Dan MacIntosh, del portal musical norteamericano "Songfacts", entrevistó a Roger Hodgson durante su gira por los Estados Unidos.


Nuestros contenidos sobre Supertramp siempre han sido de los más populares. Se trata de canciones con una profundidad muy significativa que nos hacen mirar dentro de nosotros mismos y descubrir quiénes somos. Son canciones que nos ayudan a lo largo de nuestro viaje por la vida.

La versión Supertramp de John Lennon y Paul McCartney fueron Rick Davies y Roger Hodgson, que formaron la banda en 1969 en Inglaterra. Aunque componían por separado y cada uno cantaba sus propias canciones, siempre las firmaban de forma conjunta.

Las composiciones de Rick incluyen “Bloody well right”, “Goodbye stranger” y “Crime of the century”, mientras que algunas de las de Roger son “Give a little bit”, “Take the long way home”, “The logical song” y “Breakfast in America” (la última de las cuales fue transformada por los Gym Class Heroes en “Cupid’s chokehold).

Roger dejó el grupo en 1983 y publicó un par de discos en solitario antes de convertirse en un padre de familia a tiempo completo en 1987. Editó su tercer álbum en 2000 y empezó a salir de gira de nuevo, interpretando esos grandes éxitos que se describen mejor como ‘atemporales’ que como ‘viejos’. Volved a escuchadlos y os daréis cuenta de que hoy en día tienen más relevancia que nunca.

Algunas de las mejores actuaciones de Roger han sido recopiladas en su colección “Classics Live”, grabada en varios conciertos de su gira mundial. Roger no sólo sigue interpretando sus viejas canciones, sino que disfruta haciéndolo. Y es muy reconfortante escucharle hablar sobre ellas.


PREGUNTA: No me había dado cuenta de que tú eres californiano como yo…

ROGER: Sí… Soy un inglés trasplantado a California.

PREGUNTA: “Breakfast in America” fue un gran álbum, y tuvo un gran impacto sobre mí cuando lo compré mientras estudiaba en el instituto. Parecía como si estuvieras protestando contra América y la cultura americana… Pero al fin y al cabo deben gustarte, ya que elegiste echar raíces aquí…

ROGER: (RISAS) Bueno, todavía sigo aquí… Para un inglés de 24 años de edad, llegar a California fue como morir y subir al cielo. Me encantaba lo abierta que era la gente y que no hubiera clases sociales, que hiciera sol, que hiciera calor, que hubiera espacio, que hubiera paisajes naturales maravillosos a una hora de distancia... Era increíble, sobre todo entonces, en el año 1973 ó 1974. Me instalé en Venice, California. Era un gran lugar en el que vivir.

PREGUNTA: ¿Cuánto tiempo viviste en Venice?

ROGER: Creo que un año o año y medio. Después me trasladé al Cañón de Topanga y me compré una casa allí. Aquella era la primera casa que me compraba. Y un par de años más tarde, cuando formé una familia, me marché al norte de California.

PREGUNTA: Hablemos de la canción que le da título a “Breakfast in America”… Cuando decías que tenías una novia, ¿te referías a ti mismo o hablabas de alguien en particular?

ROGER: Creo que me refería a mí mismo. Estoy intentando recordar qué tipo de humor tenía ese día, seguro que bastante juguetón. Creo que por entonces no tenía novia, y si la hubiera tenido no me habría durado mucho después de aquello (RISAS). Supongo que la frase “Te hago mis bromas a ti” resume bien la canción. Sólo era hablar por hablar, quedándome con las ideas según me llegaban.

PREGUNTA: ¿Fue entonces un flujo de ideas?

ROGER: Sí, un flujo de ideas, eso es. Me lo pasé muy bien juntando todos esos pensamientos. Y recuerdo que los Beatles se acababan de marchar a América y eso me había impresionado mucho. Eso debió estimular mi sueño de querer ir a América, después de haber visto en la tele a todas esas chicas guapas de California y pensar “Guau, yo quiero ir allí”.

PREGUNTA: ¿Y llegar a América cumplió con tus expectativas?

ROGER: Claro que sí.

