Artículo sobre Roger Hodgson y su representante Doug Pringle publicado en la revista "Rock" por Ethlie Ann Vare poco después de la aparición de "In the eye of the storm".

Roger Hodgson ha cambiado una banda de discos de platino y el nivel de vida de Londres y Hollywood por tres acres de pinos y un concierto en el auditorio del instituto.
 
Para saber cómo es realmente un músico, lo mejor es hablar con su representante. El es la persona que tiene que convivir con los caprichos, las rabietas, los impulsos creativos y los descansos semanales del artista. El representante del antiguo líder de Supertramp Roger Hodgson es su viejo amigo Doug Pringle, quien anteriormente fue un importante locutor de radio y ahora vive junto a él en la aldea de Nevada City, al norte de California.
 
"En algunos aspectos", dice Pringle, "él es el tipo más fácil a quien representar, y en otros es totalmente imposible ser su representante. Si pretendes obligarle a cumplir unos plazos de cara al negocio, mejor olvídate. Al grabar un disco, su filosofía es 'estará terminado cuando esté terminado'".
 
"La motivación de Roger es su arte", prosigue Pringle. "El no está en la música por el dinero ni por la fama. Y es el hombre más desdichado del mundo cuando no puede hacer música porque se le obliga a hacer otras cosas que hay alrededor de la música".
 
En cambio, hoy Hodgson parece feliz aunque sólo hable de su música. Aquel muchacho serio y barbudo del súper grupo sin rostro Supertramp se ha transformado en un adolescente vestido con ropa juvenil, rebosante de entusiasmo con su primer (y largamente demorado) proyecto en solitario.
 
"Supertramp tuvo diez años maravillosos y cuatro no tan buenos", dice Hodgson. "Los dos últimos discos fueron decepcionantes, y creo que la gente notó que habíamos perdido el contacto. Y eso era verdad hasta cierto punto. El grupo había perdido sus sueños, su espíritu, su razón de ser".
 
Así que después de ocho años con la banda que cofundó en 1969, Hodgson hizo las maletas. Ni siquiera ha hablado con sus antiguos compañeros de grupo en bastante tiempo; dice que "después de un divorcio la gente necesita estar distanciada". Los restantes miembros de Supertramp publicarán otro álbum la próxima primavera. El disco en solitario de Hodgson se esperaba para el verano... del año pasado.
 
"Bueno, lo deseché", dice mirando al suelo. "Deseché la primera versión del disco. Estaba casi terminado, pero contenía unos sentimientos muy duros debido a todo lo que yo estaba atravesando por entonces a nivel personal. Y cuando salí de gira con Supertramp por última vez, todo cambió de la noche a la mañana. Volver a tocar delante de la gente me despertó de un mal sueño".
 
Fueron tres años muy difíciles, según Hodgson, los que transcurrieron desde el momento en que decidió dejar el grupo hasta que grabó su propio disco. "Fueron tres años dolorosos. Tuve que adaptarme a la familia, al dinero, a abandonar a un bebé al que había criado durante catorce años llamado Supertramp".
 
Pero la adaptación, como la mayoría de adaptaciones traumáticas, se consiguió con el tiempo. Hodgson se metió en el estudio de grabación que tiene en las montañas y trabajó de 10 de la mañana a 6 de la tarde todos los días durante siete meses, hasta traer al mundo ‘In the eye of the storm’. Está loco de contento con el nuevo disco, creado con sus propias pautas y a su propio ritmo. "Siempre me quedaba algo decepcionado con mi actuación en los discos de Supertramp", admite.
 
A sus 34 años, Roger Hodgson ha encontrado su sitio en la aletargada Sierra Foothill en Nevada City (California), una localidad de dos mil quinientos habitantes. Se ha construido un estudio de 48 pistas donde trabajar que vale millones de dólares, se ha comprado una casa en la montaña donde vivirá de aquí en adelante, y junto a su mujer, Karuna, está viendo crecer felizmente a sus dos hijos (Heidi de 5 años y Andrew de 3).
 
En cualquier caso, lo que le llevó a las montañas fue una promesa de realización espiritual. "Un día me encontré un folleto sobre una mesa", dice, "en el que se anunciaba Ananda. Y fui hasta allí sólo por curiosidad. Se puede decir que estaba desesperado".
 
Ananda, unas cuantas millas al norte de Nevada City, es una de las comunas más antiguas y con más éxito de Estados Unidos. Se basa en las enseñanzas del ‘yogananda’, y encaja perfectamente en el prototipo del ‘hippie’ moderno: paz, libertad y horticultura orgánica.
 
Sin embargo, Hodgson ya no pertenece a esa comunidad. "Creo que Ananda me ayudó mucho en aquella época concreta", dice. "Todavía estoy muy metido en el origen y las enseñanzas del ‘yogananda’. Pero creo que caí en una trampa en la que cae mucha gente que se encuentra en una búsqueda espiritual: intentar ser espiritual en vez de ser real; intentar cumplir con una imagen de lo que debo ser en vez de ser yo mismo".
 
Así que, aunque sigue absteniéndose de comer carne y de fumar, Hodgson regresó al país de la cerveza Budweiser y los videojuegos. Pero no se marchará de Nevada City. "Nevada City es casi un paraíso cuando piensas en la realidad de otras personas", dice sonriendo. "Es un sitio maravilloso al que regresar, para recargarse de energía y reflexionar. Y si voy a tratar con alguien de Nueva York o de Londres o de Los Angeles, tengo que ir antes allí y ver qué es lo que pasa".
 
Cuando no está circunnavegando el planeta atendiendo a la prensa y promocionándose, Hodgson se sienta en su montaña a tocar el piano mientras el sol se pone tras los pinos. Poco a poco se está involucrando en el escaso panorama musical de la ciudad, y tiene pensado producir un álbum del pianista local Gary Goldscheider. Como poco, debería ser una colaboración interesante.
 
"He descubierto que tengo talento para actuar", dice satisfecho después de haber terminado su primer vídeo. También producirá y compondrá la banda sonora de una película de dibujos animados llamada ‘La leyenda del unicornio’, y está en negociaciones para actuar en una película. Pero todo esto es secundario ante el proyecto más importante de su vida en estos momentos: sus hijos.
 
"Vamos a educar a nuestros hijos por nuestra cuenta, por lo menos hasta que tengan 9 ó 10 años. Karuna y yo hemos aprendido un sistema de educación en el que están involucrados los padres. Es legal, si lo haces de acuerdo con las escuelas", dice.
 
Hodgson se muestra elocuente sobre el hecho de que los niños deben alcanzar todo su potencial. Dice también que planea llevárselos con él cuando salga de gira por primera vez como artista en solitario en 1986. "Aquí el sistema escolar está montado para padres que trabajan", dice. "Yo tengo suerte con mi trabajo, pero dejar a tus hijos al cuidado de un extraño es eludir responsabilidades".

Así que entre la educación de sus hijos, su carrera en solitario, su estudio en casa, sus proyectos de producción, sus películas, sus vídeos y todo lo demás, en los próximos dos años Roger Hodgson va a estar bastante ocupado.
 
Pero hay un mayor reto artístico que todavía tiene que afrontar antes de ocuparse del resto de temas. "Me encantaría hacer una gira por Nevada City", dice riendo. Con un total de tres bares de copas y un auditorio en el instituto de la ciudad, debería quedarle tiempo para ocuparse de todo lo demás...