Artículo de Herve Picart publicado en la revista francesa "Best", durante la promoción del disco "Rites of passage" por Europa.

 

En un momento en el que sus antiguos compañeros disfrutan de su suerte con su "reaparición", Roger Hodgson, el alma de Supertramp, rompe sus diez años de silencio para darles una lección de autenticidad musical.

Es realmente increíble. Casi al mismo tiempo, mientras Supertramp se ha embarcado en un regreso pretencioso hinchado con publicidad, mucho dinero y actuaciones del estilo de dinosaurios como Pink Floyd, Roger Hodgson, en el escalafón más bajo del mundo del espectáculo y ausente de esa reunión, ha publicado con una modestia impactante un pequeño pero deslumbrante álbum en directo, bajo una firma independiente.

Y en este duelo entre el Goliat de platino y el pequeño David, musicalmente hablando el gigante es derrotado por el enano. Aunque es obvio que la parte comercial será siempre una ventaja para Supertramp, pronto serán olvidados. Su álbum se marchitará y uno volverá a descubrir inevitablemente la verdadera nostalgia y la deslumbrante belleza del sencillo pero magnífico álbum de Hodgson.

Evidentemente, la gente piensa que él, que está solo en su pequeño rincón, lo ha hecho de forma deliberada para restar protagonismo a sus anteriores socios, que ahora andan sin él con el apremio de abrir su viejo repertorio de maravillosos éxitos.

Para nada. Hodgson jura que no hay nada premeditado. Está contento de su regreso tras diez años de hibernación. En 1983 había dejado Supertramp, asqueado del rock del dólar. Su carrera en solitario, representada por dos álbumes (el último de los cuales fue el poco brillante “Hai hai”), tenía sólo cinco años de existencia cuando fue cortada de forma trágica por un accidente en el que se rompió las dos muñecas y perdió la esperanza de volver a tocar otra vez.

Pero ha superado la adversidad y sus propios demonios y ha vuelto. Habla todo el tiempo como un perfecto caballero británico, a pesar de su exilio en California, y utiliza frases diplomáticas. Sus ataques contra Supertramp y Rick Davies son raros.

Ha decidido vivir como un muchacho que lleva una vida tranquila en su pequeño mundo familiar, lejos de las preocupaciones del trabajo. Se ve a sí mismo como un trovador independiente, apartado de la industria, su jerarquía y sus propias presiones. Es para pensar que el soberbio “Rites of passage” sólo ha surgido gracias a un golpe de buena suerte.

Uno puede pensar que la elección de un álbum grabado en Nevada es un contraataque irónico contra el gigantesco “Some things never change”, grabado en un estudio con un enorme batallón de gente y todas las muestras del sonido original de Supertramp. Pero Hodgson asegura que no hay nada de eso.

"La elección de hacer un disco en directo ha sido con el fin de romper esos diez años de silencio. Había pasado mucho tiempo en mi estudio, buscándome a mí mismo para intentar construir un Roger Hodgson que fuera el verdadero Roger Hodgson, no simplemente el cantante de Supertramp. Pero, al estar tan forzado en esa situación un prisionero de la perfección como yo (tal vez de forma obsesiva), el estudio es un mundo estéril. Me encogí y perdí toda la creatividad".

"Obligado a ponderar durante demasiado tiempo qué debía hacer, acabé siendo incapaz de tomar una decisión. Mi esposa Karuna y mi hijo Andrew lo hicieron por mí. Me sacaron del estudio y me pusieron sobre un escenario para volver a descubrir la diversión de tocar. Yo me negaba a arrancar de nuevo con un disco en directo. Esto iba contra mi perfeccionismo, pero tengo que admitir que todos estos años en el estudio no han producido nada, así que acabé aceptándolo".

