Entrevista de Jotabe Medeiros publicada en el diario brasileño "O Estadao" pocos días antes de la actuación de Roger Hodgson en Sao Paulo.

Pocos géneros han sufrido tantos prejuicios en la música como el “soft rock” de los 80. Los defensores del “rock viril” fingían náuseas con sólo oír hablar de artistas como Toto, America, Jackson Browne, Don Henley y los inefables Supertramp. El gran público, los ascensores y los consultorios de los dentistas, mientras tanto, les adoraban.

Algunos de esos artistas comenzaron a redimirse en los años 90, como fue el caso de Supertramp. El colofón de la reputación recuperada tuvo lugar cuando el "enfant terrible" del piano, Brad Mehldau, grabó “The logical song”, himno real del “rock progresivo” de los 80.

Responsable de la mayoría de éxitos de Supertramp, el cantante, compositor y guitarrista Roger Hodgson está de vuelta a Brasil, país que ya ha visitado en tres ocasiones. Es muy raro conocer a un músico que podría hacer un concierto de hasta cuatro horas tocando un éxito tras otro, y este hombre es uno de ellos.

Hodgson habló con nosotros por teléfono desde Buenos Aires. Confiesa ser vegetariano pero sentirse un poco culpable, porque come pescado y pollo. Y cuenta que está recién divorciado, porque la banda que trae esta vez el país es totalmente diferente que la que trajo hace dos años, y que está escribiendo un nuevo álbum, una de cuyas canciones podría entrar en el repertorio.


PREGUNTA: ¿Cómo ve este resurgimiento de Supertramp, que durante muchos años apenas se había escuchado en el hilo musical?

ROGER: Creo que esto demuestra que la música de Supertramp ha resistido la prueba del tiempo. Y tengo la impresión de que ha sido así porque las canciones procedían de algún lugar de mi corazón. Nunca tuve la intención de demostrar nada al mundo, sino solamente de componer lo que sentía.

PREGUNTA: También hay una revalorización de la canción rock, que desde el punk ya casi no se tenía en cuenta. Hoy en día, tenemos excelentes intérpretes rock, como Antony, de la banda Antony And The Johnsons…

ROGER: No sé por qué no hay más cantantes consistentes. Debería haberlos. Tal vez porque los artistas de hoy están muy ocupados copiándose unos a otros, no lo sé. También está el hecho de que en los años 70 y 80 los artistas estaban muy preocupados en los nuevos terrenos a explorar, en ser originales, en buscar su propia música... La motivación es diferente hoy en día, pues están mucho más preocupados con su propia supervivencia. En aquella época, por lo menos nosotros en Supertramp, teníamos una compañía discográfica que nos dio un gran apoyo, que se mostró dispuesta a esperar a que completáramos nuestra búsqueda y nuestro desarrollo. Ellos sabían que la banda tenía potencial. Hoy en día las empresas discográficas están luchando desesperadamente para no cerrar, y los artistas jóvenes tienen muy poco tiempo para desarrollar un estilo. Así que es más difícil mantener la integridad.

PREGUNTA: Usted ha grabado discos en solistario aclamados por la crítica, como “Hai hai”. Estos discos nunca lograrán una décima parte del éxito que tuvo la banda Supertramp…

ROGER: Han cambiado mucho las cosas desde que salí de Supertramp, después de 14 años en el grupo. Cuando me fui de la banda, mi prioridad era criar a mis hijos. La música se convirtió en algo secundario. Y la música no es magia, hay que trabajar duro sobre ella. Dejé Los Angeles y me marché a las montañas del norte de California. Mi objetivo principal ya no era la construcción de una carrera artística. Y mis discos en solitario, cuando volví, ya no contenían súper singles, esas canciones que sirven como buque insignia de un álbum.

PREGUNTA: ¿No cree que perdió el toque especial que tenía en la banda?

ROGER: No. Bueno, creo que perdí ese toque durante algunos años. Pero pienso que actualmente estoy escribiendo canciones tan buenas como antes. Diría que me resulta incluso más fácil ahora.

PREGUNTA: En la historia de la música hay algunos momentos curiosos que parecen milagrosos, como la formación de los Beatles, de los Rolling Stones, de los Beach Boys… ¿No cree que con Supertramp tuvo lugar uno de esos momentos que son irrepetibles?

ROGER: Estoy de acuerdo. Rick Davies y yo formamos una combinación muy interesante. Eramos los opuestos, el yin y el yang. Estoy muy contento con lo que logramos juntos, pero no echo de menos aquello. Ahora soy más viejo y más sabio, y me siento más seguro. A veces una banda es como un matrimonio que, cuando termina, hace imposible revivir los buenos tiempos.