Crónica de Mark Kadzielawa sobre uno de los conciertos de Roger Hodgson en Milwaukee, aparecida en el portal musical "69 Faces of Rock".


El cantautor Roger Hodgson es la legendaria voz de Supertramp. La de anoche fue su tercera y última actuación en Milwaukee. Después de dos conciertos con todas las entradas vendidas, no hay duda de que Hodgson ha disfrutado de su estancia en Wisconsin. Al principio de la velada dijo que le gustaría seguir tocando aquí durante un mes, y por supuesto el público se mostró dispuesto a acompañarle en su viaje.

Abriendo el concierto con ‘Take the long way home’, Hodgson estableció de inmediato una gran conexión con la expectante audiencia. Continuó con ‘School’, y los grandes éxitos fueron cayendo uno detrás de otro. Hodgson fue recibido con un gran entusiasmo, pues la gente llevaba mucho tiempo deseando escuchar esas canciones en directo y por fin tenían la oportunidad de hacerlo. Tocó sus canciones más famosas y otras menos conocidas pero igual de importantes, consiguiendo un repertorio perfectamente equilibrado.

A lo largo de la actuación Hodgson estuvo gravitando entre su guitarra acústica de 12 cuerdas, los teclados y el piano, seleccionando cada instrumento de acuerdo a las necesidades de cada canción. Estuvo acompañado por una banda impresionante, muy bien dotada para enfrentarse a cualquier desafío que las canciones pudieran plantear.

Especialmente impresionante estuvo Aaron MacDonald, que se encargó de los teclados, los saxofones y un buen número de instrumentos poco habituales que le proporcionaban un sonido único a la música. El batería, Bryan Head, también mostró un gran nivel y creó algunos ritmos realmente interesantes. ¡Hodgson se ha hecho con una banda fabulosa!

Fue una noche repleta de una música inolvidable. Canciones como ‘Breakfast in America’, ‘The logical song’, ‘A soapbox opera’, ‘Even in the quietest moments’, ‘Dreamer’ y la progresiva ‘Fool’s overture’ son verdaderos clásicos atemporales. Los fans alcanzaron el éxtasis, y eso que ya hace más de 30 años que esos temas fueron publicados.

Por si fuera poco, Hodgson reservó para los bises ‘Give a little bit’ e ‘It’s raining again’, dos grandes trabajos que han mejorado con el tiempo. Hodgson sonó muy bien, y su voz se encuentra en una forma fantástica. Sigue alcanzando las notas más altas, y haciendo que parezca sencillo. También fue genial escucharle como instrumentista, proporcionando un sonido dominante a lo largo de toda la velada, ya fuera a los teclados o a la guitarra.

Habiendo vivido tanto tiempo junto a estas canciones, Hodgson era capaz de reflexionar sobre casi todas ellas. Cuando presentaba las canciones, contaba algunas anécdotas relacionadas con las mismas. Unas alegres, otras tristes y algunas muy personales. Ver a Hodgson tocando e interactuando con el público te permite apreciar la energía positiva que emana de él a lo largo de un concierto. ¡Un auténtico toque de magia!