Esta es mi crónica del concierto de Valladolid, escrita desde el corazón, con los sentimientos y las emociones aún a flor de piel.

El Patio de la Hospedería de San Benito, me pareció un sitio precioso, me encantó precisamente por lo pequeño, ya que confirió al show un aire íntimo y familiar.

Para mi, este concierto tenía todos los ingredientes para ser especial, ya que era la primera vez que podía disfrutar de Roger en directo. A pesar de ser fan de Supertramp desde los 14 años, nunca había asistido a un directo, ni del grupo, ni de Roger.

El sonido fue impecable, sólo dos músicos en escena y lo llenan completamente, grande Aaron.

El repertorio completo, estaban todas esas canciones mil veces oídas, pero que cobraban nueva vida al escucharlas en vivo. Como bien dijo Roger, son un viaje por su vida, pero también por la nuestra.

No puedo pasar por alto la voz de Roger: limpia y clara, con todos sus matices, con todo su color, casi mejor que antaño.

Roger, lleno de calor, de amor, genial todo lo que puede llegar a transmitir desde el escenario, no tengo palabras.

Y por si fuera poco el  regalo del show,  aún pude vivir algo que ni en mis mejores sueños había imaginado, Poder cruzar unas palabras con Roger, y no una vez, DOS!!, en la misma noche.

Se me ocurrió llevar un ramo de rosas, con el ánimo de dárselas a Roger en algún momento, pero a medida que avanzaba el concierto no veía la ocasión de hacerlo, así que ya me veía con mi  ramo de vuelta a casa. Pero dejé a mi corazón hablar y él supo cuándo era el momento. Cuando comenzó a sonar “Don’t leave now” supe que había llegado la hora, y en cuanto acabó el tema, me levanté y avancé hacia el escenario, agité el ramo y llamé a Roger, y él se levantó y vino hacia  mi, y … los nervios desaparecieron como por arte de magia, allí estaba yo, y allí estaba él, EL MITO, agachado delante de mi y hablando conmigo.

Fue una experiencia inolvidable, Roger me parecio un tipo especial, con algo que te llega, transmite una paz y una serenidad increíbles.

Oir el inicio de “Fool’s Overture”, con mis rosas sobre el piano fue para mi el colmo de la felicidad.

¿Se puede pedir más?, pues aún tuve otro premio extra: Al finalizar el concierto nos quedamos unas cuantas personas por si salía Roger, me habían dicho que solía hacerlo, y en efecto, así fue, Roger salió y nos dedicó unos minutos, nos hicimos fotos y fue un momento mágico.

El abrazo que me dio agradeciéndome el ramo de rosas no lo voy a olvidar en la vida

En resumen, una noche única, maravillosa, incomparable. LA NOCHE.

Espero repetir lo más pronto posible.

Un saludo a todos.
Ana López

 

Ana entregándole un ramo de rosas a Roger en la parte final del concierto.

 

Roger inicia la interpretación de "Fool's overture" con el ramo de rosas sobre su piano.