Juan Lago y Abel Fuentes hablaron en exclusiva con Charly Prevost, el publicista canadiense que se encargó de gestionar y promocionar todas las giras de Supertramp que tuvieron lugar entre 1975 y 1983.




TLW: ¿Cuándo y dónde naciste?

CHARLY: Nací el 2 de Septiembre de 1948, en Montreal.

TLW: ¿Cómo empezaste a trabajar en A&M Canadá?

CHARLY: Llegué a A&M después de trabajar como minorista. Tenía una tienda de discos unas 150 millas al norte de Toronto, en un lugar llamado Sudbury, en Ontario. Resulta que mi tienda había vendido más copias del primer álbum de Supertramp, el que tenía la rosa en la portada, que cualquier otra tienda en Canadá. Por supuesto, yo no lo sabía hasta que el presidente de A&M en Canadá, Gerry Lacoursiere, entró en mi tienda y me preguntó cómo había conseguido esas ventas. Le dije que, como no teníamos emisora de radio en la ciudad, el truco estaba en la música que poníamos en la tienda. El me dio un pequeño premio y me invitó a visitarle a su despacho si alguna vez iba a Toronto. Un año más tarde me encontraba cerca de Toronto, contacté con alguien que trabajaba para Gerry y me ofrecieron un trabajo en las oficinas de A&M.

TLW: ¿Cuál fue tu primer trabajo en A&M?

CHARLY: Empecé como chico de los recados, me gané mi ascenso a chico de los cafés, comencé a redactar notas de prensa para la compañía, me convertí en una especie de jefe de prensa, me enviaron a la costa este del país para hacer promoción en emisoras de radio locales y acabé regresando a la oficina central para ser nombrado director de publicidad en 1974. Fui el primer publicista de una compañía de discos en Canadá, y gracias a eso pude empezar a trabajar con Supertramp. Todos los que trabajábamos en A&M durante aquel período nos sentíamos un poco frustrados porque no teníamos con nosotros a ninguno de los grupos ingleses que estaban en primera línea. Genesis, Pink Floyd, The Who y muchos otros tenían contratos con otras discográficas.

TLW: ¿Cómo conseguiste que Supertramp se convirtiera en una banda tan famosa en Canadá?

CHARLY: En una convención de A&M en Canadá escuchamos “Dreamer” y “Crime of the century”, y todos los que trabajábamos en el mundo de la promoción y la publicidad por fin sentimos que habíamos encontrado nuestro grupo con Supertramp. Organizamos una campaña muy agresiva que hizo que Supertramp se convirtiera rápidamente en todo un fenómeno en Canadá, antes que en la mayoría de territorios del planeta. Cuando la banda vino por primera vez de gira a Norteamérica, iba a actuar principalmente en Estados Unidos, y apenas había unos cuantos conciertos en Canadá, a modo de prueba. Pero resultó que el grupo llenó estadios durante su primera visita a Montreal, Ottawa, Toronto y Vancouver, y en cambio les costó mucho más conseguir un público en los Estados Unidos. Al final también lo lograron allí, pero Canadá fue el primer país en darles la bienvenida.

TLW: ¿Cuándo conociste a los miembros del grupo?

CHARLY: Les conocí a través del teléfono cuando estábamos trabajando en la campaña promocional de esos primeros conciertos. Sólo nos conocimos en persona cuando ellos llegaron a Toronto para promocionar la gira, un par de días antes de su comienzo.

TLW: ¿Cómo te convertiste en su representante para las giras?

CHARLY: Después de aquellos conciertos de la primera gira, me escribieron y me preguntaron si me gustaría unirme a ellos como representante en las giras y como publicista. Unos seis meses después me trasladé a Londres y estuve viviendo una temporada con Dougie, su mujer y su hermano Ali, antes de que empezásemos a salir de gira.

TLW: ¿Qué recuerdas de tus visitas a España?

