la revista francesa "Paris Match".




Roger Hodgson es prisionero de Supertramp. El antiguo miembro del grupo pop se siente traicionado por Rick Davies, quien se ha apropiado de los títulos que él escribió.


PREGUNTA: Cuando dejaste el grupo en 1983, aceptaste ceder el nombre Supertramp a tu compañero Rick Davies, con la única condición de que él no interpretara las canciones escritas que habías compuesto. ¿Por qué?

ROGER: Los negocios no son lo mío, pero tampoco soy estúpido. Yo había vivido los catorce años de mi vida profesional bajo ese nombre, Supertramp, y quería abandonar esa aventura para dedicarme a mi familia. Ese acuerdo me parecía justo mientras pudiera conservar mi voz y mis canciones. No firmamos nada, pues se trataba de un acuerdo moral. Rick no se opuso a ello, sino todo lo contrario. Y yo no podía imaginarme una traición.

PREGUNTA: ¿Cuándo te diste cuenta de ello?

ROGER: En 1988. Rick no había interpretado ninguna canción mía en la primera gira de Supertramp sin mí, pero rompió nuestro acuerdo durante la segunda gira. Como yo me había retirado totalmente de la industria musical y me había trasladado a Nevada City, entonces no me pareció algo desmesurado. Fue al volver a los escenarios, diez años más tarde, cuando sentí de verdad la herida. El público no reconocía mi nombre ni mi cara, así que ¿cómo iba a llevarles a mis conciertos?

PREGUNTA: ¿Has asistido a algún concierto de Supertramp después de tu marcha?

ROGER: Sí, en Estocolmo, en 1997. Fue muy impactante. Durante la primera media hora todo fue bien. Yo le había advertido a Rick de mi presencia entre el público a través de una nota que decía “Si quieres que suba al escenario en memoria de los viejos tiempos, por mi parte no hay problema”. Y de repente tocaron ‘School’, ‘The logical song’, ‘Breakfast in America’... Me sentí fatal, me dieron náuseas. Incluso mi hijo, que estaba a mi lado, se puso a llorar. Rick no me respondió a esa nota.

PREGUNTA: ¿Cómo explicas su actitud?

ROGER: Debe ser por el dinero. Rick nunca tiene bastante. En los Hamptons se lleva un tren de vida muy caro.

PREGUNTA: ¿Os habéis vuelto a ver desde entonces?

ROGER: Después de quince años sin vernos, nos tomamos un café hace un par de años. Hablamos de la idea de volver a tocar juntos. Rick no quería trabajar con los otros tres miembros originales, y yo acepté esa propuesta. Después ya no volvimos a hablar en un año, pero luego nos llegó una oferta de un promotor de giras. Durante varios meses mantuvimos algunas negociaciones. Y entonces él y su mujer, Sue, volvieron a desaparecer. Ni una respuesta a los correos electrónicos ni a las llamadas de teléfono. Su mujer es también su representante, y tiene una reputación que se ha ganado a pulso. No llego a comprenderlo, porque, con los dos juntos, habría más dinero a repartir. Pero su mujer quiere controlarlo absolutamente todo. Es algo obsesivo.

PREGUNTA: ¿Cuál fue la verdadera razón de vuestra separación?

ROGER: A partir del éxito del álbum “Breakfast in America”, en 1979, las cosas se volvieron difíciles. Sue contribuyó al deterioro de la situación, y mi mujer también. Desde entonces ya no volvimos a sentir la misma magia.

PREGUNTA: ¿Estarías dispuesto, a pesar de todo, a volver a tocar con Rick?

ROGER: Yo sigo estando disponible, y se lo he hecho saber. La respuesta de Rick y Sue fue: “Esa reunión sólo sería buena para ti, no para Supertramp”. Pero esta es la última oportunidad de que los fans nos vean juntos, porque Rick va a retirarse muy pronto. Es una lástima.