Crónica de Peter Muller en relación al concierto ofrecido por Roger Hodgson en Berlín, publicada en el diario alemán "Berliner Morgenpost".


La emisora radiofónica Spreeradio 105.5 de Berlín ha organizado un concierto privado en el Admiralspalast. Sobre el escenario se encuentra Roger Hodgson, quien ha escrito la mayoría de los éxitos de Supertramp, y el público está entusiasmado.

"Deja que te mire", dice Hodgson con una gran sonrisa mientras se dirige a uno de los asistentes. "Oye, me acuerdo de ti, creo que te vi en el concierto de 1979...". Al músico, como buen británico, no le falta un toque de humor e ironía. Y promete una noche de canciones que se han hecho famosas en todo el mundo, "sonando de nuevo como el día que las compuse".

El canal de radio ha invitado al miembro fundador de Supertramp dentro de su serie de conciertos privados, y las 1.750 localidades de la sala están agotadas. El locutor y director del programa, Jochen Trus, anuncia que este es el vigésimo concierto privado que han organizado en siete años, y que ha traído a Roger Hodgson para celebrar la efeméride.

También se cumple otro aniversario importante: hace ahora treinta años que este cantante, guitarrista y compositor abandonó la banda de rock Supertramp. Junto a su socio musical, el cantante, teclista y compositor Rick Davies, en los años 70 Hodgson fue el responsable de álbumes legendarios del rock como ‘Crime of the century’, ‘Crisis? What crisis?’, ‘Even in the quietest moments’ y ‘Breakfast in America’.

Aunque en 1993 hubo un frustrado intento de reunificación, las diferencias entre Davies (más orientado hacia el rock) y Hodgson (más inclinado hacia el pop) hacen muy difícil que ambos puedan volver a encontrar un camino común. Davies ha seguido formando parte de Supertramp mientras que Hodgson, a pesar de ser el autor de la mayoría de los éxitos del grupo, optó por una carrera en solitario que le marcha realmente bien.

"Es muy agradable estar aquí de nuevo", dice el músico, que a sus 63 años luce una melena canosa que le llega hasta los hombros. Y comienza su recital con las potentes notas al piano de ‘Take the long way home’, tema del álbum de 1979 ‘Breakfast in America’. El concierto no es totalmente en solitario, pues le acompaña el multi-instrumentista Aaron MacDonald, quien se encarga de los teclados, el saxofón, la armónica, la melódica e incluso los coros.

"Bienvenidos al salón de mi casa", dice Hodgson mientras señala unas plantas verdes muy altas, unos pesados candelabros de plata y unas grandes alfombras. Constantemente se va cambiando de ubicación, ya sea para sentarse a los teclados en un lado del escenario o para empuñar la guitarra de doce cuerdas en la parte frontal. Y sólo necesita  interpretar los primeros acordes de "Give a little bit" para que todos los asistentes se den un baño de felicidad.

La voz aguda de Hodgson sigue siendo la misma que le dio ese sonido característico a las canciones de Supertramp. No ha perdido un ápice de su fuerza expresiva y sigue llegando a las notas más altas. Desde que abandonó la banda ha seguido utilizándola para grabar varios discos en solitario, aunque sus fans quieren escuchar sobre todo los temas antiguos, esos que les han acompañado en momentos importantes de sus vidas. Aunque, por supuesto, también interpreta otros, como ‘Lovers in the wind’, de su primer álbum en solitario publicado en 1984, o ‘The awakening’, una balada inédita.

Hodgson sabe lo que la gente espera de él. Se muestra muy hablador y nos dice que hay una canción que compuso en apenas una hora y acabaría convirtiéndose en un éxito mundial, para interpretar a continuación ‘Breakfast in America’. Aunque los arreglos de las canciones no son los mismos que hacía la banda, Aaron MacDonald lo compensa muy bien. Así van sonando, de forma nítida y agradable, temas como ‘Rosie had everything planned’, ‘The logical song’, ‘Dreamer’, ‘Fool’s overture’, ‘Don’t leave me now’, ‘It’s raining again’ y ‘School’.

Después de un par de bises, las luces se encienden y la música empieza a sonar a todo volumen por los altavoces de la sala. Ni siquiera un cuarto de hora de atronadores aplausos y vehementes gritos pidiendo un nuevo bis pueden hacer nada. El telón no vuelve a abrirse, pero Hodgson ha conseguido triunfar gracias a su gran legado musical y a su confianza en todas sus canciones de los años 70. Y en el corazón de sus fans todavía resuenan los ecos de esas melodías mientras se enfrentan a la fresca noche berlinesa.