Reportaje de Maud Cucchi sobre el concierto de Roger Hodgson en Gatineau, publicado en el diario canadiense "Le Droit".

El concierto de anoche comenzó con las notas más hermosas de Supertramp, interpretadas de forma soberbia por la legendaria voz del grupo. Roger Hodgson, incluso sin la presencia de Rick Davies, ofreció una actuación memorable con una banda totalmente nueva para abrir el 24º Festival de Globos Aerostáticos de Gatineau.

“Estoy muy contento de haber regresado a Quebec, que es mi casa”, dijo el cantante que dejó Supertramp en 1983, ante una multitud que, aunque no parecía estar muy metida en el concierto, enseguida fue animada y conquistada por el artista.

A las 21:15 h., una canción melódica y suave se elevó hasta la copa de los árboles del Baie Park, imperando en ella sin la menor dificultad la voz inimitable que el músico tenía en los años 70 y 80. Roger Hodgson apostó por las canciones que le hicieron famoso, y demostró que no había perdido un ápice de su peculiar voz.

Con una silueta delgada y un pelo largo al estilo de Cristo, Hodgson colocó sus manos sobre el piano y puso en marcha el encanto y la magia con ‘Take the long way home’. La misma voz, el mismo carisma y la promesa de una noche inolvidable flotaban en el ambiente junto a las primeras notas de la canción.

El cielo también colaboró, impidiendo que cayera la lluvia. Junto a Hodgson, tres músicos canadienses y uno americano fueron capaces de recrear (y reemplazar) a los otros miembros de Supertramp. La ilusión era perfecta.

Entre una nube de luces y sonido, el alma solitaria de Supertramp no dudó en repasar los grandes éxitos del repertorio de la banda para revivir la mejor era de su música. El sexagenario interpretó algunos de sus clásicos, como la magnífica ‘School’, solo de armónica incluido.

Después llegaron ‘In jeopardy’, ‘Lady’ y ‘Breakfast in America’, tema este último que dedicó a los numerosos voluntarios del festival y que fue cantado por la mayor parte del público. Con ‘Across the universe’, de los Beatles, los treinta mil asistentes se quedaron hipnotizados.

¡Fue una actuación mágica! Hodgson alcanzó las notas más altas, y con sus acrobacias vocales, que estuvieron a la altura de su época en Supertramp, el público presenció un concierto de primer nivel antes de abandonar el lugar sintiéndose ángeles que volaban muy por encima de los globos aerostáticos.