PREGUNTA: Has hablado de los Beatles, y mucha gente ha comparado tu sociedad con Rick a la que tenían John Lennon y Paul McCartney… ¿Puedes explicar qué diferencias había entre vuestros respectivos estilos y cómo trabajabais juntos?

ROGER: Lennon y McCartney compusieron por separado salvo en los primeros tiempos. Al hacerse músicos más fuertes, empezaron a componer por separado. Y ese fue también el caso con Rick y conmigo. Al principio colaborábamos, pero cuando las canciones se hicieron más personales comenzamos a escribirlas a solas. Desde “Crime of the century” en adelante estuvimos componiendo por separado, aunque firmásemos las canciones conjuntamente, tal vez porque discutir sobre ello habría sido algo molesto. Así que seguimos firmando Davies/Hodgson, como lo habían hecho Lennon y McCartney. Sé que McCartney se arrepintió de ello cuando su relación con Lennon dejó de ser tan buena, pero para mí la música siempre ha sido una experiencia muy personal. Era el lugar al que me dirigía para expresar mis experiencias en la vida y mis sensaciones. Y eso no podía hacerlo con nadie más. Era un proceso muy personal en el que me ponía a tocar un instrumento y me perdía en la música. Entonces se producía la magia y aparecían las ideas que a menudo se transformaban en una canción. Rick y yo éramos muy diferentes como compositores. Creo que es bueno tener a otro compositor en una banda, porque entonces se genera una competencia sana que ayuda a sacar lo mejor de cada uno, y ese fue nuestro caso. Cuando llegaba el momento de hacer los arreglos, yo era el principal arreglista de la banda. Escuchaba las canciones de Rick y comprendía hasta dónde podían llegar, así que les añadía muchos colores, armonías y texturas. Por su parte, Rick aportó algunas cosas curiosas a las mías, así que se trataba de una relación que funcionaba muy bien.

PREGUNTA: ¿Crees que “The logical song” es a veces una canción malinterpretada? Si es así, ¿de qué forma ha sido malinterpretada a lo largo de los años?

ROGER: Nunca he considerado que esa canción haya sido malinterpretada. De hecho, creo que es muy fácil de interpretar.

PREGUNTA: Dicho de otra forma… Parece que ha sido politizada, porque en ella hablas de ser liberal y de algunos elementos políticos. Parece que la gente ha llegado con ella más lejos de lo que tú pretendías…

ROGER: No. Creo que esta canción era muy relevante cuando la compuse, y hoy en día todavía lo es más. Básicamente dice que lo que nos enseñan en la escuela está muy bien, pero lo que no nos enseñan provoca mucha confusión en nuestro ser. Es decir, no nos preparan para la vida en cuanto a que no nos dicen quiénes somos interiormente. Nos enseñan a comportarnos de cara a los demás y a ser intelectuales, pero no nos dicen qué hacer con nuestra intuición o con nuestro corazón, ni nos dan una explicación convincente sobre qué trata la vida. Hay un gran vacío en la educación. Yo recuerdo que dejé los estudios a los 19 años y estaba totalmente confuso. Esa canción surgió de mi  confusión y se redujo a una pregunta básica: “Por favor, dime quién soy yo”. Me encontré muy perdido. Tuve que educarme a mi manera, y por eso California me sentó tan bien a la hora de reeducarme. Pero es interesante, pues me dicen a menudo que esa canción es estudiada en las escuelas, que es una de las que más se estudia en las escuelas. Puede ser porque tiene muchas palabras interesantes de deletrear, pero creo que también plantea esa cuestión que estimula a los estudiantes. Eso espero.

PREGUNTA: En una entrevista de 1979 decías "El rock and roll sólo está rozando lo que es posible para la música. Creo que lo que estamos haciendo es algo muy primitivo. Ni siquiera hemos empezado a explorar. Nos hemos olvidado del poder de la música. En la Antigüedad lo conocían, y nosotros lo estamos redescubriendo muy despacio. La música tiene el poder de curar, de hipnotizar, de hacer que la gente esté triste, contenta, alegre. Me gustaría descubrir cómo hacer todas esas cosas"… ¿Crees que la música y que las canciones pop ayudan a explicar quiénes somos y qué hacemos aquí, mientras que tal vez la educación tradicional se queda corta?

