Nick de Riso, de la publicación musical estadounidense "One Track Mind", recogió las impresiones de Roger Hodgson sobre algunas de sus canciones más representativas.


Esta edición especial se la dedicamos al cofundador de Supertramp Roger Hodgson, que está llevando a cabo primera gira por los Estados Unidos desde 1983. Aquí podrás descubrir por qué el sonido de un videojuego fue incluido en uno de los singles más famosos de Supertramp, por qué el tiempo no significa nada para Hodgson cuando escribe canciones y por qué ‘Give a little bit’ es su himno personal independientemente del éxito que haya podido tener esa canción…

‘The logical song’, del álbum ‘Breakfast in America’ de Supertramp, fue considerada “una pequeña obra maestra” por la revista ‘Rolling Stone’. La canción permaneció tres meses en las listas de singles estadounidenses en 1979, y representa la pérdida del idealismo en la adolescencia.

Simultáneamente, ‘The logical song’ también recibió la catalogación de canción pop innovadora al estilo de los Beatles, tanto por lo que les costó conseguir el mejor sonido del saxofón (primero lo intentaron en el hueco de una escalera y después en el cuarto de baño) como por la adición de un par de efectos de sonido muy peculiares, entre los que se encuentra el de un juego electrónico de fútbol de Mattel.

“Un miembro de la banda, no recuerdo quién, estaba en una sala junto al estudio jugando con ese videojuego”, recuerda Hodgson entre risas. “No dejábamos de escuchar ese sonido procedente de la sala contigua, y en un momento dado pensamos que podíamos incluirlo en la canción. Y funcionó. Siempre estábamos buscando nuevos sonidos. Había un hueco de escalera donde probamos el saxofón, la guitarra y todo tipo de sonidos. Siempre estábamos experimentando”.

‘Fool’s overture’, del disco ‘Even in the quietest moments’ de 1977, es una canción de casi once minutos que puede resultar sorprendente incluso para los mayores fans de Supertramp. Se trata de una mezcla progresiva de sonidos que incluye extractos del legendario discurso de Winston Churchill en 1940 ‘Never surrender’.

El tema también contiene un homenaje a ‘Venus’, de Gustav Holst, reminiscencias de Blake, e incluso un fragmento de otra canción de Supertramp, ‘Dreamer’. Además, escuchando atentamente,  se pueden apreciar algunos susurros del ‘Fool on the hill’ de los Beatles. Hodgson dice que su musa le dicta cómo hacer este tipo de cosas.

“Siempre he escrito canciones muy largas, pero también cortas”, afirma Hodgson. “Por ejemplo, ’Breakfast in America’ dura menos de tres minutos. No creo que la duración sea importante a la hora de componer algo. Una canción será lo que tenga que ser. Cuando me pongo a escribir música, tengo una percepción natural que me indica hacia dónde tiene que ir una canción o lo que debe durar”.

“’Fool’s overture’ fue una canción mágica que obtuve a partir de tres piezas distintas que había compuesto a lo largo de cinco años. Un día todas ellas parecieron encajar entre sí y se convirtieron en lo que llamé ‘Fool’s overture’. Todavía se me pone la piel de gallina al interpretar esa canción sobre un escenario”.

‘My magazine’, de su álbum en solitario ‘Hai hai’, de 1987, ayuda a iluminar otro aspecto olvidado del complejo talento musical de Hodgson. Considerado un típico autor de baladas, en esta canción ofrece uno de sus lados más enérgicos y descarados. Por desgracia, fue incluida en su segundo disco en solitario, el cual fue infravalorado por utilizar demasiado los sonidos electrónicos propios de la época.

Y eso a pesar de contar con Jack Joseph Puig como productor y con los miembros de Toto David Paich, Jeff Porcaro y Steve Porcaro, además de con Omar Hakim, Nathan East, Lenny Castro y Leland Sklar, entre otros. Mientras en la canción Hodgson dirige sus dardos envenenados hacia los medios de comunicación, es difícil no recordar historias actuales como el escándalo del ‘News of the World’. En ese sentido, ‘My magazine’ parece más relevante que nunca.

“¡Me encanta esa canción!”, asegura Hodgson. “Definitivamente, no es la favorita de mis fans, pero creo que representa una parte de mí y me gusta mucho. No quedó tan bien como me hubiera gustado, aunque todos los miembros de Toto participaran en ella. No sé, tiene algo especial. Y con todo lo que está pasando con Rupert Murdoch, sigue siendo muy relevante”.

‘School’, del álbum ‘Crime of the century’ de 1974, ha sido una canción largamente eclipsada por un par de grandes éxitos que ayudaron a Supertramp a dar el gran salto con su tercer disco. ‘Dreamer’ y ‘Bloody well right’ impulsaron al grupo a meterse hasta el Top 10 de Gran Bretaña y a alcanzar la categoría de disco de oro en América.

Pero ‘School’, en muchos aspectos, es la mejor canción del álbum, aunque sólo sea por destilar algunas de las cosas más destacables de la banda. Contiene la libre creatividad de su construcción, una letra lastimera (mitad nostálgica, mitad rebelde) y una peculiaridad que simplemente la hace saltar de los altavoces (desde el intenso piano a la gruñona harmónica pasando por el sordo bajo). ‘School’ es toda una declaración de Supertramp.

“Tradicionalmente, una canción pop está formada por estrofa – estribillo – estrofa – estribillo – puente – estribillo”, dice Hodgson, “pero ‘School’ no es de ese tipo. Comprende un montón de secciones diferentes, y no sigue ninguna regla. Creo que las reglas no funcionan cuando eres un artista. Tienes que ser libre para dejar que las canciones vayan hacia donde quieren ir”.

‘Give a litte bit’, de 1977, sí fue la típica canción pop y sirvió para abrir el álbum ‘Even in the quietest moments’ mientras se convertía en un single de gran éxito. Después se la ha podido escuchar en innumerables películas (incluyendo la primera de la saga ‘Superman’ en 1978), en varios anuncios de 2001, en muchas causas benéficas (como la del maremoto asiático en 2004 y el huracán Katrina en 2005) y sobre todo en la radio, cuando los Goo Goo Dolls hicieron una versión de la misma que arrasó en las listas de éxitos.

No es de sorprender, por tanto, que ‘Give a little bit’ también se haya convertido en una especie de himno personal para Hodgson. Es la canción con la que más se siente identificado y también con la que suele poner punto final a sus conciertos. El dice, no obstante, que pensaría lo mismo de ella aunque no hubiera llegado al número 15 de la lista de singles ‘Billboard’.

“Siempre he creído en el amor y he buscado el amor”, confiesa Hodgson. “Escribí esta canción a finales de los 60, una época de mucha esperanza en el mundo. Los Beatles habían compuesto ‘All you need is love’, y eso me pudo influir. Creo que lo mejor de ‘Give a little bit’ es que ha superado el paso del tiempo, y sigue siendo una canción muy solicitada para actos benéficos. Hoy en día representa algo muy necesario en un mundo donde nos enfrentamos a muchos problemas”.

“Todos necesitamos empujar en la misma dirección, y dar más que recibir”, añade Hodgson. “Necesitamos compartir todo lo que podamos, y eso es lo que dice la canción. En mis conciertos, suelo interpretarla al final, y después de dos horas haciendo entrar en calor al público es como la guinda al pastel. Cuando empiezo a tocarla, todos ponen una sonrisa de oreja a oreja y se abrazan al que tienen al lado. Es una canción que sirve para unir a la gente”.