Roger Hodgson participó en el legendario programa radiofónico norteamericano "In The Studio" como invitado especial de una emisión íntegramente dedicada al álbum "Crime of the century".

PREGUNTA: ¿Cómo fue la gestación del disco "Crime of the century"?

ROGER: Después de la desastrosa gira que habíamos hecho por Escandinavia, la gente estaba muy desanimada dentro del grupo, y decidimos dejarlo. Yo decidí marcharme a la India. Siempre había querido ir a la India, así que pensé "este es el mejor momento" (RISAS). Así que estuvimos separados unos días y no sé cómo volvimos a reunirnos de nuevo, creo que fue el bajista o un ingeniero de sonido quien nos dijo: "Escuchad, esto es una locura. Todavía nos queda demasiada música como para tirarla a la basura". Así que decidimos dejar de dar conciertos y grabar en una cinta el material que teníamos esperando en la recámara, pues teníamos unas cuantas canciones muy buenas. Y eso es lo que hicimos. Aquella cinta se convertiría en el álbum "Crime of the century"...

PREGUNTA: Por entonces acababais de incorporar nuevos miembros a la banda, ¿no?

ROGER: En aquella época Rick y yo teníamos una relación muy buena, mejor que con el resto de miembros del grupo. Necesitábamos desprendernos del batería, pero se trataba de un tipo del que era difícil desprenderse (RISAS). Así que pensamos que lo más sencillo sería disolver el grupo y volver a formarlo, porque la banda que teníamos no era la que queríamos. Y fue entonces, al volver a formar el grupo, cuando todo encajó y encontramos la banda que estábamos buscando.

PREGUNTA: ¿Qué pasó después de grabar aquella cinta con maquetas de canciones?

ROGER: Cuando preparamos las maquetas para "Crime of the century", hacía ya mucho tiempo que habíamos grabado los dos discos anteriores, así que al llegar a las oficinas de A&M vimos que aquello estaba muy cambiado. No conocíamos a casi nadie en la oficina. Cuando entramos y dijimos "hola, ya estamos aquí", nos contestaron "¿y quiénes sois vosotros?" (RISAS). ¡No sabían quiénes éramos! Afortunadamente, había por allí un representante con quien nos llevábamos muy bien. El nos dejó ponerle las maquetas y le gustó lo que escuchó. Así que convenció a la compañía de discos para que invirtiera más dinero en nosotros. Lo mejor fue que nos pusieron una casa de campo en el oeste de Inglaterra para preparar el disco, donde estuvimos viviendo todos juntos, con las mujeres, los perros, los niños... Fue una época mágica, que nos hizo estar muy unidos y creó esa magia que tiene "Crime of the century". Allí tuvimos tiempo para pensarlo todo muy bien, ver en qué orden debían ir colocadas las canciones en el disco, y tener un perfecto plan de trabajo antes de ir a grabar al estudio.

PREGUNTA: Y en el estudio os encontrasteis con Ken Scott…

ROGER: Lo más gracioso a la hora de grabar el álbum es que no nos dimos cuenta de cómo iba sonar hasta el final. La forma de grabar que tenía Ken Scott, que había trabajado previamente con David Bowie y los Beatles, era muy extraña. Sabíamos que teníamos buenas canciones, con un gran potencial, pero las grabaciones estaban llenas de interrupciones. Muchas de las canciones se grababan de forma que no podíamos saber cómo sonarían al oirlas enteras. A veces estábamos con la misma parte de una canción horas y horas. Recuerdo, por ejemplo, que "Rudy" la tuvimos que grabar en catorce trozos. Cuando por fin pudimos escuchar cómo sonaba todos nos quedamos impresionados. Fue una forma muy extraña de grabar un álbum, pero el resultado final fue increíble.

PREGUNTA: ¿Qué puedes contarnos de "Hide in your shell"?

ROGER: Escribí "Hide in your shell" en aquella granja. Es una de las canciones que ayudan a definirme como artista, o como músico, o como compositor. No sé realmente de donde salió, pero recuerdo que la escribí muy rápidamente.