ROGER: No estoy seguro. Creo que en realidad las canciones pop están ayudando a aumentar la confusión (RISAS). Es interesante eso que dije en 1979 sobre el potencial de la música. Creo que, por desgracia, hemos banalizado la música en general. Estoy convencido de que el propósito de la música es ilimitado, y nosotros la estamos usando de una forma insignificante, también en lo que se refiere a las letras. Pienso que los artistas deberían representar lo mejor de la naturaleza humana, esa parte que quiere explorar cuestiones más profundas. Ese es, en cierto modo, el trabajo del artista. Pero, para ser sincero, no hay muchos artistas que me sirvan de inspiración. Creo que eso se ha perdido. Mientras que cuando yo era un adolescente estaban los Beatles y había otras muchas bandas y artistas que me inspiraban. Es triste ver lo poco que te inspiran los artistas modernos.

PREGUNTA: Eso me conduce a la siguiente cuestión. Los Gym Class Heroes adaptaron una de tus canciones para conseguir un gran éxito con "Cupid's chokehold"… ¿Qué piensas al respecto?

ROGER: Bueno, al principio tuve algunas palabras con ellos, porque no me lo pidieron. Pero fue algo técnico. Es curioso, normalmente no me gusta que mis composiciones sean alteradas, pero había algo muy contagioso en la versión que hicieron, y me gustó lo que yuxtapusieron a lo que había escrito yo. Es interesante, es como si “Breakfast in America” les hubiera ayudado a potenciar su carrera. Es increíble.

PREGUNTA: Sí, así es. Y es interesante, porque pude hablar con el batería de la banda y me dijo que les gustaba mucho ese álbum. Lo estuvieron interpretando en la época durante la que trabajaban en su disco y acabaron incorporándolo a su música… ¿Crees que volver a contextualizar la música puede ser tan creativo como empezar de cero con una nueva melodía y una nueva letra?

ROGER. Guau… No soy yo la persona indicada para responder a esa pregunta. No lo sé. Es una cuestión difícil de contestar. Cualquier compositor está influenciado por todo lo que escucha, pero a mí no me gustaría coger la canción de otro artista para adaptarla y usarla a mi libre albedrío. No me parecería correcto.

PREGUNTA: Así que nunca has utilizado partes de otras canciones para crear las tuyas propias…

ROGER: No.

PREGUNTA: La canción “Dreamer” me hace preguntarme si eres un soñador…

ROGER: Lo soy, y lo era mucho más cuando compuse la canción. Era un adolescente que tenía muchos sueños, y he tenido la gran suerte de cumplir la mayoría de ellos. Pero esa canción emergió un día. Nos acabábamos de comprar nuestro primer piano Wurlitzer, y aquella era la primera vez que me encontraba a solas con él en casa de mi madre. Lo puse en marcha y estaba tan emocionado que esa canción apareció de repente.

PREGUNTA: ¿No es extraño que una canción surja de una forma tan sencilla?

ROGER: Sí, pero por entonces era algo bastante habitual. Todavía sigue siendo así, pero creo que, con el entusiasmo y la pasión de la juventud, entonces ocurría con más frecuencia. Entre los 18 y los 22 años atravesé un período compositivo muy fértil.

PREGUNTA: Empezaste a escribir canciones siendo muy joven, y es muy raro encontrar a alguien que comenzase a componer a esa edad… ¿No pensabas que era un poco extraño escribir canciones enteras con apenas 16 años?

ROGER: Era algo muy natural. De hecho, empecé a componer a los 12 años, cuando puse mis manos sobre mi primera guitarra, que era de mi padre. Mis padres se divorciaron y él se dejó en casa la guitarra. Me gusta pensar que lo hizo a propósito, para que me la quedara yo. En cualquier caso, me la llevé al internado en el que estudiaba y se convirtió en mi mundo, en mi mejor amiga. Aprovechaba cualquier momento de descanso que tuviera para irme a un lugar tranquilo y tocarla. Y empecé a escribir canciones casi de inmediato. Era un chico bastante introvertido, y la música me ayudaba a expresar lo que había en mi interior.

