Crónica del concierto ofrecido por la banda de Roger Hodgson en la localidad estadounidense de Highland Park, publicada en el portal musical "Rock Chicago".


Roger Hodgson co-fundó la banda Supertramp en 1969. Está considerado como ‘la voz de Supertramp’, en su papel de cantante y compositor de casi todos los éxitos del grupo durante su mejor momento en los años 70 y principios de los 80. Dejó Supertramp en 1983 y ha publicado algunos discos en solitario que han tenido mucho éxito y han recibido muy buenas críticas. Su presencia en Ravinia era muy esperada entre todos los asistentes al festival.

Cuando Hodgson salió al escenario fue recibido con un aplauso ensordecedor, un claro síntoma del cariño que sentía el público por él. Lucía una sonrisa de oreja a oreja y parecía estar emocionado por tan caluroso recibimiento. Se sentó tras su teclado y acometió uno de los grandes éxitos de Supertramp, ‘Take the long way home’, para deleite del público.

Uno de los problemas que yo he percibido en el festival de Ravinia es lo tarde que suele llegar el público a los conciertos. Después de su primera canción, Hodgson observó la larga cola de espectadores que seguía entrando al recinto y dijo: “Llegáis tarde… ¡Os habéis perdido la mejor canción!”.

Después contó que esta era su primera gira con banda por los Estados Unidos en muchos años y que interpretaría canciones de Supertramp y también de algunos de sus discos en solitario. “Es estupendo que mi música haya emocionado a tanta gente”, aseguró. “Espero que una o dos de estas canciones os retrotraigan a algún momento especial de vuestras vidas”. Con su generoso repertorio de veinte canciones, consiguió de sobra ese objetivo.

Para su segundo tema de la noche, ‘School’, Hodgson se colgó su guitarra y, en cuanto la familiar melodía fue reconocida, se produjo una gran ovación. El público participó de la interpretación y Hodgson recibió un aplauso con toda la gente puesta en pie. Mientras repasaba su catálogo musical se fue alternando entre el piano de cola, la guitarra de doce cuerdas y el piano eléctrico. Le acompañaban algunos grandes músicos: un bajista, un batería, un teclista y un multi-instrumentista que se ocupaba del saxo, la armónica y unos cuantos instrumentos más.

Presentó una de sus canciones, ‘Hide in your shell’, como la que más le pide la gente y como una de sus favoritas. Contó que muchas personas le han dicho que esa canción les ha ayudado a superar malos momentos y, según dijo, “también me ayudó a mí, pues estaba atravesando uno de esos momentos cuando la compuse”. Era evidente que la canción significaba mucho para un montón de espectadores que la cantaron de principio a fin. Cuando terminó, Hodgson recibió otra impresionante ovación.

Luego dijo que había una niña de 12 años entre el público, Surf, a la que dedicaba la siguiente canción por ser su cumpleaños. Entonces interpretó ‘Sister Moonshine’, y resultó evidente que se trata de un músico cercano y sincero. Sentí una sensación similar a la que experimenté viendo a Jon Anderson en un concierto acústico. Hodgson se expresa con una gran facilidad y su forma de dirigirse al público o hablar de sus canciones es cautivadora. Establece una verdadera conexión con la audiencia que hace todavía mejor la experiencia global del concierto.

Sus comentarios sobre las siguientes dos canciones fueron muy divertidos. Dijo: “Cuando era un adolescente uno de mis sueños era ir a California y conocer a las chicas de allí”. Pero para complacer al público añadió entre el regocijo general: “¡Es que entonces todavía no conocía a las de Chicago! Y por eso escribí esta canción, ‘Breakfast in America’”. El público disfrutó de este clásico de Supertramp, poniéndose de pie, bailando, cantando y ofreciendo otra estruendosa ovación. Durante la misma Hodgson no dejó de sonreírles a sus fans, y después dijo: “¡A todo el mundo le gustaba esa canción excepto a mi novia! No cometí el mismo error con la siguiente canción, ‘Lady’”.

Después de interpretar ‘C’est le bon’, presentó la siguiente canción diciendo: “¡A ver si recordáis esta!”. Mientras comenzaba a tocar ‘The Logical song’, y a juzgar por los gritos, era evidente que el público sí la recordaba. Durante la misma hubo una divertida interacción entre el batería y el saxofonista, y es que daba la impresión de que la banda estaba disfrutando realmente del concierto. Al final de su gran interpretación de este otro clásico de Supertramp, recibieron la mayor ovación de la noche.