"Andrew y yo reunimos un grupo y grabamos una actuación de dos horas y media que era una mezcla de canciones nuevas y antiguas. Después escuchamos minuciosamente la grabación, intentando quedarnos sólo con las canciones que mejor sonido tenían. Al final quedaron tres canciones de Supertramp que destacaban sobre las demás. Esa no era mi intención al principio, no pretendía volver a grabar éxitos de Supertramp como un desafío a Rick Davies. De hecho, estábamos haciendo las mezclas cuando Rick llamó a John Helliwell, que estaba con nosotros, para pedirle que participara en la reunión de Supertramp. Yo no había premeditado hacer eso. Pero esas canciones, ‘Take the long way home’, ‘Give a little bit’ y ‘The logical song’, son mis hijas. Son mías".

"El caso es que durante nuestra época en Supertramp, igual que los Beatles con Lennon-McCartney, Rick y yo escribíamos las canciones por separado, pero las firmábamos juntos, con el fin de evitar discusiones sin sentido. ‘Dreamer’ y ‘Breakfast in America’ son totalmente mías. Por lo tanto no debo tener ningún escrúpulo en grabarlas de nuevo bajo mi propio nombre".

"Esta experiencia me ha hecho mucho bien. Me ha liberado, obligándome a aceptar que sólo soy humano y a darme cuenta de que esas imperfecciones son las que te hacen vivir".

"De hecho, antiguamente los grupos tocaban primero sus canciones en directo, antes de grabarlas. Ahora pasa al revés, el directo ha evolucionado hacia una producción en la que primero se graba, y así todo es muy mecánico y artificial. Todo eso se ha cargado la espontaneidad de los grupos, su autenticidad. Me di cuenta de esto cuando volví a descubrirme a mí mismo, a pesar del lugar en el que me encontraba en mi anterior situación".

Así que si hubo una coincidencia en las fechas de publicación y no fue algo intencionado, ¿no sacará el público que les adora alguna conclusión más de esta historia?

Hodgson lo niega rotundamente: "Es todo una coincidencia. Es increíble, más todavía cuando es la tercera vez que ocurre. Con mis dos primeros discos en solitario pasó igual, los discos de Supertramp siempre eran publicados al mismo tiempo. Es de locos: cada vez que he decidido distanciarme de ellos, el destino me juega una mala pasada con la coincidencia de las fechas de publicación".

Al menos una cosa separa radicalmente a los dos protagonistas en sus carreras paralelas: la magnitud de sus compañías de discos. Supertramp está con EMI y Hodgson con una firma independiente. La diferencia es abismal. ¿Es otra vez una casualidad o se trata de una elección política?

Dado el pasado de Hodgson y la calidad de su álbum, podría haber firmado fácilmente con la primera gran compañía que se lo hubiera ofrecido. "No quería firmar con otra gran compañía, ya que me gusta hacer las cosas a mi manera y esta vez no quería perder el control de mi música. Cuando firmas con una compañía grande, tienes que darte cuenta de que son esos a quienes conoces y a quienes tratas los que esperan recuperar su inversión tan pronto como puedan".

"Tienen el derecho a examinarlo todo y pueden conseguir que vuelvas a rehacer las canciones que no les gustan. Pierdes el control y eso es algo que no puedo aceptar. Al trabajar con compañías independientes, tengo la oportunidad de descubrir gente desconocida pero motivada, gente activa que lucha por mí y que se preocupa por mí. Trabajar en esas condiciones es lo que me reconforta interiormente. Yo no era una ‘estrella de la semana’ para las grandes compañías. El proceso musical tiene que funcionar con normalidad, es decir, la compañía está ahí para ayudar al músico (y no como suele ser habitual) y el músico está ahí para servir al público".

En su deseo de ser independiente y mantener su carrera bajo un equilibro humano, Roger se adhiere a la idea de organizaciones pequeñas e inteligentes como la de Robert Fripp, que decidió dar a su pequeña empresa un sentido familiar. Así, su propia esposa es la productora y su hijo Andrew, con un talento desbordante y sólo 16 años, se ha encargado de la batería, cuando no estaba cantando y tocando el piano como alguien de una edad más avanzada.

