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Reportaje de Liz Tracy, aparecido en la publicación norteamericana "New Times Broward-Palm Beach" tras el comienzo de la gira 2012 de Roger Hodgson.


Para felicidad de sus fans, las canciones del grupo de rock progresivo Supertramp todavía siguen sonando en las emisoras de radio de todo el país. Se trata de una banda cuya música ha superado el paso del tiempo, y de qué forma. Miembro fundador, compositor y colíder de la formación, Roger Hodgson es el cerebro y la voz que hay detrás de muchos de sus grandes éxitos, como ‘Dreamer’ y ‘Give a little bit’.

Sus trabajos en solitario mantienen la misma integridad y el mismo encanto musical que había en su antigua banda. “Mi música no ha cambiado demasiado”, dice. “Yo fui una gran parte de Supertramp, así que tuve una gran responsabilidad en su sonido”.

Sin embargo, sí ha evolucionado como músico. “El principal cambio que ha habido con los años es que ahora estoy cantando mucho mejor. Creo que, al haber madurado más, soy capaz de poner una mayor parte de mi corazón en las canciones, y la gente puede apreciarlo de una forma más intensa que nunca”.

“Cuando cantas, no puedes ocultar lo que está ocurriendo en tu interior”, continúa. “Ahora estoy mucho más en contacto conmigo mismo, y eso se traslada a las canciones. Por suerte, se trata de canciones maravillosas y su mensaje sigue siendo muy relevante. No han envejecido y todavía creo en ellas”. Esa atemporalidad les permite a varias generaciones de fans reunirse en sus conciertos y gozar con su música.

Hodgson ha salido varias veces de gira durante los últimos ocho años. Británico de nacimiento y americano de adopción, ha disfrutado viajando y cantando por todo el mundo, pero actuar en su casa, los Estados Unidos, es una de las cosas que más le gustan. No obstante, durante un período posterior a su salida de Supertramp, dejó de salir de gira y se marchó a las montañas para llevar un estilo de vida más sencillo y criar a sus hijos.

“Es fantástico saber que mis canciones han resistido la prueba del tiempo y que hay un público maravilloso que es feliz al verme de nuevo”. En cuanto a su papel de músico no enrolado en ninguna banda, dice: “Me gusta ser un artista en solitario. Me encanta la conexión personal que puedo tener con la audiencia como artista en solitario. Estoy de gira con una banda fantástica formada por músicos que yo he elegido”. Cree que la conexión con el público es muy especial, algo que valora enormemente.

“Mis canciones siempre han sido autobiográficas”, dice. “En ellas cuento mis sensaciones sobre la vida, sobre el amor y sobre lo que veo en el mundo. Son muy personales, y por eso han acompañado a la gente a lo largo de los años. Tal vez yo haya sido capaz de expresar con ellas muchas cosas que otros no han sido capaces de expresar en sus vidas de ninguna forma”.

Su único problema al elegir el repertorio para los conciertos es decidir qué canciones no va a tocar. En directo, Hodgson interpreta algunos temas nuevos y sobre todo muchos antiguos, aquellos que consiguen traerles buenos recuerdos a sus incondicionales. “Es maravilloso llevar a la gente, en cierto modo, de viaje por su vida a través de la música”. También suele contar sobre el escenario la historia que hay detrás de las canciones, para que todo el mundo sepa de donde salió cada una de ellas. “Eso le proporciona a la gente una experiencia más rica”.

Las canciones de Hodgson ofrecen intensidad y no sólo fantasías fugaces. “Incluso a una edad tan temprana, yo ya tenía muchas preguntas profundas bullendo dentro de mí, y esas preguntas buscaron su hueco en mis canciones”, dice. “Yo quería saber de qué iba la vida, anhelaba conocer el amor y conocer a Dios, sentir a Dios y saber quién era Dios. Tenía mucha confusión sobre todo eso, y la música era el lugar donde yo ponía mis pensamientos más profundos”.

Esta especie de magia musical se encuentra arraigada en su familia. Su hijo Andrew es también músico de rock, y Hodgson es su mayor fan. “Ellos están orgullosos de mí, y yo estoy orgulloso de ellos”, dice con alegría al hablar de sus hijos.