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Juan Lago y Abel Fuentes entrevistaron en exclusiva para THE LOGICAL WEB a Richard Ames, el que fuera 'tour manager' de Supertramp en tres giras mundiales de la banda: "Famous last tour", "Brother on the road" y "70-10: All the hits and more".


TLW: ¿Dónde y cuándo naciste?

RICHARD: Nací en Oxford (Inglaterra) el 18 de Noviembre de 1952.

TLW: ¿Estudiaste algo relacionado con la música o tocaste en alguna banda durante tus primeros años de vida?

RICHARD: No.

TLW: ¿Cómo te viste envuelto en el mundo de la música rock?

RICHARD: En Junio de 1970, cuando todavía era estudiante de secundaria, asistí al festival de Glastonbury en Bath and West Showground, cerca de Shepton Mallet. Allí estaban Led Zeppelin, Pink Floyd, Frank Zappa, Moody Blues, The Byrds, Santana, Fairport Convention... Era un cartel impresionante. Luego, de vacaciones en Torquay en el mes de Agosto, fui a ver a Derek & The Dominoes y a Taste en la misma semana. Y también vi a montones de bandas en el Oxford Town Hall, en el club Catacombs y en el club Stonehenge: Jethro Tull, Yes, Free, Wishbone Ash, Black Sabbath, Mott The Hoople… Decidí que quería pertenecer a ese mundo y en 1972 empecé a trabajar como ‘roadie’ para Cockney Rebel.

TLW: Después de varios años trabajando sólo para Cockney Rebel te hiciste ‘tour manager’ independiente y empezaste a colaborar con montones de artistas… ¿Por qué tomaste esa decisión?

RICHARD: En 1977 Cockney Rebel no tenía ningún concierto programado y Steve Harley quería irse a vivir a Los Angeles, así que en el mes de Junio decidí hacerme autónomo. Acababa de ser el coordinador de producción en la gira “Rumours” de Fleetwood Mac, trabajando para la promotora MAM, y de hacer un par de cosas para Harvey Goldsmith.

TLW: Desde 1977 y antes de unirte a Supertramp en 1983, estuviste trabajando para Wishbone Ash, The Who, Fleetwood Mac, Grateful Dead, ELO, Wings, Duran Duran y muchos otros artistas… ¿Cuál de ellos era tu favorito y por qué?

RICHARD: En realidad no tengo ningún favorito. Todos ellos eran fantásticos, cada uno a su manera, pero la sensación general de haberlo logrado cada vez que terminaba una gira era lo más importante para mí. Aunque guardo un lugar especial en mi corazón para la gira que hice con Kate Bush en 1979, por la gran unión que había entre la banda y el resto del equipo.

TLW: En 1978 estuviste de gira con Frankie Miller… ¿Sabías que a principios de los 70 su banda de acompañamiento era Bees Make Honey, en la que Bob Siebenberg tocaba la batería?

RICHARD: Sí, sabía que Bob había estado en Bees Make Honey.

TLW: ¿Cuándo te uniste a Supertramp?

RICHARD: El 16 de Mayo de 1983 fue uno de los días más memorables de mi vida. No sólo me pidieron ser el ‘tour manager’ de la enorme gira mundial de Supertramp, sino que también me ofrecieron ese mismo puesto en la gira “Serious Moonlight” de David Bowie. Tuve que rechazar esta última oferta y fue así como me convertí en el ‘tour manager’ de Supertramp durante los siguientes tres años.

TLW: ¿Cómo ocurrió?

RICHARD: Fue a través de la oficina del promotor Harvey Goldsmith. Se puso en contacto conmigo Kenny MacPherson y me preguntó si me gustaría trabajar como ‘tour manager’ de Supertramp en su inminente gira mundial. No desaproveché la oportunidad y volé hasta Los Angeles para entrevistarme con algunos miembros de la banda.

TLW: Tú y Charly Prevost trabajasteis juntos en aquella gira… ¿Cómo os repartíais las tareas?