CHARLY: Muchas cosas. La primera vez que tocamos en España fue en Barcelona, en Septiembre de 1977. Algunos recuerdos están algo confusos en mi memoria, pero recuerdo una conferencia de prensa en la que los periodistas portugueses que estaban allí no hacían más que preguntarle a Roger sobre el significado de la letra de “Crime of the century”. Estaban obcecados en que trataba sobre algunos políticos portugueses, y nada de lo que Roger dijese les podía convencer de lo contrario.

TLW: ¿Y la prensa española?

CHARLY: Algunos interpretaban “Crime of the century” como una referencia a Franco y su época, que acababa de terminar. No todos preguntaban por ello, pero esa es la impresión que nos dio entonces. Mientras todo esto sucedía en el hotel, lo que nadie sabía es que había grandes posibilidades de que nuestro equipo no llegase a Barcelona a tiempo para el concierto.

TLW: ¿Por qué?

CHARLY: Yo no dije nada, y Dougie era el único miembro del grupo que sabía lo grave que era la situación. Esto es lo que pasó: la noche del sábado anterior la banda había actuado en Basilea (Suiza), y después del concierto los camiones fueron cargados para el viaje a Barcelona. No era necesario que llegasen hasta el lunes por la mañana, pero eso significaba que debían atravesar Suiza, Francia y España un domingo. En 1977 había restricciones muy severas respecto a la circulación de camiones en domingo, así que Dave Margereson y yo lanzamos una moneda al aire para ver cuál de los dos acompañaba a los camiones para ocuparse de cualquier problema que pudiese detenerlos.

TLW: Y Dave acabó quedándose con los camiones mientras tú llevabas a la banda a España…

CHARLY: Sí. Dave acompañó a los camioneros e hicieron una planificación de tiempos casi perfecta. Armados con una caja llena de discos autografiados, consiguieron sobornar a los agentes de la frontera suiza para que les dejasen entrar a Francia. Era la hora del almuerzo y pensaron que los agentes franceses estarían más interesados en su comida que en dos sucios camiones llenos de tipos melenudos, pero no fue así. Finalmente entraron en Francia con muchos problemas y durante las siguientes doce horas intentaron evitar cualquier parada y cualquier control policial, hasta que llegaron a la frontera con España.

TLW: ¿Qué pasó cuando llegaron a Barcelona?

CHARLY: Cuando subieron la cuesta que conducía hasta el lugar del concierto en Barcelona, se encontraron docenas de personas merodeando los accesos al escenario, junto a nuestros técnicos. Todos ellos se mostraban muy amables y muy educados, ofreciendo su ayuda para transportar el equipo. Por supuesto, ya no quedaban entradas para el concierto y había centenares de personas que querían entrar como fuera.

TLW: Aquel concierto es famoso por los disturbios que hubo a las afueras del recinto…

CHARLY: Sí. Pasamos un poco de miedo viendo a aquella gente trepando por las tuberías y rompiendo las ventanas para entrar. Tuvimos que colocar una carretilla elevadora para sujetar la puerta de atrás porque pensamos que aquellos fans iban a arrancarla de cuajo. Había una energía incendiaria, pero para nosotros fue un gran concierto. Nos habían dicho que muchas bandas inglesas que habían estado de gira por España lo habían pasado realmente mal, pero nosotros nos encontramos justamente lo contrario. Todo salió bien y muchos fans nos dijeron que aquel era el primer gran grupo británico que actuaba en Barcelona desde la época de Franco.

TLW: Gay Mercader, el promotor español que se ha encargado de todos los conciertos de Supertramp en España, nos contó que durante las giras cada noche solía celebrar una fiesta con muchos miembros del grupo, entre ellos tú… ¿Le recuerdas?

CHARLY: Jamás podría olvidarme de él. Siempre le llamábamos “Gee” (“Caramba”), “Gay” (“Marica”), “Guy” (“Colega”)... Creo que se trata de nuestro promotor favorito de todos los tiempos. Era una persona muy especial. Cuando me fui a vivir a mi primera casa en Los Angeles, después de la gira de “Breakfast in America”, Gay Mercader y Dave Margereson me regalaron una batería de ollas y cacerolas para la cocina. Treinta años después, todavía utilizo esas ollas y esas cacerolas para hacer la comida de mi familia. Me acuerdo de él todos los días, así que si volvéis a hablar con él contadle esto, por favor. Es uno de los más grandes.

