Entrevista de Carlos L. Rodríguez Zía publicada en el prestigioso periódico "Clarín" tras la llegada de la gira "Solotramp" a Argentina.

 

Socio fundador de la banda Supertramp, Roger Hodgson la integró durante catorce años y fue la voz cantante. Ahora, llegó a la Argentina para mostrarse como solista.

PREGUNTA: ¿Qué opinas de que tus shows del viernes y el sábado sean promocionados apelando a que fuiste la voz de Supertramp?

ROGER: Es mejor que muchas otras cosas. Por un lado, a los promotores les resulta más fácil vender los shows utilizando el nombre de Supertramp. Y por el otro, para mí ese es el desafío que tengo que enfrentar. Subir al escenario y mostrarle a los fans de la banda quién es hoy Roger Hodgson. Ser recordado como la voz de Supertamp no es un problema para mí. Es más, estoy orgulloso de haber estado en Supertramp.

Pero hubo una vez en que ser la voz de Supertramp dejó de ser algo placentero para Roger Hodgson, de 48 años. Fue en 1983, cuando tras editar su octavo álbum (“Famous last words”) e intentar de distintas maneras devolverle la vida al grupo, decidió marcharse.

ROGER: No había comunicación entre nosotros. Musicalmente dejó de ser algo divertido. Me fui de Supertramp porque la energía se estaba volviendo algo más, y yo me preguntaba por qué permanecer en una banda donde la energía es algo malo y la música cae en picada

Así recuerda el adiós a la banda, que nació con la pretensión de ser un grupo de rock sinfónico para terminar como un emblema del rock adulto para FM; y con la que el cantante inglés, que hoy vive en California, conoció el éxito: Supertramp vendió 50 millones de discos en todo el mundo

PREGUNTA: ¿Es por eso que el año pasado no fuiste parte del regreso de Supertramp?

ROGER: Es que no fue en verdad el regreso de Supertramp, sino que Rick Davies es el dueño del nombre. En realidad este Supertramp es el proyecto solista de Rick. No estaría bien que yo volviera a la banda.

PREGUNTA: ¿Volverías a integrar Supertramp?

ROGER: No. Me llevó diez años de mi vida acostumbrarme a la idea de ser un solista. Y ahora estoy contento con eso, y listo para mostrárselo a la gente.

PREGUNTA: Pero hace cinco años hiciste un intento por volver al grupo…

ROGER: Sí, pero no funcionó y Rick se molestó mucho conmigo. La ruptura fue algo muy duro y desafortunadamente para mí no nos hablamos desde entonces. Por otra parte, Supertramp no es algo que hoy quiera hacer artísticamente hablando. A la hora de trabajar, Rick y yo éramos una combinación muy fuerte, pero ahora no necesito a Rick. Mi próximo álbum, que empezaré a grabar en enero, lo demostrará. Mi música de ahora es muy fuerte. Supertramp es parte de mi pasado.

PREGUNTA: Pero la gente que te va a ir a ver va a querer escuchar viejos éxitos del grupo…

ROGER: De acuerdo, no hay problema. Más allá de que esta es la primera vez que toco en Sudamérica, voy a tocar las canciones de Supertramp porque son mis canciones y las amo. Además, son las que quiere escuchar la gente, las que la hace feliz y eso es fantástico. Nunca me planteé hacer un concierto sin las canciones de Supertramp. Muchas de ellas no las he tocado por más de quince años.

Diez de esos quince años Roger se la pasó luchando con la crisis de los 40 años. Ese proceso comenzó en 1987 y producto de un accidente en el que Roger se rompió ambas muñecas, lo que disparó un proceso de reflexión que lo llevó a replantearse un montón de cosas de su vida y su relación con la música.

ROGER: Me di cuenta de que a lo largo de catorce años había puesto todo de mí en Supertramp: era mi identidad, mi sueño, mi bebé. Y al dejar el grupo me di cuenta de que no estaba listo para emprender una carrera solista. Como te dije, los últimos diez años me la pasé aprendiendo a manejarme solo. Y ahora puedo hacerlo. Es mi primera gira solo.

PREGUNTA: ¿Y qué es mejor? ¿Formar parte de una banda muy popular o ser un solista?

ROGER: Ahora, estar solo.