RICHARD: En realidad yo sustituí a Charly Prevost, que en aquella época se hizo publicista independiente. Charly llevaba muchos años formando parte del equipo de representación de Supertramp, pero para esta gira ya había abandonado el nido y había montado su propia compañía de publicidad, la cual fue contratada para la gira. Unos meses después, cuando volví a casa a finales de año, me llegó una hermosa carta suya de felicitación. Siempre es bonito que te den las gracias por hacer bien tu trabajo, pero creo que es todavía más bonito que lo hagan a través de una carta, aunque sólo sea por el hecho de que alguien se ha tomado la molestia de dedicar parte de su tiempo a escribirla.

TLW: ¿Entonces fuiste tú el único ‘tour manager’ de la gira?

RICHARD: Iba a compartir mis funciones con un tejano llamado Jay Hagerman, siendo yo el coordinador de la gira europea y Jay el ‘tour manager’. ¡Pero una semana antes de que empezase la gira le despidieron a él y yo me quedé a cargo de todo!

TLW: ¿Quiénes fueron tus principales colaboradores en la gira?

RICHARD: Sue, la mujer de Rick Davies, fue mi asistente de confianza, colaborando conmigo en todas las tareas y centralizándolo todo para que el engranaje no dejase de funcionar en ningún momento. Y también Wolfgang Koellen, que fue uno de los tres coordinadores de la gira y se ocupaba del montaje y el desmontaje de la tercera parte de los conciertos en grandes estadios, siendo Roger Searle y Chris Adamson los otros dos. Por entonces Wolfgang trabajaba para Mama Concerts, que era la compañía que había organizado las actuaciones en Alemania y además era la responsable de la promoción de todos los conciertos de la gira europea.

TLW: ¿Por qué Roger Hodgson no viajaba con el resto de la banda durante la gira europea?

RICHARD: Roger se trajo a su instructor de vuelo desde Los Angeles para acumular más horas de vuelo y poder conseguir su licencia de piloto. Así que solía viajar de un concierto a otro pilotando su propia avioneta.

TLW: Russel Pope, el que fuera responsable del sonido en directo de Supertramp desde principios de los 70 hasta 1983, murió el año pasado… ¿Qué recuerdas de él?

RICHARD: A nivel profesional, era capaz de conseguir un sonido impresionante. A nivel personal, era una persona muy reservada.

TLW: ¿Qué recuerdas de los dos músicos adicionales de aquella gira, por ejemplo de Fred Mandel?

RICHARD: Fred había estado trabajando anteriormente con Alice Cooper, y debo decir que en la gira con Supertramp llevaba mucho menos maquillaje (RISAS). Aunque eso no quiere decir que no se maquillara un poco cuando no le veíamos (RISAS). En cualquier caso, era un tipo encantador. Fue un placer coincidir con él.

TLW: ¿Y sobre Scott Page?

RICHARD: Scott siempre estaba sonriendo, y le llamábamos ‘El Seto’ por su pelo (RISAS). Luego trabajé con él en un par de proyectos más, antes de que se convirtiera en un empresario con mucho éxito. En la siguiente gira con Supertramp su ‘seto’ había crecido mucho, y recuerdo que me regaló una chapa de esas que se ponen en la solapa en la que se podía leer “¿Dónde coño estoy?” porque una vez me perdí yendo desde el hotel o desde el aeropuerto hasta el lugar del concierto. No recuerdo dónde fue, pero sin disponer de un navegador por satélite lo raro era que no nos perdiéramos siempre.

TLW: ¿Qué destacarías de la gira de 1983?

RICHARD: La gira de 1983 fue impresionante por el gran número de personas que había en el equipo y de fans que asistían a cada concierto. En aquellos momentos se trataba de la segunda gira europea más grande de la historia, después de la que habían hecho los Rolling Stones el año anterior actuando en campos de fútbol. Tuvimos tres escenarios yendo de aquí para allá por toda Europa a lo largo de dos meses. En el Parc de Sceaux, en París, más de 120.000 personas vinieron a ver el concierto, que fue el más multitudinario de toda la gira.

TLW: ¿Cómo gestionaste una gira tan enorme?