TLW: ¿Qué cosas curiosas recuerdas de tu época en Supertramp? ¿Puedes contarnos alguna anécdota?

CHARLY: Recuerdo muchas noches divertidas, muchas situaciones, mucho caos… Sinceramente, no sé por dónde empezar... Dave Margereson y yo vivimos una gran noche en Kingston, Ontario (Canadá), que ya podría ser una larga historia en sí misma… Y la guerra de comida en Cascais (Portugal), también fue muy divertida…

TLW: Cuando entrevistamos a Spy Matthews hace unos meses, él también habló sobre eso… ¿Puedes contarnos en que consistió esa guerra de comida en Cascais?

CHARLY: Pongámoslo en la perspectiva adecuada… Estábamos en Noviembre de 1979 y nos encontrábamos casi al final de una gira mundial larga y agotadora, en la que el grupo había alcanzado un nivel de popularidad desconocido hasta entonces. Al llegar a Portugal todos estábamos muy cansados, y cuando mucha gente cansada se reúne pueden suceder cosas muy divertidas. Había una huelga de controladores aéreos en Francia y no teníamos ni idea de cómo íbamos a poder llegar a Avignon, donde era nuestra siguiente actuación. Mientras los técnicos y los músicos trabajaban durante cada concierto, yo no me separaba del teléfono intentando conseguir que todos pudiésemos llegar a Francia a tiempo. Los teléfonos no funcionaban y me llevaba horas lograr cualquier cosa, así que me sentía bastante frustrado. Habíamos planeado la habitual reunión con todo el mundo en el hotel, después del concierto…

TLW: Así que la famosa guerra de comida fue en el hotel…

CHARLY: Sí. Sin que nosotros supiéramos nada, Gay había organizado un espectacular “buffet” en el hotel. Cuando llegamos allí después del concierto nos quedamos asombrados de ver tanta comida para nosotros. Por lo que recuerdo, en aquella sala no había nadie del hotel, ni del equipo de Gay, ni tampoco estaba el propio Gay. Mientras tanto, Dave Margereson había ido a un mercado a comprar langostas para celebrar una fiesta de medianoche en el hotel. El tampoco sabía nada de la comida que nos estaba esperando y cuando entró en aquella sala llevando unas cuarenta langostas, sucedió algo muy curioso. No sé quién fue el primero en lanzar algo, pero en apenas diez segundos empezaron a volar el pan, la fruta y cada vez más cosas. Toda aquella comida que habían preparado para nosotros acabó por el aire o en la cara de alguien.

TLW: ¿Era eso algo habitual durante las giras de Supertramp?

CHARLY: No podéis imaginaros lo poco habitual que era aquello para nosotros. De vez en cuando alguien hacía una gamberrada, casi siempre yo o alguien del equipo técnico, pero por lo general se trataba de un grupo de personas increíblemente sobrias y educadas. Los periodistas que cubrían nuestra información, especialmente los de la televisión, siempre estaban intentando descubrir algún caso de escándalo o libertinaje, y estaban terriblemente disgustados por lo normales que eran los miembros del grupo.

TLW: Pero había un puñado de tipos “locos” dentro del equipo…

CHARLY: Sí, en todo lo que hacíamos siempre había un gran sentido del humor. Dave Margereson es el tipo más divertido que he conocido jamás, y también he pasado muy buenos momentos con “Specs” (“Gafas”), John Helliwell. Yo era el único que le llamaba así, y todavía lo sigo haciendo. Nos divertíamos y nos reíamos mucho, pero nunca de una forma destructiva. Creo que la mayoría de nosotros enseguida sintió remordimientos después de la guerra de comida. Alguien se había esforzado en preparar un banquete para nosotros y todo acabó en el cubo de la basura. La verdad es que no había sido un comportamiento digno de personas adultas. Pero fue una especie de liberación que todos necesitábamos. Ya sé que no es algo muy glamoroso, pero así es como lo recuerdo. ¡Y he visto fotografías de aquello en alguna parte, qué caos!