Pude observar que Hodgson apreciaba realmente la reacción del público, respondiendo con sinceridad al decir: “Sois una gran audiencia, noto vuestro cariño. Estoy muy contento por haber sido invitado a tocar aquí”. Después presentó el siguiente tema diciendo “Ahora vamos con algo muy diferente”, en referencia a ‘Death and a zoo’, de su álbum en solitario más reciente.

Dijo que la canción se hace esta pregunta: “Si fueras un animal salvaje, ¿preferirías morir o vivir en un zoo?”. Una pieza muy interesante que el público escuchó totalmente embelesado y terminó con ritmos africanos y todo tipo de ruidos de animales salvajes mezclándose con el sonido de los sintetizadores y la inolvidable frase “Caught in a man’s dream, silent the heart screams, does it feel lonely?”. Una canción con mucha fuerza que recibió una gran acogida por parte del público.

Hodgson siguió adelante con una serie de canciones de Supertramp. Irónicamente, después de ‘Don’t leave me now’, algunos miembros insensibles del público empezaron a marcharse, probablemente suponiendo que era una de las últimas canciones. Hodgson se les quedó mirando fijamente y les dijo: “¡Todavía no hemos terminado!”. Yo me sentí muy avergonzado de que algunos brutos fueran incapaces de ofrecer el respeto que se merece un ídolo mundial del rock que nos estaba dando un concierto maravilloso. Desde luego, ellos se lo perdieron.

Después Hodgson interpretó una pieza muy interesante, que en realidad creó a partir de tres piezas instrumentales más cortas que había compuesto anteriormente, uniéndolas en una canción llamada ‘Fool’s overture’, que para mí fue el mejor momento de la noche. ¡Para un viejo ‘rockero’ como yo fue estupendo escuchar un tema como este que tiene tantos matices del rock progresivo! Una vez más, Hodgson se quedó mirando a sus agradecidos fans luciendo en su cara una gran sonrisa.

La última canción del repertorio principal fue el clásico de Supertramp ‘Dreamer’. Hodgson dijo que si a alguien le apetecía acercarse hasta el escenario durante la canción, que lo hiciera libremente, pidiendo a los guardias de seguridad que no se lo impidieran. El público aceptó la invitación y el borde del escenario y los pasillos se llenaron de gente en pie, bailando y cantando. Hodgson seguía luciendo una amplia sonrisa mientras contemplaba la ingente masa de personas que se agolpaban frente a él. Una gran canción que recibió otra tremenda ovación.

Para los bises, Hodgson regresó al escenario, se colgó su guitarra de doce cuerdas y dijo: “Gracias, Chicago. No esperaba menos de vosotros, habéis sido estupendos. ¿Estáis preparados para dar un poquito?”. Como era previsible, la respuesta fue un sonoro “¡Sí!” y el público se puso a dar palmas, bailar y cantar con todas sus fuerzas el contagioso éxito de Supertramp ‘Give a little bit’, que parece escrito expresamente para este tipo de celebraciones… ¡Fue una gran versión de la canción!

Antes de la última canción Hodgson dijo: “¡En Chicago nunca llueve! Habéis sido fantásticos y esperamos poder volver pronto”. Entonces comenzó a interpretar ‘It’s raining again’, y una vez más, después de dos horas de concierto y veinte canciones, era evidente que Hodgson seguía disfrutando, sonriéndole al público y conectando con sus fans. La audiencia, totalmente entregada, le despidió con otra maravillosa ovación. Mientras abandonaba el escenario, Hodgson dijo: “Espero veros pronto. ¡Que Dios os bendiga!”.

Yo sé que volveré a verle cuando vuelva por aquí, y también sé que el resto del público piensa igual que yo. Fue un gran concierto ofrecido por un músico con mucho talento. Su voz no ha perdido nada con los años, y algunas de sus interpretaciones de los clásicos de Supertramp sonaron nuevas y frescas. Le acompaña una gran banda que tiene un sonido soberbio y hace que las canciones suenen todavía mejor. Ravinia fue una vez más un gran recinto para esta gran experiencia musical total.