Crónica de Flora Doin en relación al concierto ofrecido por Roger Hodgson en la localidad francesa de Niza, publicada en el noticiero local "Nice Premium".


Roger Hodgson hizo revivir el mito de Supertramp y puso punto final al festival Crazy Week con señorío. Un público de todas las edades disfrutó de un hermoso concierto sobre el escenario del Theatre de Verdure de Niza, con un Hodgson por el que no pasan los años y que transportó a muchos de los presentes hasta su infancia o su adolescencia.

El cantante y compositor de Supertramp entró en escena con un pequeño discurso en francés, agasajando al público al decir que Niza y la Costa Azul son un verdadero paraíso en la Tierra. Después, los acordes iniciales de armónica de ‘Take the long way home’ consiguieron arrancar la primera de las ovaciones que se escucharon a lo largo de la noche.

El agradable músico de Portsmouth, que este año ha soplado 62 velas en su tarta de cumpleaños, alternó alegremente los temas inolvidables de Supertramp, como ‘Give a little bit’, ‘The logical song’, ‘Dreamer’, ‘Take the long way home’, ‘Breakfast in America’, ‘It’s raining again’, ‘School’ y ‘Fool’s overture’, con nuevas creaciones como ‘Death and a zoo’.

Una magnífica actuación que se volvió mágica cuando casi todos los asistentes se pusieron a cantar y a bailar cada una de las melodías entonadas por Hodgson, quien entabló un contacto directo con el público e incluso no dudó en bromear con los fotógrafos y con los espectadores de las primeras filas.

“Es mágico. Ya le vimos tocar en las Arenes de Frejus hace casi veinte años, y sus conciertos son siempre extraordinarios”, decía Cathy, una fan con los ojos vidriosos que iba acompañada de su hija, la cual también parecía haber sido infectada por el mismo virus: “Sólo tengo 17 años, pero conozco casi todas las canciones, pues suenan continuamente en casa”.

La fiesta siguió adelante con la ayuda del canadiense Aaron MacDonald, que acompaña a Hodgson a golpes de armónica, saxofón, clarinete, melódica y teclados. Un auténtico hombre orquesta ante el que hay que quitarse el sombrero. ¡Entre ellos existe una gran complicidad y es un placer verles juntos y, sobre todo, escucharles juntos!

Un último saludo, una postrera y endiablada ‘It’s raining again’ y, para desolación general, se acabaron el concierto y la edición 2012 de un festival Crazy Week que ha rayado a un nivel increíble tanto a nivel musical como emocional. La semana fue apeteciblemente loca y algo nos dice que la edición 2013 tendrá el listón muy alto.