TLW: Volviendo a lo de Kingston… ¿Fue allí cuando tú y Dave Margereson casi fuisteis arrestados en el hotel donde se alojaba el grupo durante aquella gira de 1977 al ser sorprendidos corriendo por los pasillos totalmente desnudos y con cubos sobre la cabeza?

CHARLY: No exactamente. El episodio entero comprende gran parte de todo un día. No, no corrimos peligro de ser arrestados, sobre todo porque cuando los policías comprendieron lo que estaba pasando se rieron tanto como nosotros. En esta historia no se vio envuelta toda la banda, solamente Dave, Spy, Bob, Dougie, yo y varios desconocidos que tuvieron la mala suerte de ocupar habitaciones en el mismo piso que nosotros.

TLW: Me imagino que vuestras habitaciones no se repartían de forma aleatoria…

CHARLY: Sí, normalmente los miembros más tranquilos del grupo se alojaban en una planta diferente a la nuestra. No siempre era así, pero aquella noche sí. Kingston está a mitad de camino entre Toronto y Montreal. Es una ciudad bastante pequeña pero tiene una universidad muy grande, así que hay montones de gente joven. Se trataba de un extraño día libre, no teníamos nada que hacer, así que sobra decir que la bebida empezó a correr a primera hora de la tarde. Hubo una serie de pequeños acontecimientos durante el resto del día que constituyen una historia aparte en sí mismos y también han contribuido a la leyenda de Kingston, así que iré directamente a la escena que tuvo lugar en el hotel por la noche, mucho más tarde.

TLW: De acuerdo…

CHARLY: Cuando regresamos al hotel, estábamos bastante borrachos y no parábamos de reir. No recuerdo cómo empezó la cosa, pero sí que salí de mi habitación completamente desnudo y con un cubo de agua en la mano. Mi idea era llamar a la puerta de la habitación de Dave, que estaba junto a la mía, y echarle el agua por encima en cuanto abriera. Por supuesto, cuando salí de mi habitación el viento cerró la puerta y me quedé fuera sin llave, sin ropa y sin dignidad… Entonces Dave abrió la puerta, también estaba completamente desnudo y también llevaba un cubo de agua en la mano. Nos arrojamos el agua mutuamente, obviamente a carcajada limpia y haciendo mucho ruido. Las puertas se abrían, la gente se asomaba, se reían, decían algo y se volvían a meter en sus habitaciones. Mientras todo esto sucedía, una pareja de ancianos pasó a nuestro lado y se nos quedó mirando a Dave y a mí, que nos habíamos puesto los cubos sobre la cabeza. En ese momento llegaron dos policías y preguntaron qué estaba pasando allí.

TLW: ¿Qué fue lo que dijeron?

CHARLY: No hicieron ningún comentario sobre nuestro aspecto y, de hecho, incluso sonrieron. Lo recuerdo perfectamente. Entonces Spy asomó la cabeza y dijo, en un tono completamente serio, que necesitaba dormir y que todo ese jaleo no le permitía conciliar el sueño. Lo dijo de un modo tan autoritario que los policías se apartaron inmediatamente de Dave y de mí, mientras Spy señalaba a la pareja de ancianos que se alejaba por el pasillo. Los policías se dirigieron hacia ellos y nosotros volvimos a meternos en las habitaciones, quedándonos en silencio y dejando a los ancianos frente a los policías.

TLW: ¿Cómo conseguiste volver a tu habitación, sin llave y sin ropa?

CHARLY: Llegado ese momento, recordé con tristeza que no tenía forma de volver a mi habitación. Así que salí a la terraza de la habitación de Dave, todavía en pelotas y dando tumbos, y como si fuese un mono, pasé de su terraza a la mía, que era la de al lado. ¡Nos encontrábamos en el cuarto piso! Estuve a punto de no conseguirlo, pero todo salió bien. Si me hubiera caído, habría aterrizado sobre una carpa en la que estaban celebrando una fiesta. Imaginaos la escena…

TLW: Hablemos de momentos menos divertidos… ¿Cuándo dejaste Supertramp?