"Andrew es un regalo fenomenal que me ha dado la vida. Es realmente un gran músico y admiro su trabajo, no sólo por ser mi hijo, sino porque es muy bueno. Aprecio esa frescura de espíritu y esa espontaneidad que le hacen tocar tan bien. De hecho, para mí no es difícil tocar en el mismo grupo que él. Por supuesto, también hay conflictos. Somos músicos de dos generaciones diferentes y además somos padre e hijo. Puedes pensar que eso está en contra nuestra, pero hemos colaborado para establecer una armonía entre ambos, como padre e hijo y como músicos. A él le gusta mi música y a mí me gusta la suya, así que eso es bueno. Y él es el mejor amigo que tengo. Eso evidentemente también le da un aspecto más humano al grupo".

Si bien existe una armonía perfecta entre Roger Hodgson y su pequeño mundo, obviamente no ocurre lo mismo respecto a Rick Davies, el otro cerebro de Supertramp. Hodgson confiesa que lleva más de tres años sin hablar con él. ¿Es por tanto totalmente imposible imaginar una reunión de Supertramp sin Roger?

"Estuvo a punto de suceder. En 1993, Rick y yo volvimos a unirnos para intentar hacer un nuevo álbum de Supertramp. Estuvimos trabajando juntos durante cuatro meses y todo parecía ir bastante bien. Pero yo fui intransigente con la elección de las canciones. Si íbamos a hacer un nuevo disco de Supertramp, me habría gustado hacerlo nuevo de verdad, no simplemente volver a hacer cosas que ya habíamos hecho antes. Yo estaba decepcionado por los discos de reunión que hacían los grupos de mi generación, no quería hacer lo mismo que ellos. Debería haber sido un álbum digno de Supertramp, algo original y mejor. Pero desde el principio de las negociaciones llegué a la conclusión de que Rick y yo teníamos puntos de vista muy diferentes. El tenía una visión muy industrial del asunto y yo no estaba de acuerdo con eso. Así que decidí dejar las cosas como estaban. El realmente quería que yo participara, pero para mí era imposible volver a Supertramp así. Para mí esa página estaba definitivamente cerrada. Aún así, yo le permití usar el nombre. Desde el momento en que varios de nosotros tocaban como un grupo, el uso del nombre era válido".

"Musicalmente, no me molesta si se trata de un álbum de ellos, hecho más o menos como un álbum de Rick y llamado Supertramp. Me gusta lo que está haciendo Rick, canta maravillosamente. De hecho, tengo que admitir que soy fan de Rick Davies, de su voz, de su estilo al componer. Pero por otro lado, no estoy a favor de que hagan una campaña publicitaria alrededor de la idea de una reunión del grupo. Se trata de un nuevo álbum de Rick, eso es todo".

"Me sorprende que usen fotos del grupo en las que salgo yo y que se pueda oir mi voz en los anuncios. Estoy seguro de que bastantes fans han ido a los conciertos de Supertramp convencidos de que yo formaba parte de la reaparición. Eso es lo único con lo que estoy en total desacuerdo. Por lo demás, prefiero mi posición a la de Rick. De hecho, al utilizar el nombre de Supertramp, ha perdido su libertad artística".

"Su objetivo era promocionar sus nuevas canciones de la mejor forma posible, pero la gente sólo quiere un Supertramp reformado que toque los antiguos éxitos. Es una trampa en la que Rick está encerrado. Ha tenido que soportar el peso de los temas míticos en vez de tocar la música que él quería. Hasta el punto de que ha tenido que incluir mis canciones y dejar que las cante alguien que imita mi voz".

"Por el contrario, yo soy libre porque la gente no espera que yo me adapte a Supertramp. Saben que he tomado otra dirección. Inlcuso así, no ha sido fácil. He tardado quince años en aceptar que no soy el cantante de Supertramp, sino alguien que se llama Roger Hodgson, libre de las ataduras del grupo pero a menudo paralizado por esta libertad tan inmensa y tan poco habitual".

"Ahora mismo, tras haber visto de cerca la muerte dos veces, lo que más me importa es estar vivo, ser feliz y haber descubierto de nuevo mi amor por la música. Lo demás es pura mitología".