Wade Coggeshall, del portal de noticias norteamericano "nuvo.net", habló con Roger Hodgson durante su gira "Breakfast in America".


Probablemente recuerdes canciones como ‘Take the long way home‘ y, sobre todo, ‘Give a little bit‘, que fue premiada por la Sociedad Americana de Compositores, Autores y Editores (ASCAP), como una de las composiciones más interpretadas de su repertorio. Lo que tal vez hayas olvidado, o incluso jamás hayas sabido, es el nombre de quien las canta.

Se trata de Roger Hodgson, que cofundó Supertramp en 1969 junto a Rick Davies. Durante los catorce años posteriores, esta banda británica de rock progresivo vendió más de sesenta millones de discos en todo el mundo, incluyendo las gigantescas ventas de su famoso álbum de 1979 ‘Breakfast in America‘.

Este año tiene lugar la primera gran gira por los Estados Unidos que Hodgson ha celebrado desde que dejo Supertramp en 1983. Lleva ocho años dando conciertos en muchos otros países, como Canadá, lugar donde en el mejor momento de Supertramp uno de cada quince ciudadanos habían comprado tanto ‘Breakfast in America‘ como el disco de 1974 ‘Crime of the century‘.

“Ha sido difícil organizar una gira en América”, dice Hodgson durante una reciente entrevista telefónica. “En parte se debe a que la gente no conoce mi nombre. Es irónico que casi todo el mundo conozca mi voz, pero la asocien a Supertramp y no a Roger Hodgson. Ese ha sido mi mayor reto, conseguir que el público me identifique”.

Por eso Hodgson ha llamado a su gira, que llegará el 13 de Noviembre a Carmel, ‘Breakfast in America‘, en honor del álbum más vendido de Supertramp. Aunque la mayor parte del repertorio está formada por canciones de Supertramp, Hodgson las considera suyas. El y Davies componían por separado a pesar de que compartían los créditos, al estilo de lo que John Lennon y Paul McCartney hicieron en los Beatles.

“Lógicamente, una gran parte del concierto son esas canciones que el público quiere oír”, dice Hodgson sobre esta gira. “Es complicado, porque tengo muchas canciones y todo el mundo quiere escucharlas todas. Pero también incluyo algunos temas en solitario y una o dos canciones nuevas. Es un espectáculo muy potente”.

Hodgson dice que cuando dejó Supertramp estaba siguiendo a su corazón, a pesar de que la banda todavía era muy popular. Hubo varias razones para tomar aquella decisión. Le parecía que el grupo se estaba disgregando, y además tenía dos hijos pequeños con los que quería pasar más tiempo. Por otra parte, también había ido en aumento su desencanto con la industria de la música.

“Necesitaba tomarme un descanso y centrarme en mi familia, así como volver a sentir pasión por algo”, dice Hodgson de lo que todavía recuerda como una de las decisiones más difíciles que ha tomado jamás. “La banda había tenido un gran recorrido, pero yo sentía que ya había llegado a la meta. No quería seguir allí solo para ganar dinero, yo no puedo funcionar así. Como artista, necesito sentir pasión sobre lo que estoy haciendo”.

En los últimos años Hodgson ha tenido algunos contactos con Davies para hablar de negocios, pero la cosa no ha ido a más. Al fin y al cabo, Hodgson dice que él y Davies ya llevan más de treinta años viviendo vidas separadas. “A estas alturas no preveo ningún tipo de colaboración entre ambos”, dice.

Sin embargo, Hodgson le llegó a enviar a Davies una carta ofreciéndose para participar en algunos conciertos de la gira de Supertramp que celebraba el 40º aniversario de la fundación de la banda en 2010. La oferta fue rechazada. “Creo que esa fue realmente la última oportunidad”, dice Hodgson sobre una posible reunión.

Hodgson siente que es él quien sigue preservando el legado de Supertramp, aunque ya no forme parte de la banda, y estima que actúa ante al menos cuatro generaciones distintas. “Ahora veo mucha más gente joven, con edades inferiores a los 50 años”, dice Hodgson. “Parece que de algún modo yo sigo enarbolando la bandera Supertramp. Mucha gente me dice después de los conciertos que les ha parecido ver a Supertramp, e incluso que esta banda es mejor que Supertramp. Todos se marchan a casa con una sonrisa”.

Hubo una época en la que para Hodgson estuvo en peligro poder seguir haciendo música. En 1987, la misma semana que publicaba su segundo disco en solitario, Hodgson se rompió las dos muñecas. Los médicos le dijeron que jamás volvería a tocar un instrumento. Le costó un año y medio recuperarse a base de mucha fisioterapia y muchas oraciones, pero Hodgson consiguió volver a hacer música.

Es esa espiritualidad lo que ha sido su “brújula” y la mayor influencia en sus composiciones. “La música es el lugar al que acudo para expresar mis anhelos más profundos, mis penas, mis alegrías, mi confusión… Mi yo más profundo”, dice Hodgson. “Una parte de mi siempre ha querido conocer el sentido de la vida y saber qué o quién es Dios, y dónde se le puede encontrar”.

Hodgson cree que eso explica por qué muchas de sus canciones han perdurado. “No son artificiales, sino muy personales”, dice Hodgson, que el próximo año tiene previsto seguir dando conciertos y tal vez grabar nuevas canciones. “Yo nunca he reprimido mis sentimientos. Por eso mucha gente se identifica con mis experiencias o con las preguntas que me hago. Ese es el trabajo de un artista, ser la voz de la gente que no tiene forma de expresarse”.