CHARLY: Físicamente, en 1983. Mentalmente, en 1982.

TLW: Antes de grabar “Famous last words”, ¿ya era obvio que Roger estaba a punto de marcharse?

CHARLY: Sí. “Marcharse” tal vez sea una forma muy fuerte de decirlo, pero había tensión dentro del grupo, provocada por muchas causas.

TLW: ¿Tuvo algo que ver tu salida del grupo con la marcha de Roger y la entrada en escena de Sue Davies?

CHARLY: Tuvo todo que ver con la marcha de Roger y nada que ver con la presencia de Sue. Ella ya tenía entonces una forma bastante desagradable de hacer las cosas, y después también la ha seguido teniendo. Si lees atentamente mis respuestas, te darás cuenta de que mi lealtad era hacia Supertramp, la banda y las personas que la formaban en 1974. Si alguien se marchaba o era sustituido, ya no era lo mismo.

TLW: ¿Cuál fue, en tu opinión, el motivo para esos cambios dentro de la banda?

CHARLY: En mi opinión, algo sucedió durante la gira de “Breakfast in America” que rompió el espíritu de lo que habíamos construido hasta entonces. Probablemente se trataba de algo inevitable, pero hasta la parte europea de aquella gira seguía habiendo un sentimiento de “todos para uno, uno para todos”. Teníamos un objetivo común, tanto el equipo como la banda y los representantes, para producir los mejores conciertos posibles bajo las mejores circunstancias posibles.

TLW: ¿Qué sucedió durante aquella gira?

CHARLY: Cuando llegamos a Europa, nos ofrecieron hacer una serie de conciertos adicionales a cambio de una tonelada de dólares. Por primera vez desde que yo estaba en el grupo, decidieron quedarse con el dinero y aceptar esos conciertos. Desde entonces las cosas cambiaron y ya nunca se recuperó la inocencia de los primeros tiempos. Algunos lo notamos más que otros, pero así es como yo lo vi. Rick y Roger se distanciaron totalmente después de aquello, en parte debido a los celos y los asuntos políticos internos de sus respectivas mujeres.

TLW: ¿Cuál es tu mejor recuerdo de tu época en Supertramp?

CHARLY: En Texas, en 1979, la noche que “Breakfast in America” llegó al número 1 de la lista Billboard. Primero se lo conté a Dougie y a Dave Margereson. Lo celebramos desplazándonos en coche desde un Holiday Inn en Dallas Fort Worth hasta un hotel de cuatro estrellas en San Antonio... Hubo muchos buenos momentos. Había, y todavía hay, algunas personas muy buenas entre ese grupo de gente.

TLW: ¿Y el peor momento?

CHARLY: No estoy seguro de querer recordarlo. Soy un tipo positivo e intento quedarme con los buenos recuerdos y no con los malos.

TLW: De acuerdo… Hay un programa especial de radio llamado “Supertramp Self-portrait” que tú produjiste al final de tu época en Supertramp. Se trata de un gran documento, con montones de información interesante sobre el grupo… ¿Por qué decidiste producirlo?

CHARLY: Decidimos hacerlo porque yo tenía la impresión de que, sobre todo Rick y algo menos Roger, solían hacer entrevistas del montón cuando yo pensaba que tenían muchas más cosas que contar. Así que montamos esa especie de teatro sobre lo que era su biografía hasta entonces. Se trata de una entrevista un poco extraña, pero creo que captó bien el momento que vivía el grupo cuando lo produjimos en 1981.

TLW: Dices que lo produjisteis en 1981, pero contiene varias canciones del álbum “Famous last words”, publicado en 1982... Significa eso que la entrevista a Rick y a Roger fue grabada antes de publicar ese disco, aunque no fuese emitida hasta 1982 ó 1983?