RICHARD: La mayoría del equipo procedía de Los Angeles y formaba parte de una compañía llamada Delicate Productions que se había creado en la época de “Breakfast in America”. Yo me quedaba alucinado viendo cómo montaban cada concierto tan rápido. Hoy en día cientos de personas trabajan juntas para montar un escenario como aquel, pero por entonces sólo éramos cien en total. Levantar la pantalla gigante era lo más complicado de todo, pues en un día ventoso esa tarea resultaba toda una pesadilla y un gran riesgo. ¡Y, dependiendo de la fuerza del viento, también podía ser muy difícil recogerla!

TLW: ¿Quiénes fueron los grupos teloneros en la gira?

RICHARD: La mayor parte de la gira fueron Chris DeBurgh y su banda, y otro artista que hizo bastantes conciertos con nosotros fue Joe Cocker. Entre los demás teloneros se encontraban Mink DeVille, Mother’s Finest y Nina.

TLW: Al final de la gira europea el grupo se alojó en la Selva Negra durante más de una semana, ¿no?

RICHARD: Sí, en la última parte de la gira nos alojamos en un lugar llamado Parkhotel Adler que estaba en la tierra de Hansel y Gretel, escondido entre las montañas de la Selva Negra. Acampamos allí durante ocho noches y creo que fue entonces cuando empezamos a usar un avión privado para ir a un par de conciertos, regresando justo después de cada actuación.

TLW: Según nuestras notas, fue allí donde Dave Margereson fue despedido y Sue Davies se quedó a cargo del ‘management’ de la banda… ¿Es correcto?

RICHARD: En aquella gira había tres equipos de ‘management’ diferentes: Roger Hodgson tenía un representante nuevo, Rick Davies era representado por su mujer y Dave Margereson seguía representando a John Helliwell, a Bob Siebenberg y a Dougie Thomson. Todo era un poco complicado, incluyendo la logística, pues en cada ciudad nos alojábamos en tres hoteles diferentes: uno para la banda y su séquito, otro para el equipo técnico y otro para Roger y su pequeño séquito. Fue una época difícil en muchos aspectos, con el grupo disgregándose en el punto más alto de su popularidad.

TLW: ¿Percibiste algún tipo de tensión en el seno de la banda en relación a la inminente marcha de Roger Hodgson?

RICHARD: Sin comentarios.

TLW: ¿Qué recuerdas del final de la gira europea?

RICHARD: Recuerdo que dejamos a John Helliwell en Munich, y él regresó al Reino Unido conduciendo una moto Ducati completamente nueva que se había comprado. Tras aquella increíble gira europea tuve el tiempo justo de lavar mi ropa antes de volar hasta Nueva York y abordar otra gira de dos meses por Estados Unidos y Canadá.

TLW: ¿Cómo fue esa gira americana de 1983?

RICHARD: Aquella era la primera gira que hacíamos con un patrocinador, Sparkomatic. Era lo que se llevaba entonces en giras tan grandes, y obligaba a organizar encuentros con la banda en los camerinos antes de cada concierto. Sparkomatic era, y sigue siendo, un fabricante de sistemas de sonido para coches. No estoy seguro de que a los miembros del grupo les agradase mucho celebrar aquellos encuentros, pero todas las noches estaban presentes y saludaban a los invitados, firmaban autógrafos y se hacían fotos. Igual que hoy en día.

TLW: ¿Fue esta parte de la gira tan dura como la europea?

RICHARD: Para mí esa gira resultó ser más relajada y menos estresante que la europea. Fue de gran ayuda que nuestro contable, Mike McGinley alias 'El Matón' no nos acompañase (RISAS). Era un tipo encantador, pero yo estuve a punto de dimitir al final de la gira europea porque, aunque él se limitaba a intentar justificar el origen de todos los gastos de la gira, se hizo obvio que su forma de hacerlo implicaba que no podíamos trabajar juntos. Por suerte, le ofrecieron otro empleo y desapareció.

TLW: ¿Cuáles fueron los conciertos más multitudinarios de la gira americana?