PREGUNTA: ¿Cuál fue para ti el secreto del éxito del álbum?

ROGER: Creo que una parte muy importante se debe a la calidad del sonido que tiene. Pasábamos mucho tiempo comprobando los altavoces y el resto de elementos de sonido. Gracias a ello conseguimos una reputación en cuanto a calidad de sonido, también en los conciertos en directo. Y aquello fue un pequeño lastre para los discos posteriores, pues tal vez se esperaba en ellos un sonido mejor. Pero cada álbum es diferente, y no debería mirarse tanto hacia atrás, sino hacia delante.

PREGUNTA: ¿Tú pensabas que el disco podría llegar al número uno de las listas británicas?

ROGER: Cuando terminamos "Crime of the century", me fui a Marruecos con una amiga. Era Navidad y estuve allí unas seis semanas, totalmente desconectado de la industria de la música y de lo que pasaba en Inglaterra. Y cuando volví en Febrero, lo primero que vi al pasear por las calles de Londres, fue un ejemplar del "Melody Maker" en un quiosco de prensa cuyo titular decía que "Crime of the century" era número uno. Me quedé sin palabras (RISAS). Sabía que esto podía ocurrir, pero no podía creérmelo.

PREGUNTA: Una de las canciones que más impulsaron al álbum fue "Dreamer". Cuéntanos algo sobre ella.

ROGER: Recuerdo grabar una maqueta de "Dreamer" en mi habitación, golpeando cajas de cartón y todo tipo de objetos, y no sé por qué, pero esa maqueta contenía la forma básica en la que yo quería que quedara la canción. Cuando empezamos a grabarla en el estudio, aquello no quedaba igual, así que intentamos trabajar sobre la misma maqueta. Al final decidimos dejar la canción definitiva lo más parecida posible a la maqueta, y por eso en ella aparecen los golpes sobre las cajas de cartón, algunos ruidos hechos con la boca y otro tipo de sonidos así.

PREGUNTA: Y después del éxito del álbum llegaron las primeras giras a gran escala…

ROGER: El espectáculo de la gira de "Crime of the century" era único. Llevábamos un gran montaje. No podíamos ser teloneros de nadie, ya fuera en América o en Europa. Tuvimos suerte de que los promotores se arriesgaron y nos pusieron siempre como grupo principal en los conciertos. A menudo llegábamos a una ciudad y sólo se habían vendido unos centenares de entradas, así que teníamos que salir a la calle a repartir entradas para que la gente viniera a vernos (RISAS). Pero teníamos que hacerlo, no había otra elección. El principio de los conciertos era precioso, con una fantasmagórica luz azul iluminando el escenario mientras empezaba a sonar la armónica de "School". Aquellos conciertos eran muy diferentes de los de hoy en día. Llevábamos tres tonos de color, en función de la música, uno para cada parte del escenario: delantera, central y trasera. Mezclábamos estos colores de acuerdo con la música que sonaba. Era muy bonito, algo así como si estuvieras presenciando un sueño, y formábamos figuras en el escenario que eran un buen acompañamiento a lo que hacíamos los músicos con nuestros instrumentos.

PREGUNTA: Y también utilizabais algunas películas para acompañar las canciones, como en el caso de "Rudy"…

ROGER: El vídeo que acompañaba la canción "Rudy" fue todo un éxito, y a partir de entonces se utilizó también en las giras posteriores. Las imágenes se habían grabado con una cámara adosada a un tren en los años 50, y se reproducían a mayor velocidad para que diera la sensación de que viajabas a 500 millas por hora. El tren iba de Londres a Brighton. Conseguimos las imágenes de la BBC, duraban un total de tres minutos, y se mostraban en una pantalla gigante en la parte trasera del escenario. Podías imaginarte que ibas en el tren a esa velocidad de vértigo, mientras la música hacía "chu-cu-chu-cu-chu-cu-chu...". Era un momento excitante del espectáculo.