CHARLY: He dicho 1981 porque debo haber cometido un error. El período comprendido entre 1981 y 1984 está un poco confuso para mí. Me vi envuelto en muchas cosas nuevas, aparte de Supertramp. La otra noche estuve revisando mis notas sobre 1983, pues alguien me pidió cierta información de ese año, y encontré muy pocas cosas relacionadas con Supertramp…

TLW: ¿Tal vez fue Ken Allardyce quien te pidió esa información? El acaba de preguntarnos sobre las fechas de la parte americana de la gira de 1983…

CHARLY: Sí, fue Ken… Supongo que por entonces yo me encontraba ya mentalmente desconectado del grupo. Ese programa de radio fue el resultado de una conversación que yo había mantenido con Roger algunos años antes sobre lo pobres que eran las entrevistas que hacían. El me transmitió sus sensaciones respecto a hacer algo por nuestra cuenta, controlando de forma precisa lo que se contaba. Le gustó la idea de hacer algo así, e incluso Rick pareció animarse con ello. Todas las grabaciones se realizaron muy rápidamente, en una época de descanso que tuvimos entre dos giras y justo antes de publicar “Famous last words”.

TLW: Al final del especial, el locutor dice que tú eres el productor ejecutivo del programa… ¿Fuiste sólo el productor ejecutivo o llevaste a cabo también otras tareas?

CHARLY: Fui el supervisor y también el principal editor del proyecto. Recluté a la gente que lo produjo y le puso voz, y también ayudé en las tareas del guión para la radio.

TLW: ¿Fue “Supertramp Self-portrait” el único programa especial de radio que grabaste?

CHARLY: Ese trabajo me llevó a hacer dos más. Uno llamado “Police Self-portrait”, que creo que es bastante brillante al tratarse de una biografía oral sin narrador, y otro con Lionel Richie, gran artista y compositor. Y también hubo otro que habría sido mi favorito, pero nunca se terminó. Era un autorretrato de Mel Blanc.

TLW: ¿Mel Blanc, el que se hizo famoso por los dibujos animados de los Looney Tunes?

CHARLY: Sí, era quien se encargaba de todos los personajes de los Looney Tunes en los dibujos animados de los años 40 y 50. Hizo más de cuarenta voces distintas, incluyendo las de Porky, Bugs Bunny, El Pato Lucas y el resto de personajes de esas historietas. Entrevistarle a él es lo más divertido que he hecho en mi vida. Se seguía metiendo continuamente en la piel de sus personajes y perdía el hilo de la conversación con facilidad. Ya era muy mayor y estaba muy enfermo, así que fue muy difícil pasar demasiado tiempo junto a él para conseguir algo realmente bueno. Todavía tengo aquellas cintas inacabadas. Después me fui a trabajar a Island Records y me olvidé de este tipo de cosas…

TLW: ¿De dónde sacaste todas las maquetas y las grabaciones raras que se incluyeron en “Supertramp Self-portrait”?

CHARLY: Roger siempre ha sido el guardián de las cintas. Tiene un material increíble bajo su posesión. Tiene todas las maquetas de todos los discos, pues el grupo acostumbraba a hacer primero una versión casera de cada álbum. Después solían hacer otra versión utilizando un instrumento menos, para que cada intérprete pudiera aprenderse sus partes mientras escuchaba lo que tocaban los demás. Creo que eso les proporcionaba más tiempo para hacer los arreglos individuales, así que cuando empezaban a grabar el disco de verdad estaban mejor preparados y tenían que hacer menos experimentos en el estudio. De todas formas, les seguía costando mucho tiempo unirlo todo una vez que las grabaciones estaban hechas… Es curioso, recuerdo que cuando hicimos “Breakfast in America” para esa versión casera, John Helliwell grabó su parte metido en la bañera, con el agua llegándole hasta los tobillos para conseguir el efecto sonoro perfecto.

TLW: ¿Era habitual grabar también las pruebas de sonido?

