Primer concierto de Supertramp en España

El primer concierto de Supertramp en España fue el lunes 26 de septiembre de 1977 en Barcelona.

Ésta es la curiosa reseña del periódico La Vanguardia:

CONCIERTO DEL CONJUNTO SUPERTRAMP
Una ingente multitud abarrotó por completo el Palacio Municipal de los Deportes para presenciar la actuación del conjunto de rock »Supertramp». Toda la pista central, sin sillas, fue invadida por una masa juvenil compacta y expectante, mientras la gente se apretujaba en los pasillos y escaleras, taponando por completo los accesos y obstruyendo las salidas. Ya antes, para penetrar en el local, hubo tanto empujón que resultaron numerosas vidrieras rotas con evidente peligro pera todos, y durante el concierto permanecieron varios centenares de espectadores en la calle, alrededor del recinto, con la vana esperanza de poder entrar o tal vez con la más tangible intención de «hacer ambiente», con la desaprobación manifiesta de los vecinos, alguno de los cuales llegó Incluso a salir en pijama al balcón para increpar a la ruidosa grey juvenil que «amenizaba» su descanso y ganándose con ello estruendosas ovaciones presumiblemente no deseadas. Tanta «animación» por «Supertramp» fue para nosotros una sorpresa pues aún reconociendo el grado de popularidad que ha logrado este conjunto, a través de los discos no podíamos imaginar que su poder de convocatoria fuese tan superior a otros grupos musicales -de mayor relevancia que han actuado anteriormente en el mismo recinto sin tanta
aglomeración. Tal vez fuera debido a la circunstancia estacional; hacía tiempo que no se celebraba una reunión de este tipo y a final del verano la gente tiene siempre deseos de «rentrée». En rigor, hay que admitir que «Supertramp» es un discreto «segunda división», cualitativamente considerado. Practica un «rock» envarado y machacón, montado sobre una rítmica poco ágil y contando con instrumentistas que son buenos profesionales pero con escasas luces como solistas. Su repertorio, además, es muy poco variado y todo suena más o menos igual. Su estilo está adscrito a unos esquemas rockeros sumamente conocidos y explotados, a los que no intentan siquiera aportar rasgos originales de su propia personalidad. Técnicamente, exhiben solidez y cohesión y demuestran con ello que por lo menos, son buenos trabajadores de la música, y se conducen honestamente todo lo bien que saben y pueden. La gente de la platea, puesta en pie, siguió el concierto con vivas y continuas muestras de exuberante participación. El público sentado en las gradas. tal vez por aquello de la comodidad (relativa) se mostró bastante más pacífico. En la primera parte actuó el dúo español Milan y Bibiloni (ampliado posteriormente a trío) aportando a su labor grandes dosis de buena voluntad. —
Alberto MALLOFRE.

enlace: hemeroteca.lavanguardia.com/preview/1977...53/33759820/pdf.html

La verdad es que, en todas las etapas de Supertramp, con todas sus distintas formaciones, la mayoría de crónicas de sus conciertos en España han solido inmisericordes y, a veces, despiadadas.

"Buenos trabajadores de la música"....

Pues debió haber lío a la entrada del concierto porque EL PAÍS también tuvo un titular alusivo: "Expectativa y violencia en el concierto de Supertramp"
elpais.com/diario/1977/09/28/cultura/244249205_850215.html

También he encontrado una crónica más detallada de lo que fue el concierto en la revista Popster.
Por su extensión, he preferido reproducirlo en un pdf adjunto.

La entrada valía 350 pesetas (unos 2 euros) !!

El tono despectivo-perdonavidas de las críticas a Supertramp (con Costa como gran ejemplo, pero otros incluso como Segurola también) es irritante.

Es un poco como los tertulianos futboleros, prácticamente todos estómagos agradecidos y pésimos profesionales, que no han empatado con nadie, hablando de Zidane (multicampeón como jugador, como entrenador y un icono de la estética futbolística) con indulgencia y, por supuesto, desde el bufandeo.

Te puede no gustar la música de Supertramp, pero no puedes negar su calidad, su sonido impecable y la capacidad de enganche que tiene el grupo entre el público. No son una banda amateur que ha tenido su minuto de gloria por casualidad.

Me sorprende por qué ha tenido siempre tanta legitimidad entre la crítica Lou Reed, Dylan, Bruce... gente que entre los músicos profesionales o la gente con mucho oído no suscita la más mínima pasión por la simpleza de su música. Es como reivindicar a los punks que rompían públicamente el Breakfast in America o el Wish you were here.