Crónica de Markus Schaible sobre el concierto ofrecido por Roger Hodgson en Frankfurt al comienzo de su gira 2011, publicada en la web de noticias alemana "Op-Online".

Era el momento ideal. No hace ni seis meses que Supertramp actuó en el Festhalle de Frankfurt ofreciendo un concierto realmente bueno. Entonces, quien escribe estas líneas se dejó llevar hasta el punto de decir que a Roger Hodgson, uno de los dos cerebros creativos de la banda durante su ‘época dorada’, apenas se le había echado de menos.

Ahora Hodgson, durante el comienzo de su gira por Alemania, ha actuado en el Alte Oper de Frankfurt y ha confirmado mis palabras: ver a Hodgson en solitario tiene muchísimo más valor que ver a Supertramp.

Las comparaciones son inevitables. La banda puso en marcha el pomposo espectáculo por el que siempre han sido conocidos, mientras que Hodgson confía en la fuerza de sus composiciones. El tiene las canciones, por así decirlo.

Hodgson se alterna entre el piano, los teclados y la guitarra, y se hace acompañar únicamente por el canadiense Aaron MacDonald a los teclados, los instrumentos de viento, la percusión y, esporádicamente una segunda voz.

En su día, Supertramp se mostró ausente y, dentro de su pomposidad, no se comunicó con el público. Por el contrario, Hodgson ejerce de presentador. Habla una y otra vez sobre los hechos y las circunstancias que le condujeron a componer determinadas canciones. Les pide a los asistentes que silben con él y les hace reír continuamente.

Hodgson le dijo a la audiencia que acababa de llegar en un vuelo desde Canadá y había olvidado afinar su guitarra. Y, como tiene doce cuerdas, ya avisó de que hacerlo le iba a llevar un rato. Fue como si estuviésemos asistiendo a las pruebas de sonido.

A nivel musical, la actuación de dos horas fue inmejorable. Como la mayoría de la música que tiene 30 años o más, incluso en el caso de canciones como ‘Dreamer’ que suenan tan bien en la radio, es tan refrescante escucharla en directo que hace que el público se levante de sus asientos.

Al fin y al cabo, el concierto fue muy consistente, rozando siempre el máximo nivel y proporcionando muchos momentos emocionantes, entre los cuales destacaron las interpretaciones de ‘Fool’s overture’ y ‘School’.

Después de escuchar a un niño de 12 años llamado Tristan tocar el piano durante las pruebas de sonido, Roger le invitó a subir al escenario. El muchacho se sentó al piano y se mostró un poco tímido delante de tanta gente. Tras su intervención, la sala se vino abajo gracias a Tristan y a Roger Hodgson… ¿Quién necesita a Supertramp?