CHARLY: Sí, a los chicos también les gustaba grabar sus pruebas de sonido. No todos los días, pero sí en algunos casos. Hay un par de obras maestras históricas que se encuentran en posesión de Russel Pope. Una se llama “The blow tape” (“La cinta del golpe”) y tal vez se trate del mejor momento jamás registrado. La calidad no es muy buena, pues está grabada en una cinta de cassette, pero la energía del grupo, que estaba a punto de dar el gran salto, es absoluta. También debe existir otra cinta muy curiosa que fue grabada en Dinamarca. Durante aquella prueba de sonido acabaron interpretando una versión de “Stairway to heaven” totalmente histérica. Hay que entender que ellos no solían hacer este tipo de cosas muy a menudo, pero cuando lo hacían suponía un gran disfrute para los que les escuchábamos. Esa cinta, si es que sigue existiendo, no la he escuchado.

TLW: ¿Recuerdas algunos momentos especiales en el estudio?

CHARLY: Nunca podré olvidar una noche que pasé en el estudio con Rick, Roger y Pete Henderson. Estaban trabajando en las mezclas finales de “Goodbye stranger”. Si la memoria no me falla, tenían más de cuarenta diferentes pistas vocales de Rick cantando la canción. Estaban revisando cada frase, y en algunos casos cogían sólo una palabra de cada pista y la hacían encajar en otra. Se trataba de un trabajo muy meticuloso, pues eran muy perfeccionistas, y resultaba increíble verles y escucharles mientras lo hacían. Sobre todo porque cuando escuchas la mezcla definitiva no puedes imaginarte que se hizo así, pieza a pieza. Escuchad cuidadosamente el principio de “Goodbye stranger”, y podréis oir el sonido metálico de un peso cayendo sobre el pedal del piano. Es muy sutil, pero se aprecia claramente en la versión en CD. No se percibe algo así de claro en todas las canciones, pero en esa sí.

TLW: ¿En qué has estado trabajando desde que dejaste Supertramp?

CHARLY: Al principio volví a trabajar como asesor de representantes en Estados Unidos, encargándome de gente como The Fixx, Chas Jankel, de The Blockheads, el productor Rupert Hine y muchos otros hasta 1984, cuando me convertí en presidente de Island Records. Permanecí allí hasta 1986, cuando fui nombrado vicepresidente de Chrysalis Records. Entonces me dí cuenta de que yo no era un hombre de empresa y me puse a trabajar de nuevo de forma independiente. Finalmente dirigí Underworld y me hicieron presidente de Beggars Banquet Publishing Division, en Momentum Music. Y estuve aprendiendo algunas cosas sobre la industria editorial hasta que descubrí los ordenadores en 1990.

TLW: ¿Qué pasó cuando descubriste los ordenadores?

CHARLY: Entonces todo cambió. Me encargué de desarrollar el primer CD avanzado en América: Moby, Tim McGraw, Junior Brown, y muchos otros. Me quedé sin un duro intentando convertir esa tecnología en un negocio, me convertí en un periodista del negocio de la música y fui el primer crítico musical norteamericano en escribir sobre los MP3. Finalmente acabé trabajando en Liquid Audio, en Silicon Valley. Liquid era una empresa pionera en la seguridad de transmisiones de ficheros digitales AAC a través de Internet. Estuve allí como director de promoción y marketing durante tres años. Desde que dejé aquello he trabajado como consultor en todo tipo de asuntos relacionados con la técnica y el negocio. Y también he estado involucrado en temas de derechos de autor, marcas registradas, patentes y desarrollos de software.

TLW: ¿Sigues en contacto con otros miembros de Supertramp?

CHARLY: Sí. Con Dougie Thomson, ocasionalmente… Y con Bob Siebenberg, a quien estoy ayudando con su libro… Y con John Helliwell, con quien comparto música… Y con Russel Pope, que es mi héroe… Y por supuesto con Dave Margereson, aunque nunca tanto como me gustaría.

TLW: Hace un año entrevistamos a Bob y no nos dijo que estuviese escribiendo un libro… ¿Sobre qué trata? ¿Es una autobiografía?

CHARLY: Sí, es una autobiografía titulada “The best seat in the house” (“El mejor asiento de la sala”), aunque se lo está tomando con calma. Le está ayudando un amigo suyo que es redactor. Tal vez nunca lo publique, pero sé que está trabajando en ello.

