Reportaje de Jason Mitchell para el "Kitchener Waterloo Diary", de la época en la que Roger Hodgson publicó su primer disco en solitario.

 

El foco gigantesco que barría la neblina de la noche otoñal y la carpa montada junto a las oficinas de la compañía de discos que le dieron la bienvenida a Toronto eran indicios de que no se trataba de cualquier fiesta de publicación de disco. Estaba claro que se trataba de algo importante.

El objeto de toda la atención era el antiguo líder de Supertramp Roger Hodgson, que se encontraba en la ciudad para promocionar su primer álbum en solitario, ‘In the eye of the storm’. Y no hay duda de que hay muchas expectativas respecto a su éxito.

Supertramp es el único grupo que tiene dos discos con ventas millonarias en Canadá (‘Crime of the century’ y ‘Breakfast in America’), y como cantante, arreglista, guitarrista, teclista y autor de éxitos como ‘The logical song’, ‘Dreamer’, ‘Give a little bit’ e ‘It’s raining again’, Hodgson fue parte integral del éxito de la banda. Hay una legión de fans esperando grandes cosas de Hodgson, por no mencionar a la compañía de discos en lo que respecta a las ventas. Tiempo al tiempo.

En una entrevista realizada el día siguiente, en la cual Hodgson habló sobre su carrera en solitario, su marcha de Supertramp, y lo más importante, la historia de las costillas de Kitchener, dijo que la única presión que soporta es la que él mismo se impone.

“Siento la presión sobre mí, pero esa presión se debe básicamente a que el público sólo te da una única oportunidad”, dice el inglés con voz suave y moderadamente optimista. “El público es muy voluble con sus preferencias, y los artistas que dejan una banda para emprender su carrera en solitario generalmente sólo tienen una oportunidad para demostrar su valía. Si no lo consiguen, es muy difícil atraer la atención de la gente una segunda vez”.

Hodgson dice que no tiene prisa por desvincularse de Supertramp, y se da cuenta de que las comparaciones con su antiguo grupo son inevitables. “No tengo miedo de reafirmarme en mi pasado ni en mi herencia con este primer álbum”, asegura. “Si lo comparan con la mejor parte de Supertramp, estaré satisfecho. Estoy muy orgulloso de lo que Supertramp alcanzó en su mejor época”.

Las razones de Hodgson para convertirse en artista en solitario tienen mucho que ver con el hecho de que considere que la mejor época de Supertramp pasó hace tiempo. Hodgson y el otro fundador del grupo, Rick Davies, empezaron a tomar caminos distintos ya en 1974, con Hodgson experimentando con las drogas y el yoga.

Hodgson expresó su contrariedad por la dirección que tomaba el grupo durante la gira de 1979, citando un estancamiento musical que reprimía su “desarrollo personal”, y perfectamente pudo dejar la banda entonces. Pero decidieron tomarse un descanso y darse una nueva oportunidad. Hodgson dice que resultó obvio que la magia había desaparecido.

“‘Famous last words’ representó un último intento de comprobar si todavía el grupo podía funcionar. Para todos fue evidente que no era así, y eso quedó reflejado en el álbum. Sabíamos que las cosas tenían que cambiar”, dice.

“Nos habíamos tomado dos años de descanso después de la larga gira de ‘Breakfast in America’ para pensar en todo, aunque en realidad podíamos habernos separado entonces”, continúa. “Pero ya que habíamos esperado todo ese tiempo pensamos que deberíamos darnos otra oportunidad, pues en caso contrario habríamos desperdiciado esos dos años”.

“Nos llevó un tiempo a todos darnos cuenta de que las cosas tenían que cambiar. Yo estaba preparado para marcharme, pero ellos no estaban preparados para hacer el cambio. Querían seguir juntos, así que tuve que esperar hasta que estuvieron preparados para mi marcha”, dice. Y así, tras una última gira, Hodgson dejó la banda de la que había formado parte durante catorce años.

A pesar de todos esos años en el negocio de la música, Hodgson está hastiado del mismo. De hecho, se refiere a su carrera en solitario como un nuevo nacimiento espiritual y musical. Oportunamente, ‘In the eye of the storm’ se abre con el llanto de un bebé. “El bebé representa un nuevo nacimiento dentro de mí, todo el álbum representa eso. Un deseo de aceptar los retos a los que me enfrento, tanto de artista en solitario como de artista en el mundo, aceptando la responsabilidad de ser un artista en el mundo de hoy”, dice.

Hodgson cree que ‘In the eye of the storm’ retorna a un estilo más enérgico. “Desgraciadamente, la mayoría de los artistas (y lo sé porque lo he vivido) pierden el hambre de hacer cosas cuando consiguen el éxito. Yo vuelvo a estar hambriento. Este álbum contiene una vitalidad y una energía que habían desaparecido en la música más reciente de Supertramp”.

Pero el disco no careció de momentos dolorosos. “Este álbum ha supuesto un diferente conjunto de desafíos”, explica. “Al trabajar en una banda, debes tener en cuenta la opinión de los demás. Pero al trabajar por mi cuenta, a menudo me he sentido muy solo siendo todo a la vez: el productor, el artista, el compositor, el tipo que agita el látigo... Hubo algunos momentos muy difíciles, sobre todo al principio, hasta que el proyecto ganó velocidad y yo cogí confianza”.

Ciertamente, Hodgson ahora tiene confianza en sí mismo. Ya habla de su siguiente álbum, un disco doble, que según él le permitirá “extenderse y explorar diferentes territorios”. Además, está interesado en hacer una gira y componer música para películas.

Pero, ¿y las costillas? ¡Casi olvidamos lo de las costillas! La historia es la siguiente: cuando Supertramp actuó en Kitchener en Julio de 1977, al parecer el grupo quedó tan enamorado de las costillas que tomaron en un restaurante local que, al planear su siguiente gira en 1979, decidieron incluir la ciudad en el itinerario sólo por las costillas. Un gran número de fans y de personas que participaron en la gira juran que la historia es verídica. Después de todo, Kitchener fue el lugar más pequeño en el que Supertramp tocó en aquella gira...

Hodgson, que es vegetariano, se ríe al escuchar la historia. “Lo siento, no sé nada sobre eso”, dice con una sonrisa de complicidad. “En cualquier caso, es una bonita historia”.