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Crónica de Robert Kinsler sobre el concierto de Roger Hodgson en la localidad californiana de Costa Mesa, aparecida en el noticiero local "Orange County Register".


Durante la presentación que hizo del concierto de Roger Hodgson la noche del pasado domingo en el Pacific Amphitheatre de Costa Mesa, ‘Uncle’ Joe Benson, la antigua estrella de la emisora KLOS que ahora conduce el programa matinal en The Sound 100.3 FM, le dijo al público que la actuación iba a ser filmada para publicarla en DVD. Esperemos que sea así.

A lo largo de las dos horas siguientes, el artista, más conocido por su trabajo en Supertramp, ofreció una velada musical especialmente memorable para clausurar el Orange County Fair 2013. En un recinto que habitualmente corta de raíz cualquier atisbo de encanto debido al gran número de asistentes con ganas de fiesta que atrae (por ejemplo, el magnífico concierto que Hall & Oates dieron la semana pasada estuvo repleto de charlatanes borrachos), esta noche hubo mucha magia.

Cualquier asistente al concierto de Hodgson que decidiera dedicarse a la cerveza se perdió un espectáculo soberbio que fue mucho más que un viaje nostálgico por el material más interesante de Supertramp. Incluso cuando interpretaron grandes éxitos como el inicial ‘Take the long way home’, Hodgson y su potente banda de cuatro músicos desplegaron unos arreglos que reforzaron el sonido de las canciones en directo.

“¡Vaya!”, dijo Hodgson, de 63 años, sonriendo después de la calurosa bienvenida y la gran ovación que recibió tras esa primera canción. “Llevaba mucho tiempo esperando que llegara esta noche”. Resulta que varios miembros de la banda del cantante británico son de Orange County. Hodgson admitió, sin embargo, que no sabía cuánta gente iba a asistir al concierto. No debería haberse preocupado por ello, pues la mayoría de las localidades estaban ocupadas.

Los primeros trabajos de Supertramp, a principios de los años 70, fueron catalogados como rock progresivo, pero el grupo fue ganando éxito a medida que la década avanzaba, adaptando un estilo más convencional que culminó con el disco multi-platino ‘Breakfast in America’ de 1979. Ambas corrientes se fusionaron en el concierto del Pacific Amphitheatre, en el que Hodgson abordó varias modalidades del rock melódico y progresivo a lo largo de la noche.

‘School’ recordó a la primera época de Pink Floyd, con Hodgson tocando la guitarra acústica mientras Aaron MacDonald proporcionaba ingeniosos sonidos de armónica. ‘In jeopardy’, una de las canciones más recientes, se desarrolló en medio de un ritmo animado y de envolventes armonías vocales que desembocaron en un final dramático. La interpretación de la hipnótica balada ‘Lovers in the wind’ permitió a Hodgson mostrar sus niveles instrumentales delante de un piano Yamaha.

Comportándose en todo momento como un anfitrión amable, Hodgson contó breves historias sobre sentimientos o acontecimientos que le llevaron a componer algunas canciones, algo que le dio aún más valor a algunos de sus temas más famosos. ‘The logical song’ sigue siendo un número contagioso que hizo moverse a todo el mundo al son de la peculiar voz aguda de Hodgson. ‘Dreamer’, otra pieza alegre, llevó al cantante a entonar las notas más altas mientras los fans intentaban imitarle.

Aunque la mayoría del público sólo se puso de pie con las canciones más conocidas de Hodgson, todos supieron reconocer el material de calidad cuando lo escucharon. En su tema en solitario ‘Death and a zoo’, Hodgson especula sobre si un animal salvaje preferiría morir a vivir en un zoo. Con su mezcla de teclados sinfónicos, ritmos africanos, efectos que recrean el sonido de las bestias y una potente parte final en la que Hodgson golpea una percusión electrónica, la interpretación alcanzó una profunda identificación artística con Peter Gabriel. Todo el público se dejó llevar por tanta inspiración y prorrumpió en gritos con el intenso desenlace de la canción. La ejecución al piano de ‘Lord is it mine’ recibió una acogida similar.

Junto a MacDonald (quien también se encarga de los saxofones, los teclados, la melódica y la flauta), la maravillosa banda que acompaña a Hodgson en esta gira está formada por el bajista David J. Carpenter, el batería Bryan Head y el teclista Kevin Adamson.

Otro gran momento de la noche fue la épica ‘Fool’s overture’, que probablemente no haya vuelto a ser interpretada en Orange County desde que Hodgson dijo adiós a Supertramp con un último concierto en el Meadows Amphiteatre de Irvine durante la gira de 1983. Hodgson explicó que este tema está formado por tres piezas instrumentales distintas que él fusionó en lo que se convertiría en la última canción del álbum ‘Even in the quietest moments’ de 1977. Hodgson y su banda ejecutaron esta larga composición con una sincronización perfecta. La fusión dinámica de música clásica, frases poéticas y vibrantes ritmos de rock la hicieron tan impactante como siempre.

Pero el grupo redondeó la actuación con un colofón animado y contagioso gracias a las interpretaciones de ‘Give a Little bit’ e ‘It’s raining again’. Ambas canciones pusieron a todos los asistentes en pie una vez más, visiblemente emocionados por haber presenciado semejante exhibición por parte de un músico cuya carrera ha sido a veces subestimada.