PREGUNTA: He visto el repertorio de tu concierto en Temecula, y en los bises tocaste “Give a little bit” e “It’s raining again”. Empecemos con “Give a little bit”… ¿Qué es lo que tiene de especial esa canción para ti?

ROGER: Creo que es una gran canción. No me di cuenta de ello cuando la compuse, y de hecho tardé seis años en enseñársela a la banda. Pero creo que la escribí un poco antes de 1970. Esa época, finales de los 60 y comienzos de los 70, fue un período con muchos ideales de paz, amor y esperanza. El sueño de los 60 todavía estaba muy vivo. Los Beatles habían publicado “All you need is love” un año antes. Yo creía en el amor y pensaba que era lo más importante de la vida. Esa canción tiene vida propia, y creo que hoy es todavía más relevante que cuando la escribí, pues necesitamos apreciar el amor de una forma mucho más profunda y también tenemos que preocuparnos por los demás. Básicamente la canción dice “Demuestra que te preocupas por las cosas”. Así que es la canción perfecta para terminar un concierto, porque lo que intento hacer a lo largo de esas dos horas es unir al público. Y cuando todo el mundo se pone en pie con “Give a little bit” entonces abren sus corazones, cantan a pleno pulmón y se marchan con una sonrisa en el rostro. Esta canción tiene una energía muy pura, y en cuanto empiezo a tocarla la gente se pone a sonreír. Es impresionante.

PREGUNTA: Eso tiene que hacerte sentir bien, que tu música tenga ese tipo de efecto sobre la gente…

ROGER: Así es. Por eso hago lo que hago. Ya no necesito expandir mi carrera musical, sino que esa es la forma en la que puedo dar un poquito, literalmente, en mi vida: ofreciéndole a la gente un poco de esperanza y diversión durante dos horas, e intentando ayudarles en sus vidas. Porque la vida no es fácil para mucha gente hoy en día.

PREGUNTA: ¿No te resulta frustrante ser recordado por canciones que son bastante antiguas? ¿No es posible que algunos de tus fans quieran escuchar sólo algunas de esas viejas canciones?

ROGER: No, claro que no. Me siento muy afortunado por tener canciones que significan tanto para mucha gente. Sí, hay fans que dicen “Queremos nuevo material”, y por eso intento tocar para ellos una o dos canciones nuevas en los conciertos. Pero en América, siendo mi primera gira por los Estados Unidos, necesito que me asocien a mis canciones y por eso esto interpretando sobre todo las más conocidas.

PREGUNTA: ¿Lo haces para que la gente sepa de dónde vienes y tenga claro dónde te encuentras ahora?

ROGER: Sí. Asociar mi nombre a mis canciones ha sido la tarea más difícil para mi representante y para mí, pues todo el mundo conoce mi voz y mis canciones, pero las relacionan con la banda de la que formé parte, Supertramp, y no conmigo. Por eso ha sido tan difícil organizar una gira por los Estados Unidos. Y una de las razones por las que la gira se llama “Breakfast in America” es para ayudar a establecer esa relación. Estoy interpretando los grandes éxitos de ese gran álbum, grabado en una época maravillosa, y eso hace que la gente vuelva atrás en el tiempo, cuando la vida de todos era más sencilla. Yo no soy de esos artistas que dicen “Ahora tenéis que escuchar mis nuevas canciones”. Estoy en el sector de los servicios, y mi trabajo es darle a la gente el máximo durante las dos horas que estoy con ellos. Y si eso implica tocar canciones que significan mucho para ellos, entonces eso es lo que voy a hacer. Por suerte, esas canciones no han envejecido y yo disfruto cantándolas. Muchas de ellas suenan increíblemente frescas y siguen siendo relevantes.

PREGUNTA: Eres muy afortunado por tener esas grandes canciones. Cuando yo estudiaba en el instituto estuve escuchando el álbum “Breakfast in America” a diario a lo largo de un mes entero, así que ha sido un placer escucharte hablar sobre tus canciones… Espero que consigas que sean asociadas a tu nombre.

ROGER: Muchas gracias, y sigue adelante con tu página web. Es estupenda.