RICHARD: Creo que los del CNE de Toronto. Tuvieron una asistencia impresionante, cerca de 40.000 personas en cada concierto. Uno de ellos fue filmado. Y los conciertos de Montreal también fueron enormes. Nuestro promotor en Montreal, Donald K. Donald, fue uno de los primeros que apostó por la banda y además era un gran fan del grupo. Pero lo que mejor recuerdo de aquellos tres conciertos en el Forum de Montreal fue la fiesta que hubo después del último de ellos. ¡Dios mío, nunca he visto tanto marisco en mi vida! (RISAS) Yo me encontraba como un cerdo en el barro, delante de una larga mesa repleta de bogavantes, langostinos y otros manjares de ese tipo. Así que me lo pasé en grande.

TLW: ¿Qué recuerdas del final de tu primera gran gira con Supertramp?

RICHARD: La gira finalizó con un par de fiestas, una de ellas para todos los miembros del equipo técnico en el jardín de la casa de Rick y Sue. Yo me alojé un par de semanas en la cabaña que había en el jardín junto a la piscina, la cual también albergaba el estudio de Rick, mientras le dábamos los últimos retoques a la gira con dos conciertos en Los Angeles y otro enorme en Irvine Meadows. Después me regalaron una preciosa placa dorada personalizada. Fue un bonito detalle por parte de Sue, que también me compró una estupenda chaqueta de cuero y me dio una gratificación fabulosa. Todo el duro trabajo que yo había hecho estaba pagado con creces, y me sentía muy orgulloso de haber podido llevarlo a cabo junto a ese gran grupo de mujeres y hombres.

TLW: ¿Fue la gira de 1985 y 1986 muy diferente de la de 1983, teniendo en cuenta que la banda y el equipo técnico habían cambiado bastante?

RICHARD: ¡Sí, pues sólo había un representante con el que tratar! (RISAS) Ese fue mi segundo trabajo con Supertramp, y esta vez resultó un poco menos estresante ya que la banda había decidido seguir adelante sin Roger grabando un nuevo álbum.

TLW: ¿Cómo fue el comienzo de la gira?

RICHARD: Me alojé otra vez con Rick y con Sue, y ella y yo organizamos la gira en la oficina que tenía en Encino, a la vuelta de la esquina de su casa. Después tuvimos que hacer un viaje de 7.000 kilómetros hasta nuestro primer concierto, ¡y ni siquiera habíamos salido de Norteamérica! Fue en The Lighthouse, en San Juan de Terranova, en Newfoundland. Era el lugar más lejano al que podíamos ir por tierra desde Los Angeles sin que el clima cambiase demasiado.

TLW: Aquello sería un poco duro para los conductores de los camiones, ¿no?

RICHARD: Los camioneros fueron los héroes de la gira, conduciendo miles de kilómetros y logrando llevar el material hasta cada concierto intacto y a tiempo. No sé cuántas giras he hecho con Micky Curtis, con John Rivett o con ambos conduciendo un camión. Todavía siguen siendo buenos amigos míos y es genial poder verles de vez en cuando.

TLW: Según nuestras notas, en aquella gira Supertramp coincidió con Dire Straits en el mismo hotel… ¿Es correcto?

RICHARD: Sí, fue a mitad de la gira americana cuando nos topamos con ellos en el mismo hotel. Si no recuerdo mal, nos los encontramos al volver al hotel después de nuestro concierto, y ellos tocaban en el mismo recinto al día siguiente. Acabamos todos juntos alrededor del piano que había en el bar del hotel, con Mark Knopfler tocando canciones de los Beatles y los demás acompañándole. Fue una noche muy divertida para todos.

TLW: ¿Qué recuerdas respecto al hecho de que Brad Cole tuviera que sustituir a Mark Hart en plena gira por América?

RICHARD: Brad llegó al rescate en aquella gira. Se aprendió las canciones rápidamente y se unió al grupo mientras Mark tenía que marcharse a casa a toda prisa por razones personales. Luego, en los años 90, Mark se uniría a Crowded House. ¡Es un multi-instrumentista increíble, y también un tipo encantador!

TLW: ¿Cómo fue organizada la gira europea?

