Crónica de Laurie Lonsdale sobre uno de los conciertos de Roger Hodgson en el Casino Rama de la localidad canadiense de Orillia con los que cerró su gira 2010, publicada en la revista musical "Lithium".

Roger Hodgson, más conocido por haber sido uno de los líderes de la banda británica de rock progresivo Supertramp y el autor de las canciones que les llevaron al éxito en los años 70 y 80, se subió al escenario del Casino Rama el pasado viernes día 12 como parte de lo que él dice que ya “se ha convertido en una tradición”.

Desde luego, el año pasado actuó por estas mismas fechas en el mismo recinto, y la gran calidad de aquel concierto se ha hecho evidente a través del increíble número de asistentes que han vuelto a repetir este año.

Aunque la publicidad y los anuncios previos al concierto indicaban que Hodgson actuaría junto a una orquesta sinfónica, tal descripción no llegaba a hacer justicia a una producción tan elaborada, teniendo en cuenta que sobre el escenario se dieron cita una orquesta al completo y su director, un coro de dieciocho voces, tres cantantes de acompañamiento y la banda habitual de Hodgson, sumando en total cerca de sesenta músicos… Y uno más, el propio Hodgson, que se multiplicó en sus tareas a lo largo de toda la noche

Con la inolvidable “intro” de ‘School’ sonando de fondo, Hodgson se presentó ante el abarrotado auditorio entre un bombardeo de aplausos y gritos. Se unió en medio de la “intro” con sus familiares voz y guitarra, construyendo el inconfundible “crescendo” y lanzándose de lleno dentro de la célebre canción, extraída del álbum que Supertramp publicó en 1974, ‘Crime of the century’.

A pesar de que en su aspecto se deja notar el paso del tiempo, lo cierto es que los años no han afectado a su voz, que suena igual que durante la época dorada de la banda, o tal vez incluso mejor. La canción finalizó con todo el público puesto en pie y aplaudiendo fervientemente.

Entonces Hodgson se tomó un tiempo para dirigirse a la audiencia, reconociendo que la gran mayoría de los presentes eran de otras ciudades y dándoles las gracias por asistir. Una rápida encuesta entre el público reveló que un asombroso número de personas estaban presenciando el mismo concierto por segunda e incluso tercera vez.

Hodgson también expresó su gran cariño por el recinto, explicando que cada año escoge intencionadamente este lugar para poner punto final a su gira mundial celebrando un par de conciertos. “Dejadme que os lleve de viaje”, concluyó, abandonando su guitarra y dirigiéndose hacia los teclados. Le hizo un gesto al director de la orquesta y comenzó con ‘Take the long way home’.

Como Hodgson había dicho, las dos horas de concierto resultaron ser un verdadero viaje. Y fue un viaje tan increíble, tan lleno de nostalgia y de música épica, presentado con una interpretación y una instrumentación tan precisas, con un sonido tan rico y unas voces tan certeras, que en ocasiones te ponía la piel de gallina.

Tras los teclados, Hodgson se sentó al piano para interpretar ‘Lovers in the wind’, de su álbum como solista ‘In the eye of the storm’, de 1984. A continuación llegaron varios éxitos de Supertramp, entre los que se encontraban ‘Hide in your shell’, ‘Breakfast in America’ e ‘If everyone was listening’.

Con un continuo ir y venir entre el piano, los teclados y la guitarra, Hodgson siguió adelante con ‘The logical song’ y ‘Lord is it mine’. Luego fue el turno de algunos temas de su carrera en solitario, como ‘The awakening’ y ‘Only because of you’, antes de volver al Supertramp más clásico con ‘Dreamer’, una canción que muestra a la perfección su impresionante capacidad vocal, cantándola casi por completo en el registro más alto.

Hodgson y la orquesta cerraron la actuación con la compleja, larga y a veces frenética ‘Fool’s overture’, a la que de nuevo siguió una enorme ovación con la que el público intentaba expresar su agradecimiento y su gran goce a lo largo del imponente concierto. Aunque Hodgson se despidió y abandonó el escenario, sus seguidores no dejaron de aplaudir y pedirle que regresara.

Unos minutos más tarde, Hodgson volvió a aparecer para ofrecer otras tres canciones memorables: ‘Two of us’, ‘Give a little bit’ e ‘It’s raining again’. La última de ellas no debía estar en la agenda del concierto, pues Hodgson ya se había despedido del público por segunda vez y estaba a punto de abandonar el escenario. Sin embargo, le hizo una rápida consulta al director y decidió añadirla a última hora, lógicamente porque estaba disfrutando de la alegre respuesta y de la lluvia de cariño que recibía de sus fans.

En todos estos años escuchando la música de Supertramp, yo jamás había apreciado la profundidad y la complejidad de sus canciones tanto como durante este concierto. El extraordinario talento de Hodgson y su impecable actuación me dejaron estupefacta y cantando alabanzas por su impresionante obra musical.