PREGUNTA: "Rudy" es una canción de Rick Davies. ¿Sabes en qué se inspiró para componerla?

ROGER: A menudo pienso que Rudy era Rick. Rudy parecía un personaje con sus mismas características, viajando en un tren a ninguna parte. Creo que de alguna forma era una canción autobiográfica. Se trataba de un tipo muy excéntrico, que no se desenvolvía demasiado bien socialmente, era bastante solitario, no tenía novia... Pero un tipo realmente interesante cuando lo conoces, aunque sea difícil conocerle bien, pues es muy introvertido. Así que pienso que, en realidad, Rudy era Rick, según se veía él mismo mirándose interiormente.

PREGUNTA: Mucha gente opina que "Crime of the century" es un álbum conceptual. ¿Es eso cierto?

ROGER: Cuando empezamos a pensar en "Crime of the century", tan sólo teníamos el título, no pensábamos en ello como álbum conceptual. Posiblemente las dos primeras canciones, "School" y "Bloody well right", fueron las que hicieron aparecer el término ‘conceptual’. "School" era una canción mía, supongo que estaba muy fresca en mi mente pues yo tenía por entonces 23 años y surgió a raíz de mi época de estudiante. Trata un poco de cómo me habría gustado que fuera esa época. En este álbum se dio probablemente la última colaboración que hubo entre Rick y yo. A partir de entonces, ambos empezamos a definirnos más y cada vez era más difícil que pudiéramos coincidir como compositores o como personas. Pero en aquel disco trabajamos juntos muy estrechamente, sobre todo en "School" y en "Bloody well right".

PREGUNTA: ¿Y qué puedes decirnos sobre la canción que da título al disco?

ROGER: Es curioso, pues aunque la gente habla de este álbum como de un ‘álbum conceptual’, yo realmente no supe lo que era ‘el crimen del siglo’ hasta el final. Y lo siento, pero creo que Rick tampoco lo sabía (RISAS). La letra de esta canción fue escrita la noche anterior a cantarla en el estudio, así que no formaba parte del contenido global de la obra. No sé de dónde salió, porque realmente yo nunca había pensado en ello (RISAS), pero es brillante, es increíble. Y es increíble también lo que significa, la preocupación por el planeta, pues de eso trata la canción.

PREGUNTA: Para ambos debió ser un alivio ver que el álbum estaba triunfando después de la poca repercusión que tuvieron vuestros dos anteriores discos…

ROGER: Nunca sabes cuándo un álbum va a funcionar. Un álbum es como un embarazo. Cada embarazo es diferente, y no sabes cómo va a ir hasta el final. Algunos son fáciles, otros muy difíciles, y hay muchas circunstancias que intervienen en el mismo. Pasa lo mismo a la hora de preparar un álbum. A veces puedes tener canciones maravillosas y sin embargo el resultado final ser horrible. Todo es cuestión de magia, de química, de coordinación, de cómo se encuentra la gente, de qué está pasando en sus vidas en esos momentos... Son muchos ingredientes. Y todo esto ocurrió en "Crime of the century". Habíamos luchado por ello durante cuatro años, y por fin se dio en este álbum.

PREGUNTA: Lo que cambió la historia de Supertramp a partir de entonces…

ROGER: Creo que "Crime of the century" fue para nosotros una especie de educación mágica, que nos hizo darnos cuenta de lo que era posible conseguir. Nos dio una oportunidad de darnos cuenta de ello. Fue la primera vez que pudimos compaginar la música con una buena organización. Pienso que este fue el verdadero comienzo de Supertramp, que lo anterior sólo había sido una especie de aprendizaje. El éxito de "Crime of the century" y de la gira posterior hizo que todo el mundo nos descubriera. Antes de alcanzar el éxito sabes qué es lo que quieres, y sabes que seguramente tendrás una oportunidad para conseguirlo. Y eso es lo que pasó con "Crime of the century", por eso es un disco tan especial. Cuando te llega el éxito, en la forma que sea, eso te cambia todo, y se trata de un momento lleno de magia.