TLW: ¿Qué quieres decir cuando afirmas que John Helliwell y tú compartís música?

CHARLY: Tengo un servidor donde subo música que me gusta y otras cosas, y él se descarga cosas de allí y a veces también sube algo. Es una especie de P2P privado.

TLW: ¿Por qué dices que Russel Pope es tu héroe?

CHARLY: Es el hombre más inteligente que he conocido. Fuimos compañeros de habitación durante mis dos primeros años en la banda. El consiguió el mejor sonido posible para nuestros conciertos y era una delicia verle trabajar. ¿Alguien os ha contado cuál era su apodo?

TLW: No, pero nos encantaría conocerlo…

CHARLY: El “Fuhrer”.

TLW: ¿Mantienes el contacto con Roger o con Rick?

CHARLY: No, y ni siquiera creo que Roger o Rick tengan la más mínima idea de lo que yo hice por ellos.

TLW: ¿Qué quieres decir?

CHARLY: Jamás se interesaron por mi labor, y cuando todo había acabado, muchos años después, recibí una carta de Roger dándome las gracias por mi trabajo. Decía que en su momento no se había dado cuenta de lo importante que había sido mi contribución al grupo al margen de mi trabajo como representante. Dave Margereson siempre decía que él administraba el talento y yo los récords.

TLW: ¿Y por lo que respecta a Rick?

CHARLY: Rick nunca se comunicó demasiado bien con cualquiera que no formara parte de su pequeño grupo de viejos amigos. No creo que él y yo nos sentásemos juntos jamás para tener una larga conversación. Pero tanto él como Roger son gente con un talento increíble, y a veces cuando alguien tiene esa sensibilidad y ese talento tan extraordinarios, carece de un buen funcionamiento de algunas partes de su personalidad. He trabajado con muchos artistas a lo largo de mi vida y comprendo su forma de hacer las cosas. Nunca me molestó que ellos no supieran en qué consistía mi trabajo mientras yo lo hacía, porque viví la mejor época que se pueda imaginar como representante de unos artistas muy especiales.

TLW: Carl Verheyen, el actual guitarrista de Supertramp, nos dijo hace unos días que el próximo otoño saldrá de gira con Supertramp, nuevamente sin Roger. También dijo que es muy probable que John y Bob formen parte de esa banda… ¿Lo sabías?

CHARLY: Sí, conocía esa posibilidad sobre la reunión de Rick, Bob y John… ¡Inaudito! También sabía que Rick y Roger no iban a reunirse.

TLW: Pero Roger y Rick habían hablado recientemente con vistas a volver a trabajar juntos… Al final ha sido un nuevo intento frustrado…

CHARLY: Hace poco leí una entrevista a Roger en la que decía que dudaba mucho que la banda volviera a reunirse. Lamentablemente, parece que tanto Rick como Roger tienen una sensación distinta sobre su propio pasado. Roger ha estado reinventando la historia en sus entrevistas y la mujer de Rick parece negarse a admitir que hubo otra gente involucrada en el desarrollo del grupo. Personalmente, creo que las esposas y los abogados fueron los que ayudaron a destruir la banda de 1974. Tal vez yo sea el único que piensa eso, pero siempre lo he visto de esa forma y por eso lo describo así.

TLW: ¿Crees que esta nueva gira podría facilitar la publicación del DVD “Paris” o de otro material de Supertramp?

CHARLY: Uno de los objetivos de esta gira podría ser publicar nuevo material, pero lo veo poco probable. Todo se encuentra en el limbo gracias a la absoluta falta de interés de Rick y Roger respecto a la banda original. Triste pero cierto.

TLW: Es increíble… Pensábamos que Bob y John nunca volverían a tocar con Rick después de los asuntos legales que hubo entre ellos hace algunos años…

CHARLY: Eso es más triste todavía. La otra noche Dave Margereson y yo mantuvimos una larga charla sobre la pena que nos da todo eso… Así es la vida.