RICHARD: Con la gira americana terminada, tuvimos el tiempo suficiente para regresar a casa por Navidad y después volver a reunirnos en Año Nuevo para comenzar la gira europea en el frío mes de Enero. Los ensayos se llevaron a cabo en un Londres helado, antes de que la gira empezase en Francia. Teníamos reservada la Brixton Academy para montar los sistemas de luces y sonido que íbamos a usar en la gira. Debo admitir que no era el lugar más acogedor para ensayar, pero también estaba allí con nosotros la empresa de ‘catering’ de la gira y se ocuparon de que todo el mundo comiera decentemente y tuviera montones de té y café a su disposición.

TLW: ¿Hubo algunos cambios en el equipo respecto a la gira americana?

RICHARD: Mi viejo amigo Roger Searle sustituyó a Patrick Whitley como director de producción para esta parte de la gira. Sin embargo, Roger ya era bien conocido por la banda, pues había sido uno de los coordinadores de la gira europea de 1983.

TLW: En aquella gira el principal mercado fue el francés, ¿no?

RICHARD: Sí. Con diecisiete conciertos en Francia, Pascal Bernardin de Zero Productions fue el promotor más importante de aquella gira. Junto a su encantadora esposa Catherine, que siempre estaba a su lado, Pascal hizo un gran trabajo y consiguió que se agotaran las entradas en todos los conciertos. Yo ya había trabajado con Pascal en 1980, cuando estuve de gira con XTC y The Police en Francia, y él todavía sigue siendo promotor tantos años después. Volví a encontrarme con él en 2009, en la fiesta del 65º cumpleaños de Rick.

TLW: ¿Cuáles fueron los peores problemas que te encontraste en la gira europea?

RICHARD: Esta gira iba a suponer todo un reto debido a las condiciones climáticas, que alteraron nuestra planificación y obligaron a que fuera más larga de lo previsto. El 31 de Enero fue un día realmente interesante para un ‘tour manager’, pues todo el personal técnico, los camiones y los autobuses se quedaron bloqueados por la nieve en la frontera entre España y Francia. Durante tres días y sus respectivas noches todas esas personas sólo dispusieron del teléfono de una cafetería para comunicarse con el resto del mundo.

TLW: ¿Qué ocurrió entonces?

RICHARD: Fue Roger Searle quien me informó de lo que había ocurrido: cuatro camiones articulados y dos autobuses llenos de gente no podían cruzar la frontera. Roger llamó a su mujer, Sheila, que estaba en el Reino Unido, y desde entonces ella estuvo en contacto conmigo. Yo ya me encontraba en nuestro destino, junto a la banda, esperando instrucciones para ver si debíamos dirigirnos a algún otro lugar. Por entonces no había teléfonos móviles, y Sheila consiguió adaptar el itinerario para que pudiéramos seguir adelante con la gira después de aquella enorme tormenta de nieve.

TLW: ¿Y tú qué hacías mientras tanto?

RICHARD: Bueno, no podía hacer gran cosa, aparte de pedir perdón a los miembros del grupo una y mil veces por haber puesto sus equipajes en los camiones. A priori parecía una buena idea, pues la banda iba a hacer un pequeño viaje de dos horas en tren a lo largo de la costa desde Barcelona hasta Avignon… La ropa siempre es un quebradero de cabeza cuando estás de gira, sobre todo si te quedas atrapado entre la nieve…

TLW: ¿Qué pasó con esos conciertos que no pudieron celebrarse?

RICHARD: Fueron cancelados. Estábamos un poco asustados, porque el seguro de la gira contemplaba una gran penalización por cada concierto que se anulase. Eso habría supuesto un coste enorme para las aseguradoras, pero pudimos contratar algunos conciertos adicionales al final de la gira que cubrieron esos gastos. Desde mi punto de vista de ‘tour manager’, fue muy interesante tratar estos temas con nuestro agente de seguros, Willy Robinson. Eso hizo que las aseguradoras se ahorrasen mucho dinero.

TLW: Uno de esos conciertos adicionales fue el “Prince’s Trust” en Londres, ¿no?

RICHARD: Sí. Dos de los conciertos adicionales tuvieron lugar en Inglaterra. Creo que llamé a Mel Bush y él organizó esas dos actuaciones muy rápidamente. Una de ellas era el “Prince’s Trust”, así que tocamos ante el Príncipe Carlos y Lady Di.

TLW: ¿Cómo fue el final de la gira?

RICHARD: Después del último concierto hubo una larga fiesta nocturna en un club de Berlín. La fiesta empezó con una banda local tocando, e inevitablemente todos los miembros de Supertramp fueron subiéndose al escenario poco a poco. Fue una gran celebración, aunque sólo recuerdo la mitad de la misma. (RISAS) Solíamos tomar Bourbon con Coca-Cola, la mejor mezcla posible para beber y no desparramar.

TLW: Aquella fue la primera gira en la que el grupo empezó a actuar como Ricky & The Rockets, ¿no?

RICHARD: Sí. Después de dar un concierto a los chicos les gustaba tocar ‘blues’ y Rick se sentaba a la batería durante un rato, normalmente en algún club del centro de la ciudad. Las canciones de Supertramp estaban totalmente prohibidas, y para ellos era un gran modo de relajarse después de un concierto abarrotado.

TLW: ¿Por qué dejaste de trabajar para Supertramp después de la gira de 1986? ¿No te ofrecieron ser el ‘tour manager’ en la gira de 1988?

RICHARD: Me ofrecieron la gira de 1988, pero para entonces había decidido retirarme de ese tipo de trabajo. Justo después de la gira de 1986 Sue me preguntó si me gustaría compartir con ella las tareas de representación de la banda. Para mí fue todo un honor que me lo pidiera, y me lo estuve pensando durante bastante tiempo pero al final decidí no aceptar la oferta, simplemente porque no quería vivir en Los Angeles. No hubo ningún otro motivo, y mirándolo retrospectivamente creo que hice lo correcto.

TLW: ¿Cómo volviste a salir de gira con Supertramp en 2010?

RICHARD: Afortunadamente Sue y Rick permanecieron en contacto conmigo, y yo todavía sigo siendo un gran amigo de ambos. En 2003 o 2004 volví a ejercer de ‘tour manager’ después de un retiro de más de quince años, y cuando llegó el momento de que Supertramp saliera otra vez de gira Rick y Sue me pidieron que volviera a ser el ‘tour manager’. Así fue como acabé trabajando con Supertramp en la gira de 40º aniversario que hicieron entre 2010 y 2011.

TLW: ¿Fue esa gira muy diferente de las que hiciste con ellos en los años 80?

RICHARD: Creo que la principal diferencia entre los años 80 y el siglo XXI es Internet. Organizar una gira es ahora mucho más fácil, pero el nivel de detalle en el que tienes que entrar es mucho mayor. En aquella época las giras todavía estaban en pañales por lo que respecta a la capacidad de producción y a los recintos en los que tocaban las bandas. Además aquella era una generación sin teléfonos móviles, ordenadores ni correos electrónicos, así que organizar este tipo de espectáculos era muy diferente a como se hace hoy en día. Las comunicaciones se hacían mediante teléfonos de oficina, cabinas telefónicas, telegramas, cartas, mensajeros, télex… ¡En los 80 el elemento más importante era el teléfono! Todas las gestiones las hacíamos a través de él, y toda la información se almacenaba en un cuaderno. ¡En nuestra oficina de producción no había precisamente tecnología punta, pero sacábamos el trabajo adelante!

TLW: Durante la gira de 2010 Roger Hodgson criticó públicamente a Rick Davies por tocar siete de sus canciones en directo, pero también dijo que se había ofrecido para unirse a Supertramp en algunos conciertos… ¿Tienes algo que decir al respecto?

RICHARD: Sin comentarios.

TLW: ¿Guardas algún recuerdo especial de esa gira?

RICHARD: En el concierto que dio Supertramp en el castillo de Carcasona me subí al escenario con la banda por primera y única vez en las tres giras mundiales que hice con ellos. Me coloqué en la tumbona debajo de la sombrilla, un lugar que estaba disponible para quien quisiera ponerse un bañador y sentarse a leer el periódico durante la interpretación de “Another man's woman”.

TLW: Mucha gente que trabajó para Supertramp en los años 70 y 80 afirma que eran una especie de ‘gran familia’… ¿Estás de acuerdo? ¿Te sentiste parte de esa ‘familia’?

RICHARD: Sí. Pero en mi calidad de ‘tour manager’ independiente debo decir que al comenzar cada gira yo me sentía más bien como si fuera un invitado que estaba visitando a esa ‘familia’.

TLW: Aparte de la famosa tormenta de nieve en 1986, ¿recuerdas algo especial de tus visitas a España?

RICHARD: Creo que fue en mi visita a San Sebastián cuando descubrí lo preciosa que es esa ciudad y lo bueno que es el vino español.

TLW: ¿Sigues en contacto con la mayoría de los músicos de Supertramp y del equipo técnico?

RICHARD: Sí, sigo en contacto con la mayor parte de los músicos y con algunos miembros del personal técnico.

TLW: ¿Quién fue tu mejor amigo en la banda?

RICHARD: A nivel social, tuve una gran relación con Dougie Thomson. Recuerdo que en la gira de 1985 el día de mi cumpleaños Dougie intentó gastarme una broma esposándome a la puerta del cuarto de baño del recinto donde actuaba el grupo, pero conseguí zafarme y fui yo quien le dejó dos horas esposado a él… (RISAS) Fue esa gran amistad con los miembros del grupo lo que me hizo ser capaz de superar todos los obstáculos. Luego, cuando dejé de hacer giras, también pasé algunas vacaciones con Dougie y guardo un gran recuerdo de esos momentos. Dougie hizo una gira más con Supertramp en 1988, y después también decidió alejarse de ese mundo. Pero nos habíamos hecho muy buenos amigos y en una ocasión estuve dos o tres semanas con él en su yate, visitando la isla de Antigua, en el Caribe. Recuerdo que por entonces Keith Richards se encontraba en Montserrat grabando algo y celebrando fiestas con unos amigos, y pasamos algunas noches más o menos memorables con ellos. (RISAS)

TLW: ¿Alguien más a quien mencionar?

RICHARD: John Helliwell también era alguien a quien se le cogía cariño con facilidad, siempre con una sonrisa en la cara. Recuerdo que durante la gira de “Brother where you bound” a veces nos trasladábamos de un lugar a otro en fugonetas. Yo conducía una de ellas, y John solía ser mi copiloto con la ayuda de un mapa.

TLW: ¿Cómo resumirías tu carrera de ‘tour manager’?

RICHARD: Tuve una suerte increíble y fui un privilegiado por poder recorrer el mundo en los años 70 y 80 trabajando para algunas grandes bandas como ‘tour manager’. Fue fantástico poder formar parte del mundo de la música en directo, rodeado por un público que estaba deseando divertirse en cada concierto. Por lo que respecta a Supertramp, todo mi agradecimiento es para Rick y Sue Davies.

TLW: Como sabes, parece que la salud de Rick ha mejorado mucho y hace un par de meses volvió a tocar en directo en Long Island con una nueva versión de Ricky & The Rockets… ¿Has hablado con él recientemente?

RICHARD: Estuve cenando con Rick unas semanas antes de ese concierto. Se le veía muy animado, disfrutando de su jubilación. Hemos seguido siendo buenos amigos, y en 2014 me invitó a su fiesta de 70º cumpleaños.

TLW: Carl Verheyen, Mark Hart y Marty Walsh acompañaron a Rick en ese concierto… ¿Estuviste tú también allí?

RICHARD: No, yo me encontraba en el Reino Unido porque ese fin de semana tenía un festival enorme con Simple Minds, The Pretenders y KT Tunstall en el Taunton Racecourse. ¡Sin embargo, fui yo el responsable de que Marty asistiera a ese concierto! (RISAS)


Richard, entre Rick Davies y el responsable de logística Greg Smith en la gira de 1986.




Richard, junto a Bob Siebenberg y Dougie Thomson durante la gira "Brother on the Road".