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Emily Holman, del periódico libanés "The Daily Star", habló con Roger Hodgson antes de su concierto en Beirut.

“Nunca he prestado atención a las modas, musicalmente hablando”, dice Roger Hodgson. “Y he tenido suerte, porque mis canciones han sobrevivido. Ahora necesito darles algo a los demás, y por eso estoy dando conciertos en vez de grabar discos”.

El antiguo líder de la legendaria banda de rock Supertramp habló con nosotros antes de su actuación del martes en el Waterfront Arena dentro de la programación del Festival de Música y Arte de Beirut.

Su mensaje musical parece centrado sobre todo en la esperanza y en “seguir teniendo fe en las cosas buenas de la vida”. “La música”, continúa Hodgson, “es el lugar al que acudo para expresar lo más profundo de mi corazón y mis experiencias en la vida. Alegría, dolor, confusión, dudas… Todo puede ser expresado a través de la música”.

Hodgson ya ha tenido que otra alguna experiencia con las cosas buenas de la vida. En su mejor momento, Supertramp se convirtió en todo un fenómeno a nivel mundial. Hasta la fecha, la banda ha vendido más de sesenta millones de discos.

Después de haber compuesto la música y la letra de muchas de las canciones más apreciadas de la banda, entre las que se encuentran ‘Breakfast in America’ y ‘The logical song’, Hodgson ha asentado una triunfal carrera como artista en solitario.

A pesar de tener ya 61 años, la carrera solista de Hodgson sigue teniendo una agenda muy apretada. Para actuar en el Festival de Música y Arte, Hodgson voló a Beirut desde Gran Bretaña, donde había ofrecido una gira de cuatro conciertos, para abandonar la ciudad a la mañana siguiente con destino a California.

El cantante de Supertramp no ofrece signos de cansancio. Durante la conversación, Hodgson se muestra despierto y vigoroso, siendo agradable con cada uno de sus entrevistadores a pesar de la falta de sueño y las continuas peticiones de los medios de comunicación. La fuente de toda esa energía, según dice, es su amor por la música y los conciertos.

“Tengo mucha suerte de vivir esta vida”, dice, refiriéndose no a la fama ni al estilo de vida de una estrella del rock, sino al poder de la música y las actuaciones en directo. “Me encanta la música, me encanta la gente, me encanta tocar y me encanta unir a la gente a través de la música. Todo eso se ve sobre el escenario, la gente puede percibirlo. Yo soy un espejo para el público, y todos juntos creamos esa energía”.

“La gente es la misma allá donde vayas”, sigue diciendo. “Todos tenemos corazón, y a todos nos afectan el clima y la historia, pero todos somos iguales. En Líbano, el espíritu de la esperanza es indomable. Ese espíritu me llega muy adentro”.

“Es increíble haber escrito canciones que forman parte de la vida de la gente de aquí”, continúa, “y que todas esas personas tengan esa gran conexión con mis canciones. Lo que más me gusta de la gente de Líbano es cómo disfrutan de la vida”.

Hoy en día, Hodgson describe su música como ‘rock del corazón’. Sigue componiendo canciones pero no las graba, según dice, porque cree que dando conciertos puede ofrecer más esperanza, y eso es lo que debe hacer.

“Actuar en solitario provoca una conexión muy íntima con el público”, asegura Hodgson, “mientras que los conciertos con banda tienen la ventaja de contar con la fuerza de los arreglos”.

Al comenzar su concierto en Beirut, Hodgson anunció que “la música puede ser una gran amiga”. Se trata de una amistad que viene acompañando al músico a lo largo de siete poderosas y